"Las habitaciones de hotel son lugares espeluznantes por defecto, ¿no les parece? ¿Cuántas personas habrán ocupado esa misma cama? ¿Cuántas de ellas estaban enfermas? ¿Cuántas estaban perdiendo el juicio? ¿Cuántas estaban pensando en leer unos cuantos versículos de la Biblia del cajón de la mesilla antes de ahorcarse en el armario junto al televisor?"
Stephen King
"Mi espíritu vaga libre por estos parajes, más allá de las marismas"
AB
Agradecimientos a Chito E. por su exabrupto estéril, vacío e innecesario que me liberó del bloqueo hacia esta historia. Aún tú, tienes algo que aportar al mundo.
Dedico la historia a las víctimas de Octubre.
"Nada bueno viene jamás de la violencia"
Martín Lutero.
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No había otra cosa que pusiera más nervioso a William que abordar un avión. No era que padeciese de claustrofobia o algún otro trastorno similar, solo era una cuestión de comodidad interna. Le disgustaba tener que estar encerrado por horas en un espacio confinado y rodeado de extraños. Así que cuando Carla le anunció que irían de vacaciones fuera del país, apenas si tuvo fuerzas para fingir entusiasmo.
Llevaban casados casi diez años y lo anterior se constituía en su secreto mejor guardado. Su esposa sabía que él experimentaba alguna incomodidad durante su estancia en dichos aparatos, lo que no se imaginaba cual era la motivación de tal disgusto.
Carla era la administradora de un hospital en el centro de la ciudad, este nosocomio pertenecía a la institución de la seguridad social de aquel país. Ella había ascendido en aquel organismo gubernamental desde que ingresó como encargada de suministros hacía más de trece años. Su actual posición la colocaba como un empleado de "clase veintitrés". Sus ingresos eran significativos, y debido a la ausencia de deudas e hijos, podía ahorrar casi la totalidad de su sueldo a final de mes. Dichas reservas eran utilizadas, de cuando en cuando, en viajes al extranjero. El resto era guardado en el banco para poder pasar una vejez sin sobresaltos.
William por su lado había tenido una experiencia laboral más bien errática. Era ingeniero químico graduado con una especialidad en textiles. Desde que salió de la Universidad había cambiado de trabajo unas doce veces. El área textil en aquel país no estaba muy desarrollada y las plazas para ingenieros eran escasas. Se había desempeñado como vendedor de químicos, agente de servicio al cliente en un call center, vendedor por telemarketing, encargado de producción en una fábrica de pinturas, entre otros empleos. En su área de especialización trabajó por un par de años nada más. Hubo un tiempo que decidió probar suerte comprando un cibercafé para poder obtener un ingreso extra, pero no tuvo éxito en aquella iniciativa. Es más, esto lo dejó hundido en deudas que a la fecha aún debía pagar. Al final cada mes tenía que hacer malabares para poder pagar sus cuentas. Tenía un pacto con Carla para que ella ahorrara su dinero, mientras el pagaba casi todos los gastos del hogar. Su orgullo le impedía pedirle prestado dinero a ella para poder ponerse al corriente de las deudas que contrajo con algunos bancos, pero esta experiencia le había hecho un experto en evadir a los bufetes de cobro que de tanto en tanto trataban de ubicarlo para saldar aquellos compromisos.
En esos días William laboraba como planificador de producción en una empresa textil, tenía cinco meses trabajando allí. No era la clase de empleo que le agradara, pero el lugar estaba ubicado en la ciudad, por lo que su gasto de gasolina era mínimo. Los primeros tres meses fueron horrendos porque se sentía como un extranjero en tierras desconocidas, pero con el pasar del tiempo, ya podía realizar las múltiples funciones que le eran requeridas y entendía la jerga de sus compañeros de trabajo.

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LA HABITACION DEL CASTILLO
ParanormalDe vacaciones en Las Vegas, "la ciudad del pecado".... ¿qué se puede esperar de un viaje así?.... ¿Diversión, compras, alcohol, juego y desenfreno? Carla, Felicia y William llegan de vacaciones con las mejores intenciones para tener el viaje de su v...