(6) Pequeñas heroicidades

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La noche del lunes cayó mucha nieve en National City, colapsando toda la ciudad y ocasionando mucho caos

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La noche del lunes cayó mucha nieve en National City, colapsando toda la ciudad y ocasionando mucho caos. Lena, se despertó al percibir que el apartamento hacía un frió horrendo, a pesar de haber dejado la calefacción algo más alta del habitual. Reinaba una penetrante e inquietante oscuridad. Trató de prender la luz, pero no se encendió.

Se levanto de la cama, se dirigió a la ventana de la habitación. Levanto la persiana, comprobando que la carencia de luz era general. La calle estaba medio iluminada por un camión de bomberos que trataba de hacerse paso a través de un enorme mantel de nieve, debía de medir unos 30 centímetros. Los coches aparcados estaban cubiertos de nieve y no se podía distinguir los límites de la calzada de la acera. Incluso le pareció ver un par de coches accidentados que obstruían más la circulación.

Al menos parecía haber terminado de nevar. Abrió la ventana con algo dificultad y un aire glacial le corto la respiración. La cerró de inmediato. Lo primero que le vino en la mente, fue las personas sin techo. Se estremeció. No podía permanecer inerte en el piso. Localizo su móvil, lo encendió y con la luz de la pantalla cogió una linterna frontal.

Se puso los calcetines más calientes que tenía, dobles jerséis y encima el mono impermeable de trabajo. Por suerte se había comprado unas buenas botas, preparadas por todo tipo de inclemencias ambientales. Busco la bolsa más grande que tenía y metió varias mantas y un saco de dormir. Se puso el abrigo y salió el piso.

No le fue fácil salir del edificio. La puerta estaba tapiada por la montaña de nieve. Se le ocurrió tirarse por una ventana, pero tampoco debía de ser muy alejada del suelo para no matarse. Miró la hora y por suerte eran las seis de la madrugada. Pensó en una de sus vecinas, que vivía en la planta del entresuelo y solía levantarse en aquella hora. Sin meditarlo subió hasta su puerta y le dio suaves golpecitos.

Una mujer de unos cincuenta años no tardo en abrirle la puerta. Aún iba con pijama y se había puesto un batín de forma apresurada. La miró como si estuviera loca, no disimulando que le había molestado que le hubiera sacado de la comoda cama. Su mirada solía estar vacía y cada vez le costaba más seguir con el devenir diario. Con mala gana le permitió acceder a su piso y saltar por la ventana.

Hacía tiempo que no pisaba nieve. En aquellas horas aún estaba blandita y sus pies se hundían. Los bomberos que trataban de despejar la calzada para ir a socorrer a alguien, le miraron y gritaron reprochándole su imprudencia. Se les acerco y ofreció para ayudarles. Lena no pretendía ser una loca heroína.

Aceptaron su ofrecimiento. Un hombre algo mayor le ayudo a subir en la cabina del conductor. Le contaron que debían de acudir a un piso dónde había un problema de mala combustión del gas. Les acompañaría y después se comprometieron en dejarla en algún punto de atención a la gente sin techo, tipo hospital de campaña.

- Esta en el barrio Sud.- en escuchar su destino se le puso el corazón en un puño.

- Por favor puede especificar más.- no evito interrumpirle, rezando que no fuera el hogar de su hijo.

La barrenderaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora