Él estaba muerto, hasta no ver su tumba se percató de ello.
Unas flores le decían que aún no era olvidado,
Un perro se colocó a su lado,
El camino de cempasúchil se había formado.
Era hora de caminar volver a caminar,
De correr, reír y viajar.
Vivir era para los vivos y morir...
Bueno, pronto descubriría hacia donde iba a ir.
-J.P. Marines.
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Cuentos de noches sin luna
HorrorCuando la luna se oculta y su brillo deja de guiarnos en la noche, es cuando nos encontramos en un camino lleno de oscuridad. Es en la oscuridad cuando nos enfrentamos a la penumbra de nuestras almas, a nuestros más torcidos deseos, a nuestra melanc...