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Sábado en la mañana, 10:00am.

Solté un suspiro, obteniendo esa sensación cuando te estas levantando de un sueño ligero y simplemente quieres cambiar de posición y seguir durmiendo. E iba intentar ese movimiento, pero algo me lo impidió, o alguien mejor dicho. La castaña tenía su cabeza sobre mi pecho desnudos y soltaba una respiración muy suave entremezclada con suspiros.

Yo me mordí en labio inferior con anhelo y devoción, sintiendome sorprendida de que mi líbido se agitase en mi vientre con el solo verla postrada pacíficamente en mi pecho.

¿Qué me hiciste, mujer?

En una noche, en una sola noche, menos de venticuatro horas de margen, me hizo sentirme tan o más viva que nunca. Me sentía pesada por la gran cantidad de emociones, pero estos en una contradicción me hacían sentir ligera. Su belleza era tan etérea y sublime, que respiré profundamente, simplemente viendo a aquella tierna mujer que me había adorado durante toda la mañana con una devoción y ternura que me hacía gemir con solo recordarlo, y pensar en repetirlo en algún momento me hacía sentir emocionada.

Pero eso no era lo único, el sexo sigue siendo un adicional y una necesidad a veces, que iba a perder sentido con el tiempo.

Por la castaña que se encontraba en mis brazos también existían aquellos precipitados sentimientos que a pesar de tenerme aterrorizada por lo muy rápidos que se estaban dando, sabían que eran verdaderos ya que con nadie había sentido algo tan intenso y profundo, y tal vez el camino no sería fácil, pero lucharía para mantenerla a mi lado, costase lo que fuera. Estaba cayendo insondablemente por ella, por como me sentía con ella y por como ella se sentía conmigo. Con una autenticidad envidiable estaba naciendo un lazo entre nosotras, y yo solo quería fortalecerlo.

Comencé a acariciar su espalda rítmicamente y ella suspiró entre sueños, sujetándose de mi cintura con fuerza, sin querer despertarse completamente. Yo reí suavemente llena de ternura, dándole un beso en la frente. Ella soltó un quejido y se apretó contra mi cuello como un pequeño koala.

- ¿Entonces sólo tienes ánimos en la mañana cuando quieres jugar?- Pregunté juguetonamente y ella asintió en mi cuello, pero no se movió.

- Es posible que hayas despertado eso en mi, y de todas maneras, es demasiado temprano para una oración tan larga.

- Error, tienes demasiado sueño para una oración tan larga. Deben ser las diez y tanto, jamás me había quedado hasta tan tarde en cama.

- Te pierdes mucho de la vida.- Aseguró la castaña mientras frotaba unos de sus ojos y bostezaba. Se veía tan adorable, con la cara levemente hinchada y sus ojos brillantes, síntomas de que estaba recién despierta. Se incorporó hasta quedar sentada a mi lado, obsequiándome una fácil visión de su costado desnudo. La sábana se corrió de su cuerpo, dándome la vista completa del tatuaje que no había observado con anterioridad.

Este era una frase, escrita en una letra corrida hermosa, "Cause I had the best of the worst sides". La frase era bastante explicativa por ella misma, pero aún así sentía curiosidad de cuales habían sido esos lados. Tenía razón en eso de que no la conocía completamente, pero quería llegar a hacerlo, y eso era lo que importaba. Mi mano acarició la tinta en su piel con suavidad, observando como todo su cuerpo reaccionó placenteramente ante mi toque, siendo uno de los más obvios, su piel erizada y sus pezones erectos.

Si bien, me excitaba tener su cuerpo desnudo frente al mío, no era el momento propicio para pensar en sexo, cuando ya habíamos tenido bastante de eso esta mañana. Quería que tuvieramos una conversación sana, antes de que nuestros cuerpos y sentimientos tomasen control de la situación.

24 Hours.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora