Un puchero se formó en sus labios al ver una vez más la hora en la pantalla de celular. Era tarde, demasiado, habían pasado más de quince minutos desde que las clases habían finalizado y Seokjin aún seguía esperando a Namjoon fuera de su aula para irse juntos a su casa tal y como su primo se lo indicó por la mañana, pero, él, simplemente no llegaba y eso le estaba cansando, por lo que decidió comenzar a caminar sin rumbo por los pasillos, dedicándose a mirar con atención en las paredes, algunos cuadros, ventanas y alumnos que veía por los lugares que pasaba. Su escuela realmente era inmensa.
Y él, realmente no entendió como llegó al piso de los de segundo, frunciendo su ceño al ver a varios chicos haciendo ruido no tan lejos de él, estaban en circulo soltando groserías que el castaño jamás había escuchado o dicho en su corta vida. Abrió los ojos sorprendido y curioso caminó hacía los chicos queriendo mirar, intentando pasar entre los cuerpos de los adolescentes entusiasmados y gritando frases provocativas como ''¡Golpéalo de una vez, Min!'', ''¡Vamos Park, no seas nenita, defiéndete de él!'', ''¡Ya golpéalo, Min, no nos hagas esperar más!''
Seokjin arrugó la nariz con disgusto. No podía creer que la multitud estuvieran apoyando e incitando que las personas dentro del circulo comenzaran la pelea, por ello, ante el disgusto e incomodad que sentía, quiso llegar lo más pronto dentro del circulo de adolescentes, con la única intención de parar el problema que podría hacerse si las personas hacían caso a los gritos de tanto adolescente provocador. Seokjin luchó, llegando entre empujones hasta el centro del circulo donde, pudo observar aquellos cabellos negros intensos y esa piel tan blanca frente a él.
—¡Te he dicho que no me gusta que estés jodiéndome todo el día con tus estúpidas declaraciones!, ¡déjame en paz, maldita sea!—Seokjin se asombró cuando vio al chico de la mañana tomar bruscamente de la camisa a un chico de cabello rosado el cuál le miraba con tristeza dejándose maltratar por el pálido.
Jin miró aquello con disgusto y no pudo evitarse cuestionarse un ''¿Cómo ése chico de apariencia tan dulce puede tener tanta fuerza y odio para sostener a ése chico de cabellos rosados de esa manera?''
El castaño suspiró, quería intervenir, quería que el dulce chico de apariencia de muñeca de porcelana dejara en paz al desconocido. Por lo que, Jin se armó de valor, caminando hacía ambos chicos justo antes de que el pelinegro pudiera hacer algo peor. Se colocó al costado del pelinegro y decidió intervenir.—Muñequita, tranquilo...—dijo Jin, tomando del brazo al pelinegro quién había levantando su mano con la intención de golpear al menor. Suga apartó la mirada del pelirosa volteando a mirar al chico de cabellos castaños, asustándose al tenerlo a su lado.
Soltó al menor, no sin antes darle un empujón, logrando que él cayera al suelo y dio unos cuántos pasos atrás aún con Seokjin sosteniendo de su brazo sin lastimarle. Trató de soltarse, pero no obtuvo éxito.
—¡No me toques, pervertido!—gritó, forcejeando con la intención de soltarse nuevamente.
Jin echó una rápida mirada a su alrededor, observando a las personas mirarles con curiosidad por la nueva escena que ambos estaban haciendo. Un tanto incómodo, regresó su vista al bajito.
—Ven conmigo...—susurro Jin, caminando entre la multitud con el pelinegro gritando maldiciones siendo arrastrado por el chico castaño. Caminaron con pasos rápidos, o al menos, Yoongi le seguía el paso al más alto, quien daba vuelta por los pasillos alejándose lo más que pudiera a esa multitud.
—¡Suéltame! ¡esto es secuestro!—se detuvo junto al mayor quien volteó a mirarle.
— ¿Secuestro dentro de la escuela? — respondió al instante —. Te he hecho un favor. Lo que estabas haciendo, no es correcto, precioso.
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doll ; yoonjin
FanficDesde que Kim Seokjin era un pequeño niño, siempre tuvo aquella extraña fascinación por las muñecas de porcelana y para la mala suerte de Min Yoon Gi, él, tenía algunos rasgos similares a ellas. doll en fanfic 13.1O.17 ; 553# doll en fanfic 3O.11.1...