Pongan atención, porque lo que estoy a punto de contarles nunca antes se ha contado, pero no por eso significa que no haya pasado.
Una pequeña niña mugrienta corría como nunca lo había hecho en la vida, no podía pensar en todas las personas que empujaba a su paso, solo sabía que tenía que huir.
La venia persiguiendo un hombre solo por haberle robado una manzana.
Ella entre jadeos bufo, era una manzana, hacia días que no comía, ¿por qué se enojaban con ella?La pequeña volteo sobe su hombro para ver si había perdido al señor de vista, su ventaja es que era pequeña, la ventaja del hombre era que ella no volaba como él, la pequeña nunca ocupaba sus alas, aunque no todos en Cadvir tenían el don de volar.
La niña alcanzo a ver el naranja intenso de las alas del señor y apresuro el paso, escuchaba los gritos de este: ¡Detengan a la niña! ¡Ladrona! ¡Alto!
Ella a pesar de los gritos siguió corriendo, era rápida para su edad, pero después de todo el señor ya casi la alcanzaba.
-¡Detente ladronzuela!.-Dijo el hombre con los dientes apretados detrás de ella.
La pequeña no hizo caso, y continuó corriendo, llego a un lugar repleto de personas y se metió entre ellas, pero la pobre pequeña no contaba con que se tropezaría así provocando que se cayera y la manzana saliera volando de sus manos.
La niña, aún en el suelo, volteo hacia atrás y vio que había muchísima gente viéndola, ella frunció el ceño y volteo hacia adelante solo para darse cuenta de que tenía un caballo blanco justo enfrente de ella. La pequeña asustada se arrastró hacia atrás y solo así pudo identificar un escudo en el caballo, tenía una flama, la flama real.
La niña abrió los ojos sorpendida, cada dos meses el rey hacía una visita a la capital, dando un pequeño desfile, y ahora ella había parado el evento del rey. Todo el mundo la veía, incluyendo el Soberano y sus guardias, los cuales tenían las manos en las armas listos para sacarlas ¿La mataría el rey por interrumpir su desfile? Y cuando pensó que las cosas no podían empeorar apareció el hombre al que le había robado.
-Tú.-La señalo.-Pequeña ladronzuela regresame lo que es mío
La niña solo pudo encogerse de miedo, quería desaparecer, desgraciadamente los guardias del rey ya estaban abajo de sus caballos rodeando al hombre.
-¡Como osa interrumpir el desfile de su majestad!.-Exclamó un guardia, era bastante alto, de pelo castaño y ojos verde-miel como la mayoría de los habitantes de la nación del fuego. Luciana lo reconoció de inmediato, era el capitán de la guardia real.
El hombre al que le había robado, parecía que apenas entendía que tenía enfrente de sus narices al mismísimo rey
-Amm, Bueno... Yo.-Empezó a tartamudear el señor.
El capitán puso su espada en la garganta del hombre, de inmediato todos empezaron a susurrar.
Todos sabían que el capitán de la guardia era demasiado duro, y nunca temblaba al dictar las sentencias a los criminales ni al empuñar su espada para acabar con la vida de cualquiera que fuera una amenaza para su rey.
-Habla, o no habla misericordia para ti
-La niña.-señalo a la pequeña.-Me robó
-¿Qué esta pasando aquí?
De inmediato todos los susurros desaparecieron, la voz del rey era muy ronca y bastante imponente pensó la pequeña.
-Su majestad.-Hablo el capitan.- Este hombre dice que esa niña.-Dijo mientras señalaba a la pequeña en el suelo.- Le ha robado.
El rey poso su mirada sobre la pequeña, ella abrió sus grandes ojos verdes asustada. El robo en el reino de fuego era penado con muerte, ella para su corta edad lo sabía.
-¿Qué es lo que le ha robado?-Pregunto el monarca
El hombre hizo una reverencia.
-Su majestad, esta pequeña ladrona me ha robado una manzana
El rey arqueo una espesa ceja.
-¿Todo esto por una manzana?
-No es la primera vez que lo hace su alteza, y yo vivo vendiendo manzanas.
El rey cruzo los brazos.
-Ya veo.... ¿Y qué sugiere que haga?.-pregunto sereno el rey.
-Que castigue a la niña
Se escucharon abucheos por parte de algunos ciudadanos y afirmaciones por parte de otros.
A la pequeña se le cerro la garganta y dejo de respirar, ¿por qué le pasaba eso a ella?
-¿Quiere que castigue a una niña que de seguro no tenía que comer y por eso le robó?
El hombre dudo.
-Bueno... sí, su majestad
La niña, en un intento desesperado de salvar su vida se paró de la tierra y agarro la manzana que había robado, la cual solo estaba a unos centímetros de ella. Se acerco temerosa a los hombres, ya que para ella todos eran unos gigantes, sin embargo gracias a los dioses paso por los guardias desapercibida y llego al hombre que le había robado sin ningún problema, la niña se armó de valor y le jalo un poco su pantalón.
ESTÁS LEYENDO
Cadvir
FantasyTen cuidado cuando escuches el aullido del lobo, porque es probable que la guerra este empezando. Existe un mundo diferente al de nosotros, un mundo en el cual la magia existe, donde todo es posible, un mundo gobernado por cuatro reyes, gobernado p...