La Violinista

70 1 0
                                    

   El cielo seguía nublado después de la feroz lluvia, todo fuera estaba mojado, goteando, al igual que las personas que corrían a sus hogares para evitar empaparse de nuevo, mientras otras reposaban en sus cálidos apocentos, sin tener preocupación alguna de mojarse.

   Este era el caso de una jóven, se encontraba en su sillón sentada, anteriormente sólo se ocupaba en contemplar el caer de las gotas de tormenta, pero ya que ésta había cesado, se ocupaba en observar a los automóviles pasar frente a su firme casa.

   La chica contaba con una belleza extraordinaria, ya sea para cada juicio lo que signifique la belleza. Pero, tenía un imperfecto que la hacía más que bella, pues mostraba que su defecto era perfecto. Se preguntarán
  --¿¡Qué es!?-

   Pues se trataba de una hermosa heterocromía total del iris, otorgándole unos hermosos ojos bicolor, uno era de un marrón chocolate y el otro que resaltaba aún más, era de un azul zafiro.

   Esta bella mirada reposaba mirándo la calle, pero aburrida estaba, por lo que se levantó y tomó con delicadeza un violín, se lo colocó en el cuello y comenzó a tocar.

   Cada nota producida por el instrumento te complacía y acariciaba, te envolvía en una sensación relajante y placentera, tocaba con algarabía y energía.

   Tal fue aquella emoción que comenzó a danzar, una sonrisa se dibujó en su rostro, era feliz en ese momento, tal fue su emoción que se transportó a otro mundo, ahí todas las cosas tenían colores diferentes a lo habitual, se sentía cómoda en aquel lugar, todo era como sus ojos, bellamente raro.

   Pero el día, más bien el clima no estaba de su lado, pues un destellante y rugiente relámpago llenó el lugar de blanco por milésimas de segundo, provocando que la chica se asustace, moviéndose repentinamente, soltando al violín, que al entrar en contacto con el rígido suelo, se partió por la mitad, el colorido lugar desapareció despues del relámpago, volviendo la chica a su convencional habitación. La jóven al escuchar el crujir se alarmó, volviéndose a bajo, helo ahí, el violín destruido.

   La chica no soportó la tristeza y se arrodilló frente al instrumento comenzando a llorar. Pero un dorado rayo de sol se coló por su ventana, así hasta que montones aparecieron cegándola por unos momentos. Al desvanecerse el rezplandor, abrió lo ojos visualizando su entorno, ya no se encontraba en la habitación, ahora estaba de nuevo en aquel colorido lugar. Volteó a todos lados viendo lo maravilloso de los objetos, volteó donde el violín y se encontraba intacto, salpicado de numerosos colores, no colores distintos provocando un caos, eran colores armoniosos y extraordinarios.                 
   La jóven feliz lo tomó mientras danzaba y de nuevo tocaba aquella bella melodía, todo volvió a la vida y a la alegría, pues aquel exótico lugar, era la única razón para su tocar.

Efecto Mariposa #Wattys2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora