CRIAR CORDEROS

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       Mamá Cuervo tenía un problema, la Abuela Cuervo siempre le decía: "Cría cuervos y te sacaran los ojos". Así que Mamá Cuervo decidió adoptar 3 pequeños corderos, dulces y tiernos; Indefensos e ingenuos pero siempre obedientes, a los cuales criaría con todo su amor.


       Cuando se salían a correr Mamá Cuervo los regañaba: "No pueden salir pequeños" decía con prudencia, "Si corren se lastimaran y van a llorar mucho. Mejor quédense adentro de la casa" Aunque los Bebes Corderos regresaban decepcionados a casa, Mamá Cuervo los acompañaba Feliz de haber protegido a sus hijos.


       Cuando los bebes corderos salían a explorar el bosque, Mamá Cuervo salía como centella a detenerlos: "¡No pequeños! Si van al bosque se perderán, por favor no salgan de casa." Aunque los Bebes Corderos volvían tristes a casa, Mamá Cuervo estaba orgullosa de sus hijos obedientes.


        Cuando los bebes corderos se veían en el reflejo del lago, Mamá Cuervo les decía: "Pobres de ustedes mis niños, ustedes que se parecen a su padre no heredaron mi hermoso pico de ébano, ni mis uñas de obsidiana. Y con esa figura, aunque tuvieran mis plumas, no podrían volar jamás" y aunque los corderos tenían el corazón roto, Mamá Cuervo sentía la admiración de sus pequeños niños.


          Cuando llego el frío del invierno y la comida escanciaba Mamá Cuervo estaba tranquila, pues mientras dormían sus hijos a cada uno los puso en una cazuela para cocinarlos a fuego lento. Cuando despertaron en la hoguera, los pequeños no tenían fuerza, valentía, menos confianza para escapar de su Madre.


          De esa  forma Mamá Cuervo logro sus dos cometidos, tener comida para todo el invierno y evitar que sus hijos se la comerían como ella se comió a su madre. 

Cuentos de noches sin lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora