Traición

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Habian pasado 3 dias desde lo ocurrido en casa de Emmanuel... 3 dias en los que no hice más que buscar en lo más recóndito de las redes sociales alguna pista, algún nombre, cualquier indicio que me ayudara a dar con los asesinos de mi hijo ¡lo que fuera!

Pero la búsqueda habia sido inútil. Eran noches enteras las que pasaba sin dormir tratando de buscar respuestas a las preguntas que llevaban tanto tiempo rondando mi cabeza, las mismas que se multiplicaron hace unos dias, cuando supe que la muerte de Christopher habia sido premeditada.

No estaba dispuesta a pasar un dia mas sin hacer nada al respecto. Asi que, sin ninguna otra alternativa, no me quedaba más que ir a hablar nuevamente con Hannah.

Ese día salí a las 7 de la mañana y conduje lo mas veloz posible, tenia que llegar a MHT antes de que mi impulso de valentía se  desapareciera. Al llegar noté que Hannah no estaba en aquella banca antigua en el jardin donde solia esperarme los dias de visitas.

-Disculpe-. Dije tocando el hombro a una enfermera que se encontraba en el jardin. -¿Sabe donde puedo encontrar a Hannah D'angelo?

-Si, claro-. Respondió la mujer. -la paciente se encuentra en la habitación 204.

-¿204?-. Pregunté. -¿Porque la han cambiado de habitacion y porque hoy no está aquí en el jardin como es de costumbre?

-A la señorita D'angelo la tuvieron que mover para una de nuestras habitaciones especiales debido a su fuerte recaída. Misma razon por la cual se le fueron prohibidas las visitas y el contacto con los demás internos. Es que verá... se estaba tornando bastante agresiva. Sin embargo, me imagino que usted es la detective Grover. El director ya está informado de su entrevista hoy con Hannah, asi que venga, yo la acompaño a llegar a la habitacion. Mucho gusto, Mia Larrans.

-Mucho gusto, Martha Ará... Glover, Martha Grover. - dije aprovechándome de la confusión de la enfermera para poder ingresar a hablar con Hannah.

***

-¿Hannah?. - dije con voz distante al momento en que la enfermera nos dejó solas en la habitacion. -Necesito que hablemos, quiero que me cuentes todo lo que sabes... alguien queria hacerle daño a Chris... No fue un robo, Hannah. Alguien lo mando a matar.

inmediatamente se volteó a mirarme. Una lagrima rodó por su mejilla.

-¿Hasta cuando? ¿Cuando va a acabar, de una vez por toda, esta pesadilla?-. Se puso de pie y continúo. - Christopher era el prototipo de hombre ideal, era buen hijo, buen amigo... ¡Por Dios! ¿quien iba a querer hacerle daño?

-Precisamente por eso estoy yo aqui. Le fuiste infiel a mi hijo, lo traicionaste, y eso es algo que jamás... escuchame bien, Hannah: jamas te voy a perdonar. Pero tu lo conocías mejor que nadie, si hay alguien que debe saber quien querría hacerle daño eres tu... tu y Emmanuel.

Un gesto de desagrado se plasmó en su rostro al escuchar este ultimo nombre.

-¿Que pasa?- pregunte ante su reacción- ¿te molesta que mencione a Emmanuel?

Me miró con amargura.

-Me molesta que de una misma boca surja su nombre y el de Christopher.

-Pues no entiendo, porque a diferencia tuya, Emmanuel si fue leal a mi hijo. Y no sabes cuanto se lo agradezco.

-¡Usted no sabe nada! -gritó con agrecividad.

-¿Y que se supone que deberia saber, Hannah? No seas tan descarada de venir ahora a hablarme mal de él, no tienes autoridad moral para hacerlo. Emmanuel está muy mal, él está muy perturbado, y muy por el contrario tuyo, él no está haciendo teatricos de demencia para evadir la realidad.

-Emmanuel, es igual de culpable que yo...

-¿A que te refieres?, ¿tú sabes porque mi hijo iba en el automóvil de  Emmanuel aquella noche?

Respiró profundo y luego contestó.

-Emmanuel lo sabia todo. Mientras Chris estaba en Canadá, inclusive desde antes, era Emmanuel quien coordinaba todo lo relacionado con la propuesta de matrimonio. Él sabia la fecha, la hora, el lugar, ¡todo!.. incluso habia conseguido que su tio le alquilara una lujosa suite en su hotel a Chris para esa noche.

-Aun no entiendo porqué mi hijo no estaba en su propio automóvil esa noche. Le pedí a un mecánico que lo revisara para ver si tenia algun problema, pero no, estaba perfecto y tenía el tanque lleno.

-Chris sabia que yo reconozco su automóvil a metros de distancia. Hasta me sé la placa de memoria. Él no iba a arriesgarse a arruinar la sorpresa por culpa de su auto. Así que le pidió prestado el auto a Emmanuel.

-hay algo que no termina de encajar aquí. Yo estaba presente en el momento en que brindaste  declaración, y recuerdo claramente que dijiste que tu saliste a abrir la puerta antes de saber que era Chris quien se encontraba afuera. ¿porqué alguien saldría, a esa hora de la noche, solo por ir a ver a un desconocido... a alguien que no sabia quien era? 

Fue mas que notable la sensación de incomodidad que esa pregunta le generó, fue tanto para ella que no pudo estar más de pié y, al instante, se sentó sobre la cama de la habitación.

-Eso no es cierto -casi susurró.- Si, yo dije que no sabia que era Chris. Pero eso no significa que no fuese pensado que era alguien más. Tambien era amiga de Emmanuel ¿lo recuerda? Pude reconocer su automóvil, pensé que era él.

-¿Y no se te hizo raro que Emmanuel estuviera afuera de tu casa a esa hora?

Antes de que Hannah pudiera responder, la voz de la enfermera captó mi atencion. Se escuchaba cerca y al parecer no venia sola.

-¡Responde Hannah! -insistí.

-Señora Martha, no se haga esto. No busque reavivar llamas que no va a poder apagar.

-¿Reavivar llamas? Te digo que es lo que nunca voy a poder "reavivar", ¡el cuerpo de mi hijo MUERTO!
De mi unico hijo, Hannah. Aquel mismo del que tu presumes cualidades, pero al que sin piedad alguna engañaste de la manera mas vil en la que se le puede engañar a un ser humano: traicionando su confianza, su amor, su alma... no me vengas ahora a decir que es lo que debo de hacer, voy a mover piedra por piedra hasta encontrar a la persona que me está causando este dolor, la voy hacer pagar, eso tenlo por seguro.

Antes de que pudiera decir cualquier otra cosa, el sonido de la puerta abriéndose interrumpió de golpe.

-Señora Aráoz, usted ha llegado muy lejos -dijo el detective una vez adentro, me tomó del brazo y me sacó a la fuerza de aquel lugar.

Estoy afuera, tontita (incompleta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora