V

483 76 21
                                    

A Little pain

—¿Alguna vez has escrito una canción? — indagó Jimin, con su fiel libreta en el regazo, sacó la paleta que tenía en el bolsillo de su chaqueta y procedió a desenvolverla sin mirar a TaeHyung.

La casa del más alto se encontraba prácticamente en sombras, únicamente una lámpara iluminaba la sala, que era el lugar donde se encontraban; Jimin había levantado sus piernas al sillón, de modo que se encontraba medio encogido en su sitio, era útil puesto que el lugar estaba demasiado frío para su gusto. Suponía que Tae también notaría la temperatura, si no fuera porque el guitarrista se encontraba sentado sobre la alfombra, con una lata de refresco de cola fungiendo como cenicero improvisado, de sus labios colgaba el tercer cigarro de la noche y junto a él se apilaban las latas de soda. El flequillo ensombrecía su expresión, Tae siempre fue del tipo expresivo, no podía ocultar sus emociones con facilidad, en parte porque no le interesaba, en parte porque la felicidad era el sentimiento predominante en su vida. ¿Quién querría esconder su felicidad?

—Nunca es demasiado tarde para empezar — contestó el guitarrista, quitando el cigarro de su boca para dejar salir una voluta de humo, ensombreciendo su cara y dándole la excusa perfecta para sus ojos rojos y voz rasposa. Nada que pudiera indicar que le quedaban lágrimas por derramar.

—Ya sabes, no es un proceso fácil — apuntó Jimin, levantando su libreta a modo de muestra. Jimin no era el mejor componiendo, sin embargo, con la práctica había logrado llegar a un punto en el que fácilmente podía pasar por alguien con cierta habilidad para las liricas. Todo un logro para él.

—Todavía tenemos tiempo — musitó Tae, Jimin ladeó la cabeza, ¿tiempo? Se refería a que el concurso se encontraba aún lejano (algo relativo si tenían en cuenta todo lo que sucedió en dos meses) les quedaban cuatro semanas para presentarse en un escenario, brillar y dejar que las personas se maravillaran con su música. No obstante Jimin sabía que también podía referirse a su, ahora, inexistente relación con SeokJin.

Tiempo, la palabra se volvió espesa en su lengua, el tiempo no podía curar sus heridas, ni tampoco ayudarlo a revivir un amor que yacía destrozado en su pecho, no cambiaría el hecho de que SeokJin ya no lo quería, por un efímero segundo TaeHyung se preguntó si las cosas habrían sido diferentes si Jin le hubiera dicho alguna vez Te amo, si no hubiera dejado que Jin y JungKook llegaran a conocerse, si hubiera escondido su felicidad del mundo entero. Una solitaria lágrima bajó por su mejilla fría. El tiempo no cambiaría eso, solo incrementaba su dolor al saber que el vocalista también sufría por amor, y no era por él.

—Supongo que si le pedimos ayuda a YoonGi-hyung, entonces podremos sacar algo bueno en estos días.

TaeHyung no contestó, dejando que un silencio pesado se asentara entre ellos, Jimin mordió su paleta y el caramelo hizo un crack en su boca que impidió al silencio envolverlos.

—¿Sabes qué? Dame un cigarro y una lata de esas, hoy crearemos arte — sentenció Jimin.

El mayor de los dos se levantó del sillón y se encaminó hacia donde estaba tirado su mejor amigo, no iba a dejar que el más alto se hundiera, no iba a permitir que borraran su peculiar sonrisa cuadrada, que opacaran su mirar vivaz. Se tiró junto a TaeHyung, fingió no ver las lágrimas que acompañaban a la primera que cedió, le quitó el cigarro de la boca y se llevó el pitillo a sus labios. El sabor del tabaco no era el favorito de Jimin, de hecho lo hacía sentir ligeramente mareado, de todos modos dio una gran calada, mantuvo el humo en sus pulmones y luego lo dejó salir a través de sus fosas nasales.

TaeHyung lo contempló atónito, él sabía que a su amigo le desagradaba fumar, así que asumió que el mayor no sabía el noble arte de aspirar muerte y espirar vida. Una sonrisa débil surcó sus labios.

Canciones para JungKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora