Capitulo 5

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"Es lo que tiene el amor... que no avisa cuando llega..."

Dulce llego a su oficina, le pidió a su secretaria que no le pasaran ninguna llamada. Estaba agotada. Christopher le estaba haciendo sentirse como nunca antes se había sentido, algo sentía en su interior. No. Que no fuera amor. Ella nunca se enamoraría y menos de un hombre como él. Se sentó cansada en su silla de trabajo, suspiro y recordó el beso de Christopher.

Dulce: ¿Por qué? ¿Por qué me haces esto Christopher?

Dulce miro el reloj, era la hora del almuerzo. Los nervios la estaban matando y tenía el estomago cerrado, pero si no comía nada, sentía que iba a desfallecer. Agarro su bolso y su abrigo y salió de la oficina. Esta vez prefirió bajar por las escaleras, no quería que el destino se volviera a burlar de ella, juntándola con Christopher.

Una hora después Dulce volvió a su oficina. La secretaria no estaba, habría ido al baño, o a comer. Se quito el abrigo y paso a su oficia. Algo iba mal. Todo estaba desordenado, no estaba como ella lo había dejado. Ahora la oficina estaba ocupada por dos escritorios, ella antes tenía situada la mesa en la mejor posición, delante de los ventanales por los que entraba luz natural, por eso siempre le había gustado esa oficina. Pero ahora habían desplazado su escritorio para otro lado y a pocos metros había otro escritorio, varias cajas estaban por el suelo, los armarios abiertos.

Dulce: ¿Qué es todo esto?

Dulce volvió su vista al nuevo escritorio, tenía algunos papeles encima. Se acerco y los iba a comenzar a leer, cuando una voz masculina la interrumpió.

Hombre: ¿No te han enseñado a no tocar las cosas de los demás?

Oh no. Otra vez no. Por favor. Dulce se giro y ahí estaba el... otra vez. Era una pesadilla de la que nunca escaparía.

Dulce: ¿Y a ti no te enseñaron a no instalarse en el despacho de los demás sin permiso (Christopher echo a reír, esto provoco la ira de Dulce)? ¿Qué? ¿Te parece chistoso o qué?

Chris: La verdad es que si.

Dulce: ¡Eres un imbécil! ¿Por qué te metes en mi vida?

Chris solo reía y Dulce cada vez estaba más enojada. Comenzó a empujar a Chris, intentando echarle de la oficina, pero él era más fuerte y lo único que provocaba era, que el joven se riera más y cada vez más fuerte. Dulce al ver que empujándole no conseguía nada, se acerco al escritorio y tiro todos los papeles de Chris, a este se le paró la risa de inmediato. La joven vio que esto funcionaba y ahora tiro una caja pegándole una patada. Cuando iba a tirar otra, Chris la agarro fuertemente del brazo.

Chris: No te voy a permitir que sigas comportándote tan infantilmente.

Dulce: Eres pésimo Christopher.

Chris: Y tu eres una niñata, te comportas como una cría maleducada.

Dulce: Suéltame, me estas lastimando (Chris negó con la cabeza). ¿Sabes qué? ¡Ya me harte! Si tengo que aguantarte, lo hare, no me queda de otra, así que ya suéltame, ¿ok?

Chris vio que Dulce ya estaba calmada y la soltó. Esta se fue hacia su sillón, y comenzó a trabajar en el ordenador. Chris se sentó en su escritorio y se quedo mirando fijamente a Dulce, esta de vez en cuando levantaba la vista de la pantalla del ordenador y se cruzaba con la mirada de Chris. La estaba poniendo nerviosa, muy nerviosa.

Dulce: ¿Quieres dejar de mirarme?

Chris: ¿Está prohibido?

Esto era la gota que colma el vaso. Dulce estaba tan enfadada que agarro lo primero que pillo y se lo tiro a Chris. Le dio de lleno.

Chris: ¡Ya te pasaste!

Chris se agarraba la cabeza con una mano, ya que Dulce le había tirado un bolígrafo y le había hecho daño, mientras con la otra mano agarro una pluma que tenía cerca y se la tiro a Dulce. El objeto aterrizo en las piernas de Dulce, manchándole toda la falda. Dulce se miro toda la falda manchada de tinta y miro a Chris, volvió a mirar su falda y luego otra vez al joven. Chris la miraba con una gran sonrisa.

Dulce: Christopher, te vas a arrepentir de esto. ¡Te lo juro!

Dulce salió detrás de Chris. Este volvía a reír y salió corriendo, los dos parecían unos niños jugando a pillarse. Dulce irremediablemente también comenzó a reír, agarró a Chris y le empujo contra la ventana, este se golpeo con la estantería y cayó al suelo.

Dulce: Chris lo siento, ¿te hice daño?

Chris: Me llamaste Chris.

Dulce: Perdón, no me di cuenta. ¿Te hice daño?

Chris: ¡Ven aquí!

Dulce salió corriendo, mientras reía y Chris la seguía. Chris tardó poco tiempo en alcanzarla, la agarró de la cintura y la volteó. Sus caras estaban pegadas, sentían sus respiraciones agitadas por las carreras. Ahora no reían, estaban... estaban tan cerca. Chris se fue acercando a Dulce, sus labios se estaban rozando. Chris fue sintiendo los labios de Dulce, tan delicados, suaves... deliciosos.

El amor no dueleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora