Capitulo 4

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"...bésame sin miedo..."

Dulce fue por el pasillo alterada, harta de la situación. ¡Todo iba tan bien, hasta que ese hombre se cruzó en su vida! Iba maldiciendo todo el rato, hasta que llegó a la cafetería. Pidió un café e intentó relajarse. Después, fue directo al ascensor y tocó el número de la planta donde tenía su oficina. El ascensor se paró en la planta siguiente, Dul elevó su mirada y vio quien entraba en el ascensor.

Dul: ¿Otra vez tú por aquí? ¿Por qué me pasará esto a mi (ahora elevó la mirada hacia el techo y dijo)? ¡Dios! ¿Qué he hecho yo para merecer esto?

Chris se situó a su lado y soltó una carcajada, que paró justo cuando Dul lo miró fulminantemente. El silencio se hizo entre ambos, hasta que poco después, el ascensor tembló, las luces se apagaron quedando encendida sólo la de emergencias. Chris intentó que el elevador se moviera tocando a todos los botones, pero resultó en vano. Se apoyó en la pared y suspiró.

Dul: ¡No me digas que no funciona!

Chris: Así es.

Dul: ¡Joder! ¿Quién me mandaría a mí levantarme hoy?

Chris anduvo hasta ella, y la acorraló sobre la pared.

Chris: Qué crees que a mí no me fastidia, ¿Dulcecita? Pero qué voy a hacer si no me queda otra que soportarte, ¡niñata!

Dul: A mí no me digas niñata, ¡estúpido!

Chris: ¿No? ¿Entonces cómo te digo? Si te mueres por mí, pero andas evitándome todo el rato (Dul apartó la mirada de él).

Dul: Ni en tus mejores sueños mi rey (Chris cogió su cara y la obligó a que la mirara).

Chris: ¿Entonces por qué te pones nerviosa (Dul volvió a apartar la mirada)? ¿Me evitas o qué (Dul lo miró desafiante)?

Dul: ¿Yo? Para nada.

Quiso ser lo más fuerte posible, pero estaba temblando, estaba muy nerviosa. Ese hombre la ponía de los nervios. En eso, Chris cogió su cara y se acercó a su boca. Dulce se quedó mirando a sus labios.

Chris: ¿Te gustan?

Dul: ¡Más quisieras mi rey!

Chris: Veremos si después opinas lo mismo.

Entonces Chris la besó. Dul intentó resistirse al principio, pero sintió que tampoco quería separarse de sus labios. De repente, las luces del ascensor se encendieron. Chris se separó de Dul con una sonrisa y recibió una cachetada.

Dul: Ni se te ocurra volver a hacerlo.

Las puertas del elevador se abrieron y Dul salió rápidamente de él, dejando a Chris tocándose la mejilla y con una sonrisa en su boca.


El amor no dueleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora