VIII

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I'd come for you

Todavía quedaba adrenalina en los cuerpos de todos cuando las latas de cerveza se reducían a eso, simples latas de aluminio sin contenido alguno, apilándose en la mesa del comedor del apartamento de SeokJin; en el centro de la mesa quedan los restos de la comida que han comprado desde INFERNO hasta la distante casa del mayor del grupo.

TaeHyung no se encuentra sentado con todos los demás, en su lugar está recargado contra la ventana abierta de la sala, viendo a sus amigos terminar con la cerveza mientras que él se acaba un cigarro más. Desde que salieron de INFERNO con un contrato en el bolsillo, lo único que ha hecho es intentar fumar. Sabe que ha dejado en claro sus intenciones con SeokJin, su amor latente y su infinita paciencia porque piensa que algún día Jin podría regresar a él, aunque no está tan seguro de que eso suceda. Sin embargo es JungKook quien tiene toda su atención. Han hablado antes, han dejado en claro que el menor de los dos va a cuidar de la persona que ambos aman, eso no lo consuela del todo pero es mejor que nada, aún así es su amistad lo que sigue flotando sobre ellos sin llegar a tierra.

Un golpe en sus costillas hace que JungKook aparte las manos de debajo de la sugerente playera de Jin, la piel tibia de su cintura y el dulce estremecimiento del mayor ante su toque. Con las mejillas arreboladas Jin lo aparta y JungKook obedece porque sabe que no es el momento y porque los ojos del vocalista se pierden en la figura seria de TaeHyung.

—No tienes idea de cuánto significas para mí — susurró JungKook en el oído de Jin antes de besar su mejilla y levantarse.

Con pasos cortos llegó hasta su amigo, Tae le dedicó una sonrisa conciliadora a Jin al percatarse de que el mayor los miraba con temor.

El airecillo que entraba por la ventana abierta era frío, pero al mismo tiempo le regresó un poco de sus sentidos a JungKook, serenando su mente confusa por el alcohol. Tae sacó su cajetilla, quedaban dos cigarros en ella. Le ofreció uno al menor y al ver que lo cogía, él imitó a su amigo. El fuego del mechero iluminó con su llamita sus rostros.

El humo que suelta JungKook sale a través de sus fosas nasales mientras que el de Tae se eleva en forma de aros.

—Él te quiere mucho.

—Lo sé, me quiere lo suficiente como para haber hecho de mi canción algo memorable. Este momento prevé la eternidad, JungKook, para él y para mí. Los tres sabemos que lo que pueda sentir por mí no se compara con el amor que te tiene — Tae golpea el cigarro y la ceniza cae en el borde de la ventana —. La verdad es que no voy a pelear por eso. Lo amo mucho, y amo más como se ve siendo feliz.

—Tae yo...

—Ya deberías saber que no busco disculpas ni excusas, JungKookie — su apodo saliendo de los labios de su mejor amigo sigue acelerando su corazón. La camaradería continua entre ellos y sigue siendo intensa porque, pese a todo se quieren.

—Lo sé, TaeTae, supongo que es solo la parte de mí que sigue culpándose porque a diferencia de ti, yo no hubiera podido rendirme. Como lo dijiste ese día, habría hecho lo que estuviera en mis manos para que él me amara.

—Siempre has sido tímido y competitivo, una rara combinación — el humo de Tae fue a dar a la cara de JungKook, evitando de esa manera su deseo de apretar los puños porque la oración del menor es frustrante. Él no se rindió si es lo que quiere escuchar JungKook, pero como lo ha dicho anteriormente, ama a Jin por sobre todas las cosas, y también lo sigue queriendo a él. No había forma en que él ganara pero decírselo a JungKook implica tantas cosas que no desea compartir con nadie —, y sigo prefiriéndote así. Eres mi mejor amigo Jeon JungKook.

Canciones para JungKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora