Capítulo XVII

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Un ruido interrumpió nuestro hermoso momento. Shawn me dejó de pie en el suelo.
-Vete, Alaska, vete
-¿Pero que pasa Shawn?
-Escondete en mi armario- Dijo Shawn con el corazón en su boca.
-Shawn
-Vete Alaska
Milésimas de segundo después de que cerrara la puerta de la habitación de Shawn lograron abrir la puerta.
-¡Policía! ¡Levante las manos!- Eran gritos que provenían del living-Comedor.
No entendía lo que estaba pasando con Shawn. Tomé una posición que me permitía ver lo que ocurría en la otra habitación. Vi como le ponían las esposas a Shawn y me agarró un escalofrío de pies a cabeza. A pesar de la oscuridad que me rodeaba, nuestros ojos se encontraron; se encontraron justo antes que se lo llevaran.

*SHOCK*

Me puse una camisa de Shawn que encontré por ahí, tomé mi celular y bajé por las escaleras ubicadas en la pared del edificio lo más rápido que pude. Cuando mis pies tocaron el suelo salí corriendo hacia la comisaría. Literalmente corrí como si la muerte me persiguiera. Al llegar a la comisaría, noté que no había mucho movimiento. Entré en el edificio que estaba bastante descuidado y me topé con una oficial. No quise preguntar por Shawn por si llegaba a cagarla más de lo que está.

-Señorita
-Buenas noches oficial
-¿Qué busca por aquí?
-¿Dónde de queda la calle Bosque?

Lo vi pasar por ahí. Un policía lo tenía de sus muñecas. Sus ojos se fijaron en los míos y de comunicaron. Él estaba roto por dentro, lo sabía. Su pelo estaba esponjado, sus ojos mojados y todavía tenía un poco de mi labial en su boca.

-La calle Bosque queda a tres cuadras de aquí- Dijo una voz que Ignoré por completo.

ALASKA FLORIAN FLYNN

-Señorita- Dijo la oficial.
-Si, perdone, ¿Dónde quedaba la calle?
-A tres cuadras hacia la derecha desde aquí
-Gracias oficial
-No hay de que, tenga cuidado
Le sonreí y me fui de la comisaría. Bajé el pequeño escalón de la puerta y sentí una brisa que me atravesó como si fuera un pedazo de red. Me congele por completo. Una fría y solitaria lágrima cayó por mi cara. No la sequé, solo comencé a caminar. No me importaba que me robaran, ni que me hagan nada, solo seguía el rumbo de mis pies.

Ali

No estoy de humor, ¿Qué, que quieres?

Que te sientes en el banco que esta a tu lado y te pongas a pensar

¿Así me deprimo más de lo que estoy?

Ali, solo hazme caso

Está bien
Me senté en un banco de una plaza. No hacía frío, pero había mucho viento.

¿Lista?

No, em, sí

Comienza

Tengo miedo de que Adela le haya entregado la foto a la policía. Tengo miedo de que Shawn nunca salga de ahí. Tengo miedo de que mis padres me maten. Tengo miedo de que los demás se enteren. Tengo miedo de que me expulsen del colegio. Tengo miedo de que Shawn se enoje. Tengo miedo de que yo termine ahí dentro. Tengo miedo.

Retomé mi caminata sin rumbo. Cuando me quise dar cuenta ya era tarde, estaba del otro lado de la ciudad; en realidad casi. Para llegar al otro lado de la ciudad debía cruzar un gran puente. Antes de cruzarlo, decidí ir a comprar algo para beber.
Entré a un almacén que estaba abierto y me dirigí a las heladeras, tomé una cerveza, la pagué y salí del almacén.
No era una zona muy linda de la ciudad, pero no me importó. Seguí caminando a paso babosa. Caminé todo el puente bebiendo mi cerveza y en un estado de shock intenso.

*SHOCK X2*

Llegué a los acantilados Montana. Siempre me gustaba sentarme allí a mirar la ciudad. Desde la altura parecía una ciudad feliz, pero dentro de ella no era así. Estos acantilados se encontraban cruzando la carretera, o sea frente mío. Antes de cruzar hacia ellos, pude notar una silueta de un hombre. No tenía derecho a extrañarme porque era espacio público. Me llevó unos segundos entender lo que hacía allí.
Crucé la carretera a hurtadillas para no anunciar mi presencia.

-Estás seguro de lo que vas a hacer- Pregunté y bebí un poco de cerveza.
-Déjame sólo, vete- Dijo el hombre alzando sus brazos en forma de la letra T y quedando a punto de caer.

QUE ESTAS HACIENDO ALASKA

-Parece feliz la ciudad desde aquí, ¿Verdad?- Pregunté pero no respondió.

MIJA CÓRTALA

Me acerqué un poco más. Al ver que el hombre, bastante joven por cierto, no respondía, abrí mi enorme bocota.

-Ojalá fuera feliz, pero no lo es
-Estás en lo cierto- Respondió bajando sus brazos aunque seguía en el borde.
-Se que no es una ciudad muy feliz, pero hay más vida fuera de ella
-No para mí
-¿Por qué?
-No la hay, solo eso- Dijo con la cabeza gacha y retrocediendo unos pasos.
No sabía que decir.

-¿Quieres?- Pregunté ofreciéndole un poco de cerveza.
Asintió con la cabeza. Se acercó a mí, tomó la botella de mi mano y bebió un poco.




Química [Shawn Mendes]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora