El otro inicio.

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Él estaba muerto, hasta no ver su tumba se percató de ello.

Unas flores le decían que aún no era olvidado,

Un perro se colocó a su lado,

El camino de cempasúchil se había formado.


Era hora de caminar volver a caminar,

De correr, reír y viajar.

Vivir era para los vivos y morir...

Bueno, pronto descubriría hacia donde iba a ir.


-J.P. Marines.

Cuentos de noches sin lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora