Capítulo 8. Emma

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Me despierto sin ánimos, volteo a la cama de Ayreli y ella no está, busco entre las sábanas mi teléfono, hay un mensaje de Justin

- Pequeña, Ayreli me comentó anoche en clases que hoy íbamos a salir, pero se me presentó un problema y tuve que ir de emergencia a ver a mis hermanos. No te preocupes, ellos están bien. No quise arruinar tu fin de semana, un beso. Te amo.

Suspiro cansada y me levanto para darme un baño, me pongo un pantalón De yoga, una camisa de mi hermano y mis converse, busco dinero y mi laptop, me voy hasta la plaza, compro un café y me siento en una mesa sola. Estoy buscando información sobre historia y si no fuera por el café, ya estaría completamente dormida...

El olor a cigarrillo y menta llega rápidamente a mi nariz, trato de ignorarlo pero lo siento sentarse a mi lado

— Estoy empezando a pensar que me sigues —le digo sin voltear a verlo

— Es bueno que ya sepas quien soy sin siquiera verme, me gusta como hemos avanzado

— Tu olor a cigarrillo es demasiado concentrado para mi gusto

— Ah, me hueles —volteo a verlo y noto que tiene esa enorme sonrisa y unos lentes de sol ray ban, wayfarer— tu hueles a algo dulce, una fruta, creo...

— Mi perfume es de cereza... Pero, ¿Qué pasa con esos lentes? No te hacia de esos chicos, que se creen malos y se la pasan usando lentes de sol, solo para aparentar

— Y yo que pensaba que te traía sin cuidado todo sobre mi

— Solo es curiosidad —me encojo de hombros

— Digamos que esto es tu culpa —agarrar mi café, le da unas vueltas y luego lo toma

— Deberías quitarte esa manía de beberte mi café —se lo quito de las manos y él sonríe

— No es mi culpa, es mi favorito

— Como digas —pongo los ojos en blanco— ¿Vas a decirme porque me culpas de eso? —pregunto señalando sus lentes

— Bueno —se inclina un poco hacia mi y empiezo a ponerme algo nerviosa, siento la sangre subir a mi cara— si no mal recuerdo, ayer te invite a una de mis peleas, y no sé porque tuve la idiota ilusión de que aparecerías, así que estuve buscándote por un segundo entre la multitud, lo suficiente para recibir un golpe

— Auch... Eso quiere decir que... —me inclino lo suficiente cerca para poder quitarle los lentes, se los quito con cuidado y me doy cuenta lo que está ocultando, un enorme ojo morado

Mierda.

Él me sonríe como si no fuera nada. Saca un cigarrillo de su paquete, cuando se lo coloca en la boca me doy cuenta que sus nudillos están rotos

— Eso fue una dura pelea —digo algo apenada

— Oh, Emma, créeme —él exhala el humo y deja el cigarillo en sus labios, examina sus nudillos y habla aún con el cigarro en sus labios— ese idiota las pagó caro por golpearme la cara

— Deberías ver el lado positivo —de verdad me sentía mal por él— un chico rudo llama la atención de las chicas

— De todas menos de una —dijo exhalando el humo en mi cara

— Tu humo me molesta —frunzo el ceño— y vas a morir si sigues fumando así

— Igual voy a morirme de algo —réplica con una sonrisa— digamos que solo acelero un poco el proceso

— Eso es una mentalidad tan patética

— No, no lo es —tira el cigarrillo a las áreas verdes y me sonríe— solo vivo la vida como venga, sin planes. Prefiero fumar un cigarrillo como si fuera el último, ¿Quién sabe si al salir me atropella un autobús? —me rio por lo exagerado que es, pero agarra mi mano para llamar mi atención de nuevo— prefiero vivir así... Entonces, ¿Por qué privarme del placer de fumar un cigarrillo, de tener la mejor borrachera de todas o el mejor o último sexo de mi vida? La vida es una sola, Emma...

Echoes of the past.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora