Capítulo 6: La bruja

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Todo estaba escarchado, hacia tanto frio que les quemaba la piel, ninguno hablaba, todos estaban deprimidos por la muerte de su amigo, los lobos podían alcanzarlos en cualquier momento, pero por desgracia o por fortuna, estaban saciados de comer, aunque Lolo no estuviera gordo ni fuerte.
Miraban los Móviles constantemente para ver si habia cobertura pero no habia y pronto se les acabaría la batería, eran ya las doce de la noche y no parecía que su situación fuera a cambiar.
Y cuando todo parecía perdido...
-Eh mirad, ¿que es eso?- Juanma señaló a la montaña que había enfrente, una caravana de luces blancas y muy brillantes relucían a lo lejos.
-¿Serán coches? Tiene toda la pinta- Juanma empezó a correr sin esperar a sus amigos y todos fueros detras de el, el grupo estaba tan emocionados que no miraban por dónde pisaban y no perdían de vista su objetivo, entonces sin darse cuenta tropezaron todos y cayeron sin piedad por un gran barranco.
Estaba lleno de piedras afiliadas y árboles, Miguel se chocó de espaldas contra el tronco de un árbol haciendo que diera un grito que se cortó en seco cuando, de la fuerza del golpe empezó a dar vueltas en el aire muy fuerte para volver a caer rodando, Antonio se chocó de costado con una gran roca que le partió dos costillas, Francis con unas rocas afiliadas se cortó el muslo, el brazo y se partió un pómulo, Juanma, el mas gordo de todo el grupo tropezó con una piedra haciendo que no se golpeara al bajar pero llegó al suelo directamente y aterrizó en suelo llano con la cara lo qué hizo que sonará un gran ¡Crack! Que los demas oyeron a pesar de estar cayendo y golpeandose con todo lo que pillaban.
Cuándo llegaron abajo ninguno podía moverse, las heridas eran demasiado dolorosas y todos empezarían a llorar e incluso se desmayaron durante unos veinte minutos, cuando despertaron intentaron ponerse en pie.
-ah...¡ahhhhhhhhh! Dios creo que me e roto una costilla- dijo Antonio escupiendo sangre apoyándose en un árbol cercano.
Francis se despertó un poco antes y ya se estaba apretando el torniquete del muslo, era demasiado profundo, sangraba y se le veia el músculo del cuadriceps pero no queria preocupar a su amigos, tuvieron que ayudar a Miguel a levantarse, el no podía ni hablar si quiera, le costaba respirar y echaba sangre por la nariz, pero podía andar, Juanma no se había movido desde que llegó al suelo y Francis se acercó a el primero. Se agachó y se tapó la boca para no vomitar, la columna vertebral se le había partido entera y las vértebras de arriba le asomaban por la nuca, se había roto el cuello, y aunque no lo hubiera echo la tenia hastillada de arriba a abajo, se habría quedado paralítico.
Antonio se acercó y le quiso levantar la cabeza para ver el estado de su cara, estaba pegada al suelo, intentó despegarla pero le costaba, el fue el único que le vio en ese estado, los demás se habrian desmayado de la impresión pero el era mas fuerte en ese aspecto, la "cara" estaba irreconocible, no se sabían donde estaban los ojos ni la boca, solo era una masa de carne sanguinolienta.
-Pobre desgraciado.- lo tapó con su propia chaqueta- vamos tíos, salgamos de este puto infierno.
Empezaron a andar cabizbajos y muy despacio por las heridas, quedaban solo los tres mejores amigos, los hermanos, los que siempre estaban juntos.
La luna se asomó iluminando el valle dónde habían ido a parar, se veían las luces de la ciudad pero no se atrevieron a celebrarlo o morirían del dolor.
-Vamos hermanos, solo un poco más- dijo Miguel que iba en medio.
-Hemos pasado de todo juntos pero esto...es demasiado, saldremos de esta y nos unirá mucho mas, que le follen al Kuki, ojalá esté muerto-dijo Francis cogeando.
Empezaron a hablar, a recordar viejos tiempos, recordaron cuándo entró Antonio por primera vez a la clase, cuándo se hicieros hombres metiéndole mano Raquel, la putilla de la clase, cuando hicieron la mudanza de Antonio en verano a cambio de una Pepsi fresquita.
Les quedaba poco para llegar a la carretera y abandonar aquél bosque pero el viento volvió a soplar e hizo llegar una voz cruel a sus oídos, era una risa malévola que les helo la sangre, se dieron despacio la vuelta y alli estaba ella.
Una mujer, con pelo largo y Rubio, caído hacia delante, con un vestido blanco e impoluto se encontraba frente a ellos, iba descalza, y sus pies eran esqueleticos y estaban llenos del azufre que manchaba a Kuki, olía muy mal, a azufre, a podrido.
Alzó la mano con una perfecta manicura y puso la Palma mirando hacía arriba.
Con una voz celestial pero que no parecía de este mundo dijo:
-Teneis algo que me pertenece, no se cómo habéis sobrevivido los tres a las trampas que os e puesto, mis muchachos no os han matado, y si, me refiero a los lobos, y esa caída...-se mordió un dedo de la otra mano de manera muy sensual- no os a reventado por dentro...una pena, tendré que mataros yo misma.
Sin destaparse la cara se acercó a Antonio, los chicos no podían moverse ni huir por la caída, un movimiento en bano y el dolor sería insoportable, lo agarró de la cara y empezó a besar al chico de manera que hizo que sus amigos les entrara envidia, entonces el pelo se le tornó negro y la piel sé le volvió grisácea y las manos huesudas cómo los pies y de un bocado le arrancó un pedazo de lengua a Antonio pero sin soltarse del beso. Gritaba pero sus gritos se ahogaban en la boca de la mujer que se soltó riéndose con la boca llena de sangre.
Antonio se tapó la boca, la bruja abrió las manos y lanzó volando a los otros dos haciendo que cayeran a varios metros del lugar que cerraron los ojos y apretaron los dientes del dolor.
Con unos movimientos de manos, las ramas y las raíces cercanas volaron rápidamente y sujetaron de pies y manos a Antonio.
-¡Sueltame arpía de Satán¡
Con la cara tapada y riendo, alargó la huesuda mano y agarró el Libro que tenía Antonio,
-¿Tu madre no te enseñó a no coger las cosas de los demás?
Antonio escupió a la bruja y ella respondio con un golpe en sus costillas, soltó un aullido desgarrador de dolor, siguio golpeandole las costillas hasta romperle las otras que le quedaban, sus amigos ignoraron el dolor y fueron a ayudarle pero las raíces les envolvieron los pies y cayeron al suelo llenandolos de tierra.

Perdidos en el Bosque.   (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora