Un discurso

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*Hannah

No eran normales los mensajes que estaba recibiendo por parte de Christopher. Era ya casi la una de la madrugada y el insistía en que le dijera cuanto lo extrañaba. El asunto se hizo aún más raro cuando, después de decirle que lo extrañaba demasiado, no volvió a contestar... Ahí me empecé a preocupar.

Ya llevaba casi media hora "escribiendo", o al menos eso decía WhatsApp.

Me disponía a ir a la cocina por un poco de agua cuando vi a mi mamá observando por la ventana del balcón mientras trataba de esconderse entre las cortinas

Reí - Mamá ¿que se supone que haces?

-¡Baja la voz, Hannah! - dijo susurrando y haciéndome señas para que me acercara a la ventana.

-¿Que pasa? - pregunté con voz suave y aún sonriendo.

-Algo extraño pasa allá afuera, hay un auto estacionado enfrente y solo alcanzó a ver a un chico alto afuera, como esperando a alguien más.

Me asomé por la ventana y noté que era el auto de Emmanuel el que se encontraba estacionado enfrente.

-¿Que hace él aquí? - dije con vos casi imperceptible, tomando las llaves y corriendo en dirección a las escaleras que daban con la puerta de enfrente.

Estaba a punto de abrir la puerta cuando la voz de mi madre me espantó.

-¡Hannah! - gritó desde arriba.

La ignoré e introduje la llave en la cerradura y fue ahí cuando escuché el primer impacto...

No sabía que pasaba, pero estaba realmente asustada.

Sonaron otros impactos más, no alcancé a contar cuantos.

Me quedé paralizada de espalda a la puerta que permanecía cerrada, cuando vi que mi madre se acercaba corriendo con el móvil en su oreja.

-¡Vengan rápido!.. - alcancé a escucharla mientras se acercaba a mí - ... Acaban de asesinar al novio de mi hija.

¡Que!
¿Que había dicho? Estaba loca, Christopher estaba a millas de distancia.

En un impulso repentino, alentada por el mismo temor, giré la llave y abrí la puerta velozmente.

No podía creer el cuadro que estaban viendo mis ojos... Era una pesadilla, estaba segura que era una estúpida pesadilla.

Corrí a su lado. Chris, mi Chris estaba tirado en la calle bañado en sangre.

-Despierta, Hannah ¡despierta! Sal ya de esta pesadilla, es solo un sueño - dije quebrantada en llanto mientras lo sostenía entre mis brazos...

Los recuerdos vienen a mi mente en cámara lenta... Lo último que recuerdo son a los policías apartándome del cuerpo sin vida de mi novio. Recuerdo que lloraba y gritaba pero nadie me hacía caso, nadie me quería despertar, nadie me quería dejar estar con el...

***

Abrí los ojos lentamente, me sentía cansada, demolida. No sabía dónde estaba, pero luego de unos minutos asumí que me encontraba en algún hospital.

Mi mamá entró a la habitación.

-¡Mamá! - grite un poco alterada - tuve el peor sueño de mi vida... Chris, llega hoy, necesito verlo mamá, tengo que contarle lo que soñé.

Mi madre se derrumbó.

- ¿Mamá, donde está Chris? Dime qué el está bien ¡Mamá, dime qué solo estaba soñando, por favor! - nuevamente estaba recayendo en una crisis nerviosa.

Recuerdo la mirada impotente de mi mamá al ver como nuevamente entraban esos dos enfermeros a sedarme.

Demoré tres días hospitalizada bajo el efecto constante de calmantes... Pero hoy enterraban... Dios, no puedo creer que vaya a decir esto... Hoy... Hoy enterraban a mi novio.

***

Llegué a casa de Christopher a buscar a su madre que estaba lo suficientemente devastada como para no poder casi ni caminar sola.

-Señora Martha, es hora de irnos - dije entrando al que era... (Es tan duro hablar en pasado)... El cuarto de Christopher.

-Mira, esta caja tiene las pertenencias que tenía Chris al momento de... Su asesinato - su voz se quebró en esta última palabra -Creo que todo lo que aquí está te pertenece.

Me entregó la caja y salió de la habitación.

Bastó solamente abrirla para sentir como se intensificaba ese dolor que había estado en mi corazón durante todos estos días.

En la caja se encontraba el celular de Chris (el cuál yacía apagado), unas llaves que colgaban de un llavero que yo misma le había regalado, y... Un anillo ¡mi anillo!

Apreté fuertemente aquel pequeño obsequio que nunca me sería entregado por la única persona que yo había amado.

Cuando saqué el móvil pude notar un papel blanco que se encontraba debajo de él. Era la hoja con el discurso de graduación. Christopher siempre la llevaba con el para poder hacerle cambios en cualquier momento.

Empecé a leer:

"Hoy quiero agradecer a mis padres, a mi novia, a mis amigos. Pero antes que nada quiero agradecerle a la vida por dejarme vivirla.

Cuando tenía sólo 4 años me propuse ser lo que quería ser y me prometí a mi mismo nunca dejar de vivir mi vida... Hoy, 19 años después puedo decir, con la frente en alto, que no me he fallado, que he insistido y que no me he rendido, ni me rendiré.
A mis padres, les agradezco la enseñanza, los principios, los valores, el esfuerzo. A mis profesores, agradezco el conocimiento esparcido. A mi novia, a mi Ann, agradezco el ser la fuente que alimenta este rio de mi vida. Pero, principalmente, agradezco a Dios por haberme dado a esos papás, a esos profesores y a esa novia.

Hoy, amigos míos, la melancolía invade nuestros corazones con esta triste partida, pero quiero que sus tristes corazones entiendan que esto, más que un "adiós", es solo un "hasta luego" y que sé que la próxima vez que nos topemos nos pondremos al dia de todas las cosas maravillosas que habremos hecho.

No me olviden y, todos, recuerdenme como el soñador que siempre he sido. Yo nunca olvidaré a mis compañeros de guerra. Muchas gracias".

Díganme, ¿como me podía sentir después de esto?

Ese día me quedé llorando en esa habitación por varios minutos. luego, sacando fuerzas de donde no las tenía, salí a su funeral y ahí recité el discurso en el que tanto esmero y tiempo había dedicado Chris, mi Chris.

Estoy afuera, tontita (incompleta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora