21 de Marzo, un día soleado de primavera, último año de primaria. Sólo miraba a través de la ventana esperando el timbre de salida, aunque apenas fueran las 9:00 de la mañana, yo ya deseaba irme. Mis padres últimamente han estado discutiendo, y me he estado quedando en casa de mis abuelos... Quisiera que todo volviera a como era antes, disfrutar de las comidas calientes de mamá, y los chistes de papá.
-Bien, quiero que escuchen todos. Hoy tenemos una nueva compañera, su nombre es Leah Hepburn, estará con nosotros el resto del año, por favor, sean amables con ella-
-Sus anteojos se parecen a los de mi abuela- -Está muy delgada-
Leah pasó a sentarse al lugar que estaba enfrente de mi, realmente parecía ser una niña muy callada.
Su primera semana en nuestra escuela, siempre estaba sola, y algunos compañeros le hacían broma. -Leah la marginada, muda y fea- le decían cuando no estaba el maestro.
Es cierto, ella no hablaba mucho. Cuando terminábamos con la clase de deportes, las niñas siempre le lanzaban agua.
-Incluso mojada eres fea-
-Porqué le hacen eso a ella?- pregunté a Alan.
-A quien?- -A Leah, digo, ella no ha hecho nada malo desde que llegó. Porqué la tratan así?- -Pues no lo sé, pero a veces es divertido verla, me gusta cuando le juegan bromas- respondió.
Miré a Jenna con la manguera en las manos y comenzó a mojarla. Ellas no le hacían bromas, la hacían sufrir.
Caminé hasta la llave y la cerré. -Ah? Qué pasó? Eve, porqué cerraste la llave?- dijo, caminé hasta ella y la empujé haciéndola caer.
-Qué te pasa?-
-¡Ya basta! Ya no la molesten- -A caso ella te gusta? Te gusta Leah?- -... No se trata de eso. Ya no la molesten- dije. Tomé la mano de Leah y nos fuimos al salón de clases, donde todavía no había nadie.
-Estás bien?- pregunté. -Si, aunque sólo están rotos mis anteojos-
-Sabes? Tienes que defenderte, no dejes que nadie te haga eso- -Lo siento- -Les has dicho a tus padres?- -No, lo siento- -Y al maestro?- -No... Lo siento- -Porqué te disculpas?... Bueno, creo que deberías de secarte con algo, tu cabello sigue goteando- -Si- dijo. De una manera u otra, sentí que debía acercarme más a ella.
Con el paso del tiempo, nos gustaba pasar el tiempo juntos, en la escuela, en la calle, y en las horas de deportes nos íbamos a la biblioteca... nos hicimos amigos de forma natural; aunque para nuestros compañeros era motivo de burla, a nosotros no nos importaba.
El día de la graduación, Leah se iba a ir a una secundaria de otra ciudad, mientras yo me quedaba aquí.
-Te extrañaré... mucho Eve- dijo sonrojada.
-Yo también te extrañaré Leah- -Te prometo que te escribiré, y cuando ambos tengamos celular, compartiremos números- -Si- dije. Hicimos el sello de promesa con nuestros pulgares, Leah ya se iba a ir. Al siguiente día se fue, y de un momento para otro, comencé a pensar en lo solo que me sentiré, mi mejor amiga se había ido, y me puse triste... Ya quiero que regrese.
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El hilo rojo.
Romance"Nunca podrás escapar de tu corazón, así que es mejor que escuches lo que tiene que decirte." Una historia narrada por Leah Hepburn, que encuentra el otro extremo de su hilo rojo en Eve Humphries. A pesar de que se alejan, siempre volvían a estar ju...