Hola, he regresado inesperadamente, jejejeje espero disfruten ese pequeño extra que será muy importante para el epilogo de esta historia en el cual ya estoy trabajando, deseo de corazón que les agrade esta actualización, espero no les moleste que no esté tan centrado en el JJBek pero prometo que es por una buena causa en favor de nuestra adorada OTP.
Extras: 1.-Nuevos Amigos.
Jean se había levantado de la mesa para atender la llamada preocupada de sus padres, tras guiñarle el ojo izquierdo y tirarle un beso a Otabek el canadiense comenzó a aclararles la situación a sus padres. A saber que reclamo tendrían pues su móvil termino en manos de Mona, quien hablaba en tono calmo y conciliador.
Antes de que el canadiense pudiese volver a sentarse, la joven recién comprometida de la noche anterior paso caminando con largas zancadas para sentarse en la mesa contigua a la de los jóvenes, que estaba más cercana a la terraza y por tanto contaba con una mejor vista del océano. Ninguno de los dos pudo evitar mirar a la joven de pronunciadas curvas que vestía pantalones ajustados, y una blusa térmica negra de cuello alto y mangas largas, su largo cabello castaño estaba recogido en una complicada y gruesa trenza que caía pesada sobre su espalda. Ángelo llamo a Jean, le tenía una mala noticia, al parecer su auto estaba inservible a causa del agua, el moreno palideció-¿Cómo llevare a Otabek a casa?- susurro.- El rubio le sonrió-Tienes mucha suerte, el novio de la chica es ingeniero y aficionado a los autos, ofreció repararlo en cuanto se enteró, ahora mismo está trabajando en el en la cochera. Le tomara unos días, pero mientras termina puedes usar mi camioneta.-Le tendió las llaves, Jean no pudo menos que sonreír, aquello era una verdadera suerte, le encantaba aquella camioneta desde la secundaria. Era como si la vida se las estuviera arreglando para concederle todo aquello que siempre había deseado. Primero Otabek correspondía sus sentimientos y sus padres lo aceptaban, y ahora aquello, le sobrevino la sensación de que se venía la época más exitosa de su existencia y una enorme emoción lo inundo, con la misma calidez que el sol del verano.
Mientras Otabek buscaba a Jean con la mirada pudo notar que la muchacha había escogido su desayuno casi con aburrimiento mientras no dejaba de mirar de soslayo el mar.- ¿Puedo ofrecerle algo más señorita Asad?-Pregunto Mona la esbelta mujer madura dueña de aquel lugar, su negro cabello largo estaba circundado por algunos hilos plateados sobre todo en la región de las entradas, al Kazajo le recordaba a una actriz de una película vieja que había visto en alguno de sus muchos viajes.-Muchas gracias, así estoy bien, puede llamarme Irene, no hay necesidad de ser tan formal.- y aunque parecía responderle, lo cierto era que había mirado directamente a Otabek al decir aquello. El muchacho evadió aquella extraña mirada de color dorado. Estaba ansioso de que Jean volviera. Para su suerte no tardó mucho en aparecer.-Mi auto se arruino- Le anuncio, el kazajo le miro boquiabierto.-¿Qué quieres decir?- Jean sonrió.-Creo que el motor se inundó, o algo así, como sea Ángelo me dará su camioneta a cambio del auto, lo cual es una verdadera suerte.- El otro se masajeo las sienes incrédulo.-Jean, es un Masseratti, no puedes cambiarlo por una camioneta vieja.- el canadiense, tan típicamente desapegado a los bienes económicos se encogió de hombros dándole a entender que podía y lo había hecho; Otabek, vencido termino por soltar una suave risa y mirarle con intensidad, le acaricio el dorso de la mano con el pulgar, aun después de todo lo que se habían acercado se sentía nervioso al tocarlo. Jean le beso los nudillos y froto su mejilla contra su palma. -¿Quieres quedarte un día más? O prefieres viajar ya?- El más joven suspiro, la verdad era que no quería volver aun.-¿Podemos pasar la mañana en la playa? Me apetece nadar un poco, nos iremos más tarde para que tus padres no se preocupen.- Jean le miro emocionado. -Es una idea estupenda, te mostrare mis lugares secretos favoritos para nadar.- Por suerte aunque no iban preparados para nadar, un sitio como "La cabaña de Mona" siempre estaba listo para proveer a sus clientes de cualquier cosa que pudiesen necesitar. Aunque ciertamente la colección de trajes de baño estaba algo raquítica cada uno encontró lo necesario para poder disfrutar de su mañana en la playa; Otabek tomo la última bermuda negra lo bastante larga para cubrirle parte de los muslos, mientras que Jean se permitió utilizar un diminuto traje rojo que parecía ajustarle demasiado.-Tratas de quebrar mi autocontrol.-Afirmo Otabek contra la espalda del más alto mientras lo tomaba por la cadera.-Ese traje te queda demasiado chico, te lastimara.-le recriminó mientras rozaba su pelvis peligrosamente contra el perfecto trasero del canadiense. Jean se sonrojo antes de tomarle de la mano e instarle a avanzar hacia una quebrada, -Ven vamos por acá las olas son geniales.-Otabek no pudo evitar sonreír, ya se imaginaba cómo se vería Jean en cuanto se mojara, y no pudo evitar relamerse los labios en anticipación.
Irene bajo a la cochera Alexander llevaba toda la mañana enfrascado en aquel vehículo, y no pudo evitar sentirse un poco celosa.-Mona me ha dicho que JJ el dueño de este auto es un cantante famoso, me dejo oír algunas de sus canciones, y tengo una petición.-Alexander salió de debajo del auto y se limpió la grasa de las manos con un trapo.-Lo que tú quieras cariño. La joven apretó los puños, nerviosa, sería la primera vez que diría algo como aquello- Quiero casarme aquí en Canadá.-Era la primera vez que ella confesaba abiertamente su deseo de casarse con él.- Y que Jean y su grupo toquen en la boda.-El ruso rio, se imaginaba una solicitud menos razonable.-Suena esplendido, se lo pediré más tarde, es un muchacho muy agradable.-la castaña se acercó y le beso con dulzura.-Gracias Sasha, sé que seguiremos siendo muy felices juntos.- el ruso la abrazo hundiendo su rostro en su cuello, aquella felicidad amenazaba con desbordarlo.-No tardes tanto acá abajo, solo es un auto.-el hombre sonrió.-No dices eso cuando se trata de tus investigaciones.-La mujer le pellizco la mejilla.-Dirás nuestras investigaciones, no sabes cuan ansiosa estoy de volver a trabajar en cuanto los permisos estén firmados.-el hombre le miro maravillado de aquel intenso brillo en su mirada.-Tus investigaciones cambiaran el mundo como lo conocemos.-le declaro presa de un inmenso orgullo.-Lo sé, es un poco aterrador, pero también emocionante, todas las parejas del mundo deberían poder conocer la dicha de convertirse en padres, en especial nosotros.- la había vuelto a hacer llorar, se maldijo por ello, pero ella no tardo en reconfortarlo con un abrazo.
Tanto si les ha gustado, como si no, les pido me lo hagan saber en sus comentarios. n.n
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Espíritu Libre.
RomanceEra extraño como podía desconcentrarse solo de pensar en él, perdía la concentración, el habla y sospechaba que muy pronto también la razón.