Mes cinco.
Este mes paso ni tan lento ni tan rápido, creo que sin duda este mes fue mi favorito, ahora podía formular conversaciones concisas y duraderas hasta que el solo decidiera pararse y abandonar la mesa; como siempre.
Las personas cada vez comenzaban hablar, supongo que salieron un poco de su burbuja y volvieron a fijar la vista en "el chico raro" el cual cada día me parecía mas normal.
- ¿Qué piensas del color amarillo?
- ¿Amarillo...?
-Amarillo pollito.
-Lo odio, prefiero el azul.
-Buena opción, mañana me tinto el cabello amarillo pollito, es mi color favorito.
- ¿El rojo no es tu color?
-Recuerdas "Chico raro"
-No, es normal.
Al otro día exactamente volvió con su cabello negro y todas las puntas estaban tintadas ni más ni menos con "Amarillo pollito".
-Este color aparte de ser mi color favorito me recuerda a mi mascota fallecida -confeso tomando mi mano y pasándola por todo su cabello.
- ¿Un perro?
-No, una serpiente, una Pitón Birmana.
-Eso es... interesante ¿supongo?
-Compartía mi vida con ella, hasta que tuvo crías y se la comieron -explico tan sereno.
En un punto no sabía si estaba asustada o solo algo confundida, pero pensé que me encontraba en aquella situación porque nunca había escuchado algo similar, solo porque estaba tan absorta en mi mundo todos estos años que no me importaba saber de los demás, así que todo aquello era tan normal como que la gallina pone huevos.