Parte 5

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Era martes, para el castaño el peor día de la semana era día de más compras navideñas, tenia una nueva lista con todas las cosas que según su bello novio hacían falta. Claro que la casa estaba suficientemente decorada, pero al parecer el patio debe ser decorado también. Las cosas casi no habían cabido en el auto y quizá rompió alguna esfera con tal de cerrar la cajuela.

El trabajo había estado muy pesado, los chicos estaban aprendiendo nuevas notas y Louis podía desesperarse un poco sin embargo no se quejaba, amaba su empleo y estaba agradecido de que a pesar de todo lo hayan aceptado. Sin embargo, el tener que adentrarse a tiendas coloridas llenas de gente y niños con caras y manos pegajosas en un día realmente frio, no es su parte favorita y quizá solo quizá su mal humor aumentaba por cada minuto que seguía ahí-

Cuando por fin estaciono fuera de su casa, el alivio lo invadió. Quería un beso y algo de chocolate caliente mientras terminaba de calificar los exámenes. Abrió la cajuela, y con cansancio observó todas las cosas, tomo varias de ellas y lucho por poder acomodar la mayoría en sus brazos. El aire golpeaba su rostro y no quería tener que hacer varios viajes. Estaba entretenido hasta que una suave risa que conocía bien se escucho desde la puerta.

Ahí estaba Harry, tenia la nariz roja y un gorrito de Santa, completamente rojo y un pompón blanco, además traía puesto un horrible suéter verde demasiado brillante adornado con un par de renos bordados, un pantalón negro pegado y unos tenis blancos. Y quizá Louis le hubiera dicho que estaba realmente bonito si este no se hubiera vuelto a reír de su falta de gracia para maniobrar bolsas.

-Cuidado con eso, Lou. Son frágiles. - dijo mirándome mientras se recargaba en la puerta-

-Nos vas a ayudarme? Digo solo si quieres porque no importa que me esté congelando aquí a fuera y cayéndome con el peso de estas malditas cosas que no eran para nada necesarias.

-Oh vamos Louis, relájate un poco, sonríe. Donde quedo tu espíritu navideño?

-Con suerte mi espíritu navideño está en mi po..

-¡ERES UN GROSERO!.- Dijo fingiendo enojo, pero una ligera sonrisa se asomaba por las comisuras de su boca mientras tomaba las bolsas que quedaban en el auto y se adentraban a su hogar-

Louis amaba a su novio, porque era la persona mas risueña del mundo, si el decía algo grosero Harry siempre iba a reír, algo sin gracia iba a reír, en los buenos momentos reía y en los malos trataba de hacerlo. Cuando el castaño se enojaba la sonrisa de su novio siempre suavizaba todo. Y por eso estaba feliz de que el rizado lo escogiera a el para estar a su lado. Porque definitivamente a su vida le faltaban risas, su mundo era gris y lleno de recuerdos sobre peleas con su familia. Se había ido de su casa a las 17 entre pocas prendas de ropa, lagrimas y gritos de su padre. Toda su infancia fue desagradable y Santa nunca llego a sacarlo de ahí y lloraba porque el era el único niño al que santa no quería.

Después lo comprendió, el no necesitaba a nadie que lo sacara de ningún lado él se iría y lo hizo. Nunca volvió. Pero no era feliz, no lo fue hasta que cierto chico de sonrisa despampanante lo miro y le dijo hola. No lo fue hasta que lo llevo por ese helado y descubrió que la vida puede ser linda. No fue realmente feliz hasta sintió los delicados labios de su novio en los suyos y tuvo las mariposas en la pansa que siempre escucho, pero nunca experimento y no fue realmente feliz hasta que un ruido lo despertó a mitad de la madrugada y era Harry entrando a su departamento para acurrucarse a su lado porque no podía dormir, justo un poco antes de decidir vivir juntos.

-¿Por qué me ves tanto, amor?- decía el menor con una sonrisa en sus labios.

-Porque eres estupendo y lo mejor que me ha pasado.

La navidad ideal  L.S TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora