No sé porque siempre lo hago. Debería dejar de huir de mis problemas y simplemente dar la cara. Pero es que no puedo, no aguanto la idea de que alguien más pueda verme así de debil. Simplemente no puedo.
Pero no sé que es peor, que me vean débil, o seguir huyendo.
Abro los ojos y veo como las cosas pasan tan rápido por la ventana, tanto que solo son un borrón de cosas. Suspiro y seco la lágrima que está rodando por mi mejilla. Es increíble todo esto, y lo peor de todo, es que no tengo argumento alguno para reclamarle la escena que vi ante mis ojos. ¿No era yo la que unas horas antes estaba revolcándome con su compañero de dormitorio? Soy una descarada.
De repente, las cosas dejan de moverse con tanta rápidez, de pronto todo empieza a tomar forma y puedo ver los edificio y los árboles. Me pongo de pie cuando el tren se detiene por completo, agarro mi maleta y me abro paso por el pasillo, entre la multitud de gente.
Honestamente me siento como un zoombie, debo tener los ojos hinchados por llorar toda la noche, no tengo hambre y camino más lento que nunca. Definitivamente los niños deben asustarse de mi, justo ahora.
Me bajo del tren y paro al primer taxi que veo, le doy la dirección y éste va lo más rápido que la nieve lo deja
Me bajo frente al enorme edificio, con las puertas de cristales y realmente me estoy congelando aquí afuera... Arrastro mi maleta hasta la entrada, la chica de recepción me abre la puerta y respiro tranquila cuando el aire caliente me golpea la cara
— Bienvenida, ¿En qué puedo ayudarle?
— Vengo a buscar a Kate... Kate Morrison
— ¿Familiar? —frunce el ceño y yo niego con la cabeza— ¿Había anunciado que vendría de visita?
— No, pero puede llamarle... O lo hago yo, no importa
— Espere un momento.
Me quedo ahí de pie, viendo como algunas personas van y vienen, ni siquiera notandome. Veo como la chica de recepción habla por teléfono y luego de asentir termina la llamada, me dedica una sonrisa un poco hipócrita
— Ya la señorita Marrison viene a recibirla
— Gracias —murmuro
Ella me indique que me siente, pero yo me niego. Estoy algo fascinada con el ir y venir de las personas. Pero todo se derrumba cuando veo a una pareja caminar agarrados de la mano. Mi corazón vuelve a romperse y ya siento las lágrimas subir y poco a poco acumularse en mis ojos hasta nublarme la vista por completo
Mierda.
Disimuladamente me seco una lágrima, y levanto la vista cuando escucho pasos apurados. Kate está un poco más rellena, pero su sonrisa sigue siendo igual y su cabello rosado es tan familiar para mí. Kate corre hacia mi y me abraza con fuerza, de alguna manera u otra, eso me hace sentir peor, por lo que le devuelvo el abrazo y esta vez no puedo seguir reteniendo mis lágrimas
— Dios, ¿Por qué viniste sin avisar? —murmura— ¿Está todo bien? —niego con la cabeza y ella me abraza más fuerte— Vamos a mi habitación... Ahí hablaremos mejor
Me alejo de ella y me seco las lágrimas, cuando levanto mi mano noto que estoy temblando. Y debo verme tan patética e insignificante. Una chica pequeña parada en el medio de la multitud, con la cara pálida, la nariz, los ojos y la boca rojas e hinchadas de tanto llorar, el cabello alborotado y ropa holgada... Esa debe ser la razón del porque nadie voltea a verme, quizás no quieran quedarse mirando a la insignificante, que puede romperse con un soplido de aire.
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Echoes of the past.
RomanceJustin y Emma por fin pudieron superar ese pequeño obstáculo que los separaba: La muerte de Brandon. Ahora están más unidos que nunca. Ahora creen que lo pueden tener todo. Pero no todo es tan fácil como parece, porque hay voces en el pasado de Just...