"Ir a casa"

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Narra Harry.

—Solo piensa Harry, piensa —me toque la frente repetidamente. Pero todo era inútil, mi cabeza solo pensaba en Paloma, estoy enojado y desesperado, no quiero saber de lo que voy a ser capaz cuando tenga a James frente a mi.

—¿Dónde crees que puedan estar?

Mike susurro mirando un mapa de la ciudad, Ross y Marcus estaban recuperándose ya del shok, no quiero tenerlos cerca con esto de por medio, no quiero que nada les pase. No quiero que lastimen a mis amigos.

—Chicos, en serio no es necesario que vengan, esto es peligroso —mire a Ross y a Marcus, quienes estaban completamente sucios.

Una mirada cargada de furia y desesperación de posó en la mía.

—Ese maldito hijo de puta tiene a Paloma, le voy rebanar la garganta —Ross habló con tal rencor y odio que por un momento pensé que no era ella.

Marcus se acerco a ella abrazándola y una punzada de dolor me llego al pecho al recordar las fotos recientes de Paloma. Y como si un foco se hubiera encendido de la nada lo supe.

—Se donde están —tomé las llaves de mi moto y salí a toda prisa.

Narra Paloma.
Las lágrimas me nublaban la vista, la mordaza cada vez se humedecía más, las ataduras de manos comenzaban a arder más que nunca. Con un suave sonido la puerta de la habitación se abrió, ahogué un grito cuando James camino hacia la cama, inetente esconderme pero ya no podía, su mirada era intensa y regozaba en satisfacción.
Paso sus dedos por mi mejilla hasta llegar a mi cuello y deslizarse hasta mi pecho donde engancho un dedo en el cuello de mi blusa dejado a la vista mi sujetador, grite y patalie luchando contra él, su mano se safo rápidamente.

—Si tan solo hubieras estado conmigo desde el principio... —di un respingo al oírlo, en ese punto todo me daba ya miedo.

Will entró en la habitación, con una cara sin emociones, una cara completamente fría. James se volvió hacia Will, y camino hacia él, mi pecho se relajo cuando lo tuve a tres metros de distancia.

—El sensor del almacén fue activado, seguro ya viene.

—Tendremos visita —James me dirigió esas palabras con una sonrisa llena de malicia. Las lágrimas corrieron por mis mejillas al darme cuenta de que hablaban de Harry.

Mi corazón paplito con fuerza asustado, asustado de saber que Harry no va a poder contra ellos, contra Will, James, Arlette y el sujeto que los ayudo a metrme en el coche. Un escalofrío me rrecorio al recordar la cara fría de Will, esa no era la cara con la que lo había conocido. Las personas mienten y te hacen daño. Las personas son crueles. Unos diez minutos más tarde me encontraba donde mismo, mis lágrimas cesaron cuando todo se quedo en completo silencio ese tranquilo silencio antes de la tormenta, ya ni escucho los pasos pesados o los gritos de James. Mire en todas direcciones frenéticamente. ¿Qué esta pasando?

El sonido de un puertazo me asusto, todo el silencio se había esfumado, se escuchó gente corriendo de un lado a otro, disparo tras disparo. La puerta de la habitación se abrió de golpe, y ahí estaba Harry, quien me miro con cara de horrorizado, sus ojos brillaron con alivio que fue sustituido por rabia. Corrió hacia mi y comenze a llorar.

—Paloma, mi amor ¿Estas bien? ¿Qué te han hecho? — me quitó la mordaza y desato mis manos— Voy a matar a ese hijo de puta.

Las palabras no me salían estaba asustada y alegre, Harry se quitó la chaqueta y me la paso por los hombros cobriendome la ropa rota. Negué con la cabeza, no quiero que mate a nadie, me abrazo tan fuerte y delicadamente, con miedo de que me disolviera como arena entre sus brazos. Tome sus rostro entre mis manos y lo bese, un alivio me recorrió.

—Ya término todo, iremos a casa —dijo con su frente pegada a la mía.

—No lo creo —escuche la voz de James y el sonido sordo de un bate se impacto en la nuca de Harry.

«Mi Hermoso Caos»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora