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Narrado por Amber
La noche sí había sido larga, afortunadamente no por las razones que imaginé en un principio.
Stephen sí me había tocado durante un tiempo pero después se quedo dormido,eso no me dio calma por dos razones: la primera es que su mano quedo sobre mi pecho,demasiado incómodo y asqueroso,además de desesperante al no poder hacer nada; por tener mis manos amarradas.Esto pude solucionarlo, no fue fácil; mis manos estaban tan apretadas que se me dificultaba mover cualquier parte  mi cuerpo sin lastimarme las muñecas, aún así me movía bastante y de repente el sólo se dio la vuelta, fue un gran alivio ya no tener sus manos sobre mi cuerpo.Desde qué el trato de abusar de mi hace unos años no soporto que la gente me toque, me dan ataques de pánico, es  una sensación espantosa,y aumentaba cuando era el quien  me tocaba.
La segunda es que toda mi vida dormí con Liam, desde que tenía 8 y el 10, el siempre estuvo cuando pasaba por  situaciones difíciles; como cuando mi madre cometía una mínima equivocación y Stephen la golpeaba hasta dejarla casi inconsciente o con moretones y sangrando, o cuando golpeaba a Jake y más importante aún,cuando me quedaba sola con el y me tocaba; yo no entendía que pasaba,pero algo en mi mente me decía que estaba mal,sólo que no sabía quien estaba mal, pensaba que era yo y por eso nunca dije nada.
Aún sin saber completamente que pasaba en mi casa todas las noches el estaba conmigo y me ayudaba a poder dormir, incluso ahora ya siendo mayor cuando me da un ataque de pánico  ya sea de día o de noche el es el único que puede calmarme.
Es tanto el amor que siento por el, que necesito que esté acosado a mi lado para poder dormir y yo sé que el sé siente de la misma manera.
Así que esa preocupación se volvían varias : la de no poder dormir, la de que Liam no pudiera dormir, que el estuviera preocupado, que todo esto es por mi culpa y la mas importante: lo mucho que sufríamos ambos por haber perdido a nuestro bebé.
En toda la noche no pude dormir, y me dedique a hacer lo que más comúnmente hacia estos días: llorar a mares.

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