Siempre añoro probar el fruto del sufrimiento del hombre
Así que un día probó la receta.
La bestia sembraba los huesos de sus víctimas en el patio
Y en las noches de luna roja
Contemplaba como los árboles de sufrimiento crecían.
Sus lamentos agonizantes para él eran arrullos.
Y la ominosa sombra que producía su sábana.
Cada mañana los regaba con lágrimas,
Era muy importante que fueran de viudas
De lo contrario los lamentos no serían sinceros
Y su fruta no sería tan dulce.
Los frutos que daban los árboles eran Carnosos,
Llenos de añoranza por una vida no vivida,
Llenos de sueños frustrados y una sazón de arrepentimiento.
Al probarlos supo lo horrible de que era el sufrimiento humano.
Intento beber alcohol para lavar el sabor
Pero solo sufrimiento podía saborear.
Intentó comer a otras víctimas
Pero solo dolor podía saborear.
Al día siguiente se vio la bestia tratando de arrancar la raíz de la melancolía.
Pero por más que trato no pudo arrancarla
Los terrores que había plantado volvían a crecer
Y entre lamentos y sombras sin consuelo
La bestia cayó moribunda al piso.
Por mil semanas sufrió.
Por cien días se desnutrió.
En el último lloro arrepentido.
Y al final murió de hambre
Y su cadáver solo sirvió para alimentar a los árboles.
-J.P. Marines
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Cuentos de noches sin luna
HororCuando la luna se oculta y su brillo deja de guiarnos en la noche, es cuando nos encontramos en un camino lleno de oscuridad. Es en la oscuridad cuando nos enfrentamos a la penumbra de nuestras almas, a nuestros más torcidos deseos, a nuestra melanc...