Capítulo 5

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   KYLE

Había logrado sobrevivir a tres horas de lengua, matemáticas y educación física.El recreo se había hecho eterno; Jordan y Brody no paraban de reír y tras los problemas que había tenido Kia con esos idiotas, no pude evitar poner la oreja. Escuché algo sobre un borracho en el barrio cercano la otra noche cuando sentí que Ty me agarraba del brazo. No parecía muy contento al verme escuchando a hurtadillas. Ese día no estaba especialmente a gusto conmigo. No le agradaba que mientras él hablara yo prestara atención a otros temas, algo por lo que no podía quejarme. Era comprensible.

–¿Qué se supone que haces ahora?

–Yo...nada. ¿Qué decías?

–Sé que te pone nervioso lo que le ha pasado pero se acabó. Ella dice que está bien y que no ha pasado nada así que deja ya el tema, ¿de acuerdo?

Asentí.

–En realidad, no sé ni por qué te digo esto. Vas a seguir haciéndolo,forma parte de tu naturaleza.

Sonreí ante aquella afirmación. No podría dejar el tema ni aunque quisiera.

–Bueno, ¿por qué no hablamos de algo curioso, por ejemplo, por qué llamas a la gente por diminutivos?

Me reí.

–Ni idea. Me parece muy seco, como muy formal llamar a la gente por el nombre completo.

–Me has acabado de resolver una duda existencial.

De repente,las voces a mi espalda se convirtieron en susurros. Jordan le dijo algo a Brody y este pareció cabrearse. Lo siguiente que escuché no me tranquilizó.

–¡Calla!¿Qué quieres, que se enteren? Después te enseño la foto.

–¿Foto? No jodas, Brody. ¿Le hiciste una foto?

–Shh.

Los seguí con la mirada mientras se iban alejando en silencio. Ty pareció escuchar los mismo que yo y también los siguió con la mirada. Aparte de idiotas, no sabían susurrar. Miré a Ty que me lanzó una mirada cómplice. Ahora ya no era el único al que le interesaba el tema. Me acerqué a ellos con Ty a mi lado, hablando para disimular y nos situamos detrás de ellos. Cuando le enseñó la foto a Jordan,la vi a la perfección. Si me cabreé, no me di cuenta hasta que sentí la cara de Brody en mi puño. Jordan se levantó al instante y me tiró al suelo. Todo pasó muy rápido, apenas me di cuenta de la sangre que me caía del labio partido después del puñetazo que medio. Respondí de la misma manera poniéndome yo esta vez ahorcajadas sobre él. Brody me vino por la espalda y me quitó de encima de Jordan tirándome de nuevo al suelo, que ya tenía gotas desangre en algunas partes. Sentí un agudo dolor en la espalda al caer y en el costado por la patada que llegó después. Jamás había tenido una pelea física pero en aquel momento supe perfectamente qué hacer; No dejaría que me golpearan sin ellos recibir ningún daño.Agarré la cabeza de Brody y le di un cabezazo. Jordan se levantó y vino a por mí. Lo último que recuerdo es ver venir a los profesor esa lo lejos justo antes de que alguno de los dos me pateara la cabeza.

Nos llevaron al hospital. Más tarde me enteré de que le había hecho una brecha a Brody en la frente y le había roto el labio a Jordan. Por ahora me sentía satisfecho. Mi siguiente misión es hacerme con esa foto y hacer que desaparezca de su móvil, y que Kia confesara. Sentí que algo o alguien me tocaba el labio herido. La enfermera me lo estaba curando con delicadeza mientras yo trataba de analizar donde pueden Jordan y Brody. De repente pensé en dónde estuvo Kia mientras nos estábamos pegando. ¿Lo había visto? Esperaba que no.

–Listo. Procura no tocártelo para evitar infecciones y ya.

–Gracias.

Me levanté y miré a mi alrededor. Me quedé paralizado al ver a Kia en una camilla a lo lejos. ¿Qué le había pasado? Pregunté a las enfermeras y entonces lo comprendí. Salí rápidamente a la calle y vi una florería. Me acerqué corriendo y con algunas monedas que tenía en el bolsillo le compré un clavel rosa claro. Se suponía que era para poder comprar el desayuno pero no tenía hambre. Ella lo había pasado muy mal y quería verla sonreír. Tenía la esperanza de que la flor ayudara. Al salir de la tienda vi a Jordan y Brody saliendo del hospital, uno con puntos en la frente y otro con pomada–como yo– en el labio. Cogieron un autobús cercano y los perdí de vista. Subí los escalones de la entrada del hospital con el clavel en la mano deseando que le gustara. Llegué a su habitación que esta vez encontré con la puerta cerrada. Giré el pomo y entré. Entraba un luz blanca por las cortinas que me calmaba. Me senté en la butaca junto a ella y esperé a que despertara. Era preciosa. No era la primera vez que lo pensaba pero aún así me sorprendió. Tenía la piel blanca y el pelo representaba sus sentimientos. Los ojos suavemente cerrados y las manos sobre su vientre. No tenía los labios carnosos pero aún así resultaban apetecibles. Entonces despertó. No pude evitar ponerme de los nervios al pensar que aquellos ojos azabache me habían pillado mirándole los labios. No quería que tuviera una idea equivocada, o quizás no estuviera totalmente equivocada. No parecía feliz de que estuviera allí y tras hablar un poco con ella, me fui con el clavel escondido.

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