En Fiore se encuentra uno de los gremios mas poderoso, nada más y nada menos que Fairy Tail. Pero, como todo humano también se enamoran.
Desde Nalu, Jerza, Gale y Gruvia hasta Wendy y Romeo o Mirajane y Laxus.
Los personajes son de Hiro Mashima...
-Wendy, yo. –Dijo Romeo frustrado mientras veía a Wendy salir corriendo del gremio.
-Se puede saber... -Dijo Lucy furiosa.- ¡¿Qué consejos le dieron?!
-Mira Lucy veras, es que nosotros. –Decían.
-Serán castigados con la furia de mis espadas. –Decía Erza.
-¡NO!
Romeo salió corriendo tras ella, avergonzado por lo que él mismo había gritado, se dio cuenta que pedir consejos era horrible y que era mejor decir las cosas como eran.
El chico no encontró a Wendy por ningún lado ese día, y al día siguiente ella no fue al ensayo, el festival era en un día y ya ni siquiera había tiempo para ensayar, solo esperaba que todo fuera un milagro para que saliera bien.
En la mañana siguiente Romeo estaba esperando a que le hablaran para poder medirse su vestuario para la noche. Mientras esperaba en aquel enorme árbol del parque se le acerco aquel chico de cabello azul.
-Hola. –Le dijo.
-Hola, Jellal-kun.
-¿Qué pasa?
-Pues...
El chico se tomó su tiempo y el conto a aquel sujeto todo lo que le había pasado y los malentendidos que había tenido con la pequeña Marvell, él comenzó a reírse.
-¿Por qué no te le declaras en la obra? –Le dijo mientras se tomaba una botella de agua.
-¿En la obra?
-Si, en la obra hay un beso, antes de dárselo.
-Oh, pero todos verán, entonces si ella me rechaza todo saldrá mal y todos se reirán de mi de nuevo.
-No lo hará, le gustas.
-Lo hare. –Él chico salió corriendo.
-Listo Erza, pero no creo que debas meterte en esto. –Le dijo Jellal mientras Erza aparecía y se sentaba a su lado.
-Es por su bien, Wendy a estado un poco deprimida.
Las horas pasaron y se llegó la noche, todos arreglando los últimos detalles, sus disfraces y empezando a subir a las caravanas, Romeo esperaba a Wendy en el escenario, la obra seria antes que todo y ella aún no llegaba.
-Lo siento, llego tarde. Dijo Wendy mientras subía al escenario con un vestido rosa, de aquellos que usaban en el año de 1500, apompado, pero que la hacía lucir hermosa.
-Wendy, te vez hermosa.
-Gracias, tú también te vez bastante bien.
La obra comenzó y todo iba bien, la escena del beso se acercaba más y más.
-Y aquí yace Julieta, y su belleza convierte el panteón en radiante cámara de audiencias.
Y cada vez más se acercaba el momento...
-Ojos, mirad por última vez. Brazos, dad vuestro último abrazo. Y labios, que sois puertas del aliento, sellad con un último beso.
Él se acercó a ella lentamente y antes de poner sus labios junto con ellas se le olvido que tenía que haber hecho la confesión, aun así se acercó y el beso, todo el mundo se estremeció ante tal beso de aquellos jóvenes.
La obra acabo y el show comenzó, Wendy y Romeo subieron a su caravana tomados de la mano, mientras el show comenzara él le sonrió.
-Wendy. –Se armó de valor. –Salgamos juntos.
-¿He? –Su caravana empezaba a salir a la vista de todos.
-Que seas mi novia.
Wendy se sonrojo y lo vio fijamente, se tapó la boca con ambas manos y volvió a verlo.
-Si.-Sonrió.
*TERMINANDO EL DESFILE*
-Romeo, lo siento por no tener pechos.
-Oh Wendy así eres hermosa.
-¿Enserio? –Ella lo beso tomando su mejilla con su mano.
-Lo digo enserio-
-Puedes tocar... Si gustas.
-¿Puedo? –Dijo sonrojado.
-Si.
Wendy se levantó el vestido y dejo ver su hermosa lencería, Romeo acercó sus manos y...
-Por favor pueden dejar de imaginarme así con Wendy. –Decía Romeo mientras Reedus borraba todo lo que habían imaginado Natsu, Max, Nab, Macarov y los demás.
-Por favor, paren. –Decía Wendy sonrojada.
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¡Son tan lindos!
Chicos, hoy estaba a punto de escribir, pero no se, pongo a Sting con Minerva o con Yukino.
