Llegué hasta mi casa y me detuve en los escalones de la entrada. Me sentía muy mal, no quería volverlo a ver, no quiero que se ría de mi.
-Estás bien Leah?- No puede ser, me siguió. Levanté mi vista y lo miré, esta frente a mi con nuestras mochilas. -Noo- contesté. -Porqué lo hiciste? Quien te dijo que lo hicieras?- -Nadie me lo dijo. Ya te dije todo en la escuela- -... Leah, tu eres una chica hermosa- dijo. Inmediatamente me sonrojé, me sentía más nerviosa que nunca, me había sorprendido escuchar esas palabras de él, dirigidas a mi. -Eve...- -Pero lo que acabas de hacer estuvo mal, no tenías porque hacerlo. Escucha, no importa lo que los demás digan, siempre me tendrás a mi- dijo. Eve, es por eso que intenté ser linda, lo quería hacer por ti.
-Mi tía tiene una estética cercas, le puedo decir que te ayude a arreglar eso- -Si, vamos- dije.
Me cortaron el cabello hasta mis hombros y me quitaron el tinte, además me hicieron un fleco muy bonito.
-Que tal ahora?- dije con una sonrisa de oreja a oreja. -Mejor que lo que tenías antes- dijo y reí un poco.
Era ya en invierno, todos los jefes de grupo y los comités estábamos en una junta en la sala de ciencias. Nosotros cuatro nos habíamos vuelto más unidos. Cuando la junta terminó, nosotros nos quedamos a recoger.
-Sarah y yo iremos a tirar la basura- dijo Eve. -Bien- dije. Los dos salieron del salón con las manos cargadas de bolsas. -Oye Leah, quisieras venir con nosotros a comer más tarde?- preguntó Eric. -... Claro, estaría encantada- dije. Y miré que a los chicos les faltó sacar una bolsa, así que iría a sacarla yo. -Eric, iré a tirar esta bolsa- -Bien-
Salí del salón y caminé por los pasillos de la escuela, ya todos se habían ido, parecía una escuela fantasma. Cuando llegué afuera, miré que Sarah y Eve parecían estar hablando, no quise interrumpirlos, así que me escondí.
-La razón por la que no pude ayudarte en secundaria, es que no sabía como. Nunca me había presentado a algo similar... lo siento, lo siento mucho. Sé que debí ayudarte en algo, apoyo moral o decirte que todo estaba bien, que todo mejorará, pero, incluso yo estaba algo asustada. Si lo que te llegara a decir sería correcto para esa situación, o lo mejor sería alejarme, pero ahora que lo comprendo, debí haber estado a tu lado en aquel momento- dijo ella. -Lo entiendo, por eso, yo quiero ayudar a Leah, no quiero que sufra lo mismo que yo, ambos, estamos en la misma situación. Cuando los dos estábamos en primaria, nuestros compañeros siempre se burlaban de ella, le hacían bromas y la hacían sufrir, por eso decidí estar a su lado, para protegerla. Y cuando me contó que sus padres también se divorciaron, pude comprenderla...- -Eve, a ti te gusta Leah?- preguntó. Me sentía nerviosa por lo que él llegara a responder, mi corazón latía a mil... A mi me gusta Eve. -Ella... no me gusta, es diferente a lo que trato de decir- respondió. Sentí un gran dolor en mi pecho, y comencé a llorar.
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El hilo rojo.
Romance"Nunca podrás escapar de tu corazón, así que es mejor que escuches lo que tiene que decirte." Una historia narrada por Leah Hepburn, que encuentra el otro extremo de su hilo rojo en Eve Humphries. A pesar de que se alejan, siempre volvían a estar ju...