Capítulo 28. Emma

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— Pequeña, ya ha pasado una semana, me estoy muriendo

— Lo sé —digo algo cansada—, es solo que es difícil para mi, Justin

— ¿Estoy presionándote mucho? —pregunta algo preocupado mientras se acomoda en la cama 

— No, es solo que con toda la tarea que tengo, a veces me cuesta pensar en eso

— Bien —suspira mientras hace un puchero—, te extraño

— Yo también

— En una semana más, voy a tener tiempo para visitarte, voy a comprarme un apartamento cerca de l universidad, y viviremos ahí... Ya no tendrás que compartir habitación con nadie más que conmigo

— No necesito que me compres un departamento —digo algo apenada—, estoy bien aquí

— Pero quiero hacerlo

— No tienes porque, no quiero estar ahí porque tu solo vendrás por corto tiempo

— Quiero tener algo nuestro, me encargaré de que todo sea perfecto... Cuando te hayas graduado, nos voy a comprar una enorme casa, será de tres pisos y nuestros hijos podrán correr por todos lados, van a jugar con mis hermanos y con tu hermano... Seremos la perfecta familia

— Tengo sueño —digo algo desanimada—, ¿Te llamo mañana?

— Ok, tengo que descansar para el juego de mañana

— Te amo —susurro

— ¡También te amo! —grita Charles desde el otro lado de la habitación y no puedo evitar reírme, Justin pone los ojos en blanco

— Te amo y te extraño —me dice Justin antes de terminar la llamada de FaceTime

Lanzo mi teléfono contra la pila de libros que se supone que es mi tarea y me acuesto mirando fijamente al techo. Tengo ganas de vomitar y los ojos llenos de lágrimas

La puerta se abre pero no me muevo ni un centímetro, alguien se sienta junto a mi sin decir nada, por un segundo pienso que es Ayreli, pero el olor a cigarrillo es demasiado fuerte

— Deberías estar durmiendo —le digo aún sin despegar mis ojos del techo

— Lo sé, pero no dejo de pensar en ti

— No tienes porque

— Me siento como una mierda, Emma... Arruiné nuestra amistad y te estás escurriendo entre mis dedos

— Cristopher, para

— Si no quieres ser más que mi amiga, lo acepto. Pero por lo menos sé mi amiga 

Suspiro y poco a poco me siento en la cama, doblando mis rodillas hasta pegarlas a mi pecho y mirar a Cristopher, se ve algo destruido y eso me parte el corazón

— ¿Podemos dar un paseo? —murmuro

— ¿A dónde quieres ir?

— Cualquier lugar, solo quiero despejar mi mente

Cristopher se pone de pie y me extiende su mano, yo la agarro y él me ayuda a impulsarme para ponerme de pie, entrelaza nuestros dedos y salimos de mi dormitorio

En ningún momento suelta mi mano, caminamos por todo el campus hasta el estacionamiento, él me lleva hasta su moto y me entrega el casco

— ¿En serio? Tengo un horrible aspecto

— Entonces, ¿Me prestas tu auto?

— Las llaves están en mi dormitorio

— Ahora vuelvo

Echoes of the past.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora