doll ; yoonjin

열넷

— ¿Cómo le hace? —gruño el más pálido,  bloqueando nuevamente la pantalla de su celular después de haber terminado de leer el mensaje de Seokjin. Soltó un suspiro lleno de cansancio, sintiendo como su corazón se llenaba de emoción simplemente porque ése chico, el cual, seguía siendo extremadamente raro, le pedía que fuera a su casa. 

— ¿Cómo hace qué? —se sobresaltó al escuchar aquella profunda e intimidadora voz que logró asustarlo. Por reacción llevó su mano hacía su pecho, donde la dejó mientras se daba la vuelta para mirar con grandes ojos llenos de susto al chico que le había provocando un pequeño infarto. 

—Ah...—le miro de pies a cabeza ya relajado, observando un cambio en la apariencia del chico de estatura más alta que él. Alzó la ceja aún analizando con detenimiento, Taehyung iba vestido de una forma más rebelde que antes, y su tinte de cabello había cambiado lo cual le sorprendió al más pálido pues sus oscuros ojos se fijaron en su cabello teñido de un color grisáceo el cual, para su mala suerte, le quedaba, magníficamente bien lo que ocasionó cierta decepción en él, ya que Yoongi no tenía la autoestima más alta.—Tu cabello es...

— Gris, sí. —rio, tocando su cabello con sus dedos. —Jimin creyó que me haría bien un cambio, también él se tiñó. ¿Lo haz visto?, ¿te parece atractivo? —inquirió con un tono más animado que antes. Yoongi ladeó un poco la cabeza, ¿a qué venía su interés y esa pregunta?, él sabía lo que había ocurrido entre ambos. ¿Por qué preguntar algo así? 

— No, he tenido el placer de no verlo el día de hoy y no, aún si Jimin se construyera nuevamente a si mismo, seguiría sin parecerme atractivo —. respondió, tratando de sonar serio pero no molesto con él. Acomodó su mochila sobre su hombro derecho, esperando unos pocos segundos a que el chico replicara, pero al ver solo aquella mirada vacía él concluyó con que su conversación finalmente había acabado.

Cuando quiso darse la vuelta para marcharse, sintió la mano de aquél chico sostener su antebrazo con firmeza. Min le miró de reojo e intentó soltarse al mismo tiempo que dio unos pasos lejos, pero Taehyung le acercó con brusquedad, provocando que ambos se golpearan un poco. Yoongi le miró fijamente, sintiéndose totalmente molesto por su acción. 

— ¿Qué estás haciendo? — le cuestionó ya con un tono molesto. El chico le miró durante unos segundos antes de soltar pequeñas risas llenas de falsedad. 

—Ah, Yoongi... solo te retuve porque me había olvidado de algo importante. — habló Taehyung con una sonrisa ladina mientras dejaba ir el brazo del bajito —. Dime, ¿sabes cuál es la dirección de Jin hyung? 

— No.

— ¿Seguro? — cuestionó con un falso tono triste —. Estaba totalmente confiando en que sabías su dirección, por lo que he visto, siempre se marchan juntos así que, supuse que podrías decírmelo — dijo con tranquilidad y el pelinegro se sintió irritado por su presencia, actitud y palabras.

Por supuesto que él sabía la dirección de Jin, ese era su destino antes de que ese chico le interrumpiese y molestara y si se hubiese dado en otra situación, Yoongi probablemente le habría dado la dirección, pero, debido a como el chico se comportaba con él, Min solo podía pensar en quererlo lejos de Seokjin y de él, pero, aún más que apartarlo de su día con el chico bonito, el pelinegro realmente quería hacerlo enfadar. Quería ver aquél perfecto rostro lleno de enojo por él. 

Quería mostrarle lo íntimos que eran ambos chicos. 

— No, para ser honesto... sé donde vive. —le sonrío, ya cansado de la situación y sobre todo de Taehyung. No había pasado mucho tiempo desde que él se había dado cuenta de la clase de sentimientos que sentía por Seokjin y no quería, ni iba a permitir que alguien más lo apartara de él y mucho menos, alguien como el adorado chico que tenía frente a él. Por esa razón, decidió hablar notando como la expresión del chico se llenaba de alegría —. De hecho... me ha pedido que vaya a verlo. Solo a mí, así que, no, Taehyung, no puedo darte su dirección. Mejor dicho, no puedo y no quiero dejar que nos molestes.