2. Muchas sorpresas por hoy

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— ¿Qué demonios acaba de ocurrir?— Amy aún sorprendida, pregunta exigiendo explicaciones. Sus respuestas llegan tan rápido que la hicieron correr al igual que los chicos al ver a un grupo de delincuentes enfurecidos con armas en mano.

— ¡¡¿Qué carajos?!! — Grita la pelinegra corriendo jalada por Félix. Alex corría adelante buscando una mejor ruta de escape, que fue un callejón que conectaba a otra calle. — Alex, ¿segura que no es mejor escondernos?

— Utilicemos la salida del callejón. — La siguieron, esperando que los hayan perdido. Mientras recuperaban el aliento, Alex vigilaba que no los hubieran seguido. Observó que en la calle que estaban, habían una camioneta y un auto estacionados en la vereda de al frente. — Si aparecen, ustedes vayan a esconderse en la parte delantera de la camioneta, lo más seguro es que revisen primero el auto que está más cerca y luego la carpa de la camioneta que la cubre atrás. Yo los llevaré por otro lado.

— No... No me gusta lo que estás insinuando Alex. — Félix desesperado la detenía. — no quiero que te vayas y te pase algo...

— Alex, Félix tiene razón, no sabemos de lo que son capaces esos tipos, ni sus habilidades, nada.

— No los voy a enfrentar, los distraeré y ocultaré mi rostro. No han visto los suyos todavía, así que cúbranse lo más que puedan. — Dijo Alex empujándolos con prisa, cuidando de no ser brusca. — Rápido, apresúrense y no se separen.

— ¿Dónde nos encontramos? — Pregunta Amy resignada a las circunstancias.

— Puede ser en la cafetería que está cerca de la casa de Amy. — Respondió rápidamente Félix que sacó una bandana y se lo pasó a Alex para que se tapara el rostro. — Si te demoras más de 30 minutos, llamamos a la policía, bomberos, ambulancia, PDI, la marina, militares, incluso le hago una protesta a la presidenta si tu no vuelves.

— Lo prometo. — Alex los tranquiliza y los chicos finalmente se van a esconder adelante de la camioneta agachados.
Alex logra ver a los tipos a mitad del callejón, se pone la bandana y el gorro de su abrigo (el cual le cubría hasta lo ojos), tapándose bien la cara para que no la identificaran por cualquier cosa. — "Son sólo 13 betas, no tendré problemas en perderlos."— Se mostró frente a ellos y les preguntó. — Viejo, ¿cuál es su problema?, ¿Por qué perseguían al chico que estaba huyendo?

— Vaya, vaya. Pero qué alzada. — Respondió un hombre que aparentaba veintitantos años, vistiendo una sudadera marrón, pantalones gastados, zapatillas azules y el gorro de la sudadera. Los demás tenían una apariencia similar, con tatuajes y pircings. Tenían bates, barras de hierro o cañerías y navajas de bolsillo. — Al parecer no estás enterada, de que el alfa que tenía bajo su poder este distrito, fue el tipo que asesinaron hoy hace unas horas. — El tipo se iba acercando lentamente arrastrando un bate en su mano izquierda. Se detuvo y golpeó fuertemente la pared. —Por lo que en estos momentos nos estamos apoderando de él por la fuerza, ¿Comprendes?

— Lo que entiendo... — Se prepara para correr por su vida. — Es que son sólo una banda de ignorantes débiles que creen tener la pequeñísima esperanza de obtener algo sin esfuerzo, que no les corresponde ni mucho menos lo merece una basura de mierda cómo TÚ. — Termina de decir en tono burlesco con el fin de provocarlo.

Como predijo, se enfurecieron y comenzaron a perseguirla al verla correr. Alex intentaba correr a una velocidad en la que no perdiera ninguno de vista ni en que la alcanzaran, con tal de que a ninguno se le ocurriera volver. Cinco minutos después, al ver que ya estaban medio agotados, decidió que ya era tiempo de perderlos definitivamente, por lo que fue dando vueltas y vueltas por más callejones, saltando vallas y murallas, hasta que apareció nuevamente el chico que había estado huyendo de ellos, frente a ella. Él fue corriendo en su dirección y Alex lo esquivó fácilmente, ya que no iba tras ella, sino de sus perseguidores. Los cuales al reconocerlo se lanzaron contra él sin dudarlo aunque estuvieran cansados, lo cuál les jugó en contra. El chico parecía tener su edad, su pelo era rubio oscuro ondulado, ojos café claros, piel media morena. Vestía pantalones un poco apitillados color beige, zapatillas blancas con negro, suéter gris y casaca negra. Su altura era de 1.72 m y su complexión media delgada. Manejaba más o menos el judo, lo cuál le sirvió de mucho al utilizar la fuerza de sus oponentes en contra, más si estos apenas estaban en condiciones de contraatacar y pensar en alguna contramedida. Como vio que no tenía problemas en someterlos, prefirió irse en dirección a la cafetería. Comenzó a caminar y la detuvo otro chico, que por su olor, se percató que este era un alfa, razón suficiente para que tuviera cuidado con él.

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