Regalo de cumpleaños. Segunda parte.

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Arthur llegó al hospital acompañado de Francis, Seychelles y América. No vio a Canadá por ningún lado (aunque si hubiese estado en la sala de espera no lo habría notado).

—Mira Angleterre, es el oso de Canadá.

—¡Awwwww! ¡Que lindo se ve Kumajiro leyendo el periódico! —dijo Seychelles.

Kumajiro estaba en la sala de espera, leyendo un períodico despreocupamente, captaba la atención de mucha gente, pero a él no le importaba, solo quería entretenerse en algo.

—Dude ¡eso es tan épico! Un oso leyendo el periódico y yo creyendo que solo era un peluche parlante.

Inglaterra que ya estaba acostumbrado a todo este tipo de cosas no dijo nada.

—Iré a preguntarle por Canadá.

—¡Mon dieu! ¡No! Mejor voy yo. Ahora si me lo permites Monsieur Cejas.

—¡No empieces, rana! Iré yo, aparte tengo que buscar a China y a mi hijo.

Inglaterra le dejó los globos de helio a Francia y se acercó al extraño oso que leía el periódico.

—¿Komajeero? —pensó un momento el nombre del oso, "¿Era así como le llamaba Canadá?"—. ¿Sabes dónde está Canadá?

—¿Quién? —respondió el oso levantando la vista hacia Inglaterra y sin soltar el periódico.

—¡Awww! —Exclamaba Seychelles mientras moría de ternura.

—Tu amo. Canadá.

—¡Ah! Está con China, ya nació el niño. ¿Traen pañales y ropa para vestirle?

—Si, la ropa la trae la Rana, los pañales los trae Seychelles y el pastel lo trae América.

—Ellos están en la habitación 245 pero necesitan hablar con el doctor y las enfermeras para poder llevar todo eso.

Inglaterra al final se sorprendió de la inteligencia del oso. Estaba seguro que ni siquiera Fly Ment Bunny era así de inteligente.

—¡Oh Tony! ¡Estás aquí! ¿Les avisaste a Japón que China acaba de dar a luz?

El alien respondió en un idioma que sólo América puede entender.

—¿Ya vienen? ¡Great dude!

Volvió a decirle algo en su idioma.

—¡Wow! Traerán a toda la familia asiática, ¡eso es mucho más genial! Así podré ligar con la chica del cabello largo, o con el chico del riso sonriente, o igual con el mismísimo Japón. Tony, tan sólo IMAGINA LAS POSIBILIDADES....

—Shhh —Una enfermera pasó a callar al americano.

—Y yo creí que la Rana era la enferma de amor —dijo Inglaterra.

—Estoy tan orgulloso de ti. No saliste como el amargado de Angleterre.

—Oigan, no peleen —Se metió Seychelles en la discusión—. Debemos pedir permiso para poder pasar con esto y con más gente.

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—¿Y tu oso, aru?

—¡Ah! Kumajiro está afuera, se encargará de dar indicaciones a Inglaterra.

—¿Tu oso habla, aru?

¡Feliz Cumpleaños, Hong Kong!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora