—¿Estas seguro que es buena idea?— Bob pregunta con voz temblorosa a través del teléfono de The Scientist Cofre & BookStore.
—Si, ya te dije... Entre tu y yo veremos el modo de que tu padre y el mío queden conformes sin que haya derramamiento de sangre.— responde Elliot desde su celular, a bordo de su lujoso Aston Martín.
—Vale. Te veo en el casino de José a las 19.— Bob fija el lugar de la reunión, al ser su favorito, le parece buena idea.
—Pero llegas temprano, me caga la gente impuntual.— Elliot recrimina a Bob al no ser la primera ocasión que no se cumple lo pactado entre ellos.
—Vale, en el casino a las 19. Y no te preocupes, a mí, más que a nadie le interesa que esto se resuelva. Estoy hasta las narices de las constantes intervenciones de Jack y su pandilla.
—¿Tambien te están oliendo los pedos?
—¡¿A ti también?!
—Si, ya odio al imbécil de Sawyer.
—Hasta más tarde.— Corta sin rodeos.CASINO DE JOSÉ LUÍS RODRIGUES, 19 HORAS.
—Este idiota... ¡Dijo que llegaría temprano!— Reniega Elliot al ver su reloj, son las 19 en punto.
—Tranquilo, baby. Baila conmigo. Verás que así no se te hará difícil esperar a tu amigo.— Tira de su mano una sexy rubia de ojos verdes y lo lleva a la pista.Elliot se deja llevar con su chica y baila de forma poco decorosa con la rubia, que no recuerda como se llama, salvo que su nombre empieza con "K" y siguen los acordes de blue redlines mientras le masajea el trasero con ambas manos, y ella lo besa en el cuello y le toca la entrepierna. Ambos ignoran que en ese sitio no son bien recibidos. O más que nada, no les interesa. Elliot solo piensa en llegar a un acuerdo con Robbin Lambert y salir de ese lugar para después follarse a la atractiva rubia que tiene entre sus brazos, y de ser posible, llevarse también a alguien más...
A los pocos minutos y cuando cambia la canción por sexy bitch de David Getta, siente que alguien le toca el hombro con bastante insistencia.
—Niño rico, toma a tu perra y vete de aquí.— le grita un tipo afroamericano y enorme que adivina, es el "saca borrachos" del casino.
—Sacame si puedes, gorila.— Gruñe Elliot.Al momento que el tipo enorme lo toma del brazo, Elliot tira del colgante dorado que pende del cuello del sujeto y lo golpea en la cara y la entrepierna con un movimiento rápido y eficaz. Cuando se acercan los demás guardias del local, siente como alguien sostiene su brazo y lo lleva afuera y ve la espalda de aquel fulano que ya ve hasta en la sopa.
—Saca al señor Grey de aquí. — musita Sawyer que no le quita un ojo de encima a ese chico.
—¿Que? ¿Papi te mandó a cuidar a su otro bebé? No lo culpo, después de que su más grande orgullo resulto ser tan falso como el resto de su prole...— se burla uno de los guardias del casino.Sawyer disimula muy bien su sorpresa al notar como es que en Seattle se sabe sobre el otro hermano Grey y como es que esta en prisión. Sin afirmar, negar o aclarar información; se quita sus lentes oscuros y los guarda en la bolsa interior de su americana. Relaja un poco su cuello y sonríe. Acto seguido comienza a golpear a cada uno de los guardias y destroza la barra del casino. Nadie del equipo de Sawyer interviene y él solo va golpeando a uno tras otro de los guardias que a pesar de su tamaño y cantidad, no son rivales para él.
Patadas...
Golpes...
Botellas de whisky y licor vuelan de un lado al otro y solo se aprecia como caen, y se vuelven a levantar uno tras otro de los enormes gorilas y orangutanes que preservan el orden y el juego limpio en el casino.
Justo cuando tiene por el cuello al tipo afroamericano que comenzó a molestar a Elliot, y está a punto de romperlo como un palillo, se interrumpe por una inesperada ráfaga de balazos dentro del local, al buscar la fuente de los disparos, mira hacia un balcón y se encuentra a tres sujetos, uno de ellos está impecable con un elegante traje negro sin corbata. Los otros, que están a los lados del sujeto de traje, son dos afroamericanos aun más altos que el que cuida la entrada, y se ve, que van armados hasta los dientes. El tipo de traje trae entre las manos una ametralladora. Sawyer desconoce más, porque su arma favorita son sus puños, no necesita armas.
—¡Largo de aquí!— grita el tipo de traje, —No se quien mierda son ustedes, pero están destrozando mi casa, y para empezar, no son bienvenidos aquí. Les doy tres para que salgan, porque estos negros y yo tenemos muy buena puntería, y de no haberse ido... ¡Aqui correrá sangre!
Sawyer suelta lentamente al tipo enorme y levanta las manos en señal de rendición. Con una mirada les indica a sus compañeros que es momento de irse y salen del local, como si salieran de su casa.
En el estacionamiento del casino, se encuentra con Elliot que esta haciendo algo casi escandaloso sobre el cofre de su Aston Martin con la rubia. Sawyer tira del brazo de Elliot y los otros chicos del equipo de seguridad se llevan a la chica, que va más que achispada.
—¿Se puede saber que coño haces aquí? Si no te haz dado cuenta estamos en guerra.— le riñe Sawyer a Elliot.
—Vete al demonio, Luke. Puedo cuidarme solo.—Ladra Elliot furioso por la fiesta que le han interrumpido.
—¡Ajá, como digas niño! Sube al auto, iremos a casa de Carrick.
—Te dije que te fueras al demonio, Sawyer. Aquí no eres más que el lame huevos de mi padre.Es lo ultimo que dice Elliot para zanjar la discusión y sube a su auto. Arranca y sale disparado del casino rumbo a su casa. Tras su salida, ingresa al estacionamiento del casino, un lujoso Cadillac del que desciende el niño mimado de Franklin Lambert, Robbin.
A LA MAÑANA SIGUIENTE
Un niño de 16 años que va muy feliz repartiendo periódicos antes del amanecer, se frena inesperadamente y casi rueda directo al suelo. Un auto pasaba por ahí y se frena para auxiliar al chico.
—¿Te ayudo en algo, niño? —ofrece un joven conductor que sale del auto.
—¡Mire, arriba!— grita al borde de una crisis nerviosa el chico.
Obediente, el conductor observa a donde señala el niño con un dedo tembloroso. De inmediato saca su celular del bolsillo de su americana.
—¡Necesitamos a los bomberos,una ambulancia y la policía! ¡Hay un chico muerto colgado de un poste!MANSIÓN BELLEVUE, DOS HORAS DESPUÉS
—Señor Grey, disculpe... Le llama Sawyer.— Gretchen, la fiel ama de llaves y cómplice de Carrick interrumpe el desayuno de su jefe; que en ese momento, estaba en el jardín.
Carrick le tiende la mano a Gretchen esperando que ella le entregue el auricular del teléfono. Tras escuchar lo que Sawyer le dice desde el otro lado, traga saliva y comienza a llorar en silencio.
Gretchen, siempre tan discreta, se limita a tenderle un pañuelo y murmurar en su oído...
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ROMEO DEBE MORIR
FanficEN LAS CALLES DE SEATTLE, LA CONSIGNA ES: ROMEO DEBE MORIR En edición y cambio a HISTORIA ORIGINAL en BOOKNET. REGISTRADA EN SAFE CREATIVE 2004013519373