Luciana se encontraba en una sala de techos sumamente altos, el piso era blanco y las paredes negras, enfrente de ella se encontraba un trono, un trono plateado con algunas piedras negras, Luciana no las reconoció, no formaban parte de las piedras preciosas de las naciones. Pero de lo que estaba segura era de que se encontraba una sala de trono de un castillo, pero no lo conocía.
Un hombre se encontraba sentando en el trono, pero Luciana no podía verle la mayor parte de la cara ya que la tenía cubierta.
Frente a el estaban arrodillados cuatro muchachos, Luciana estaba en el fondo de la sala y ellos de espaldas así que no pudo distinguir si eran hombres o mujeres los que estaban hincados, pero ya que llevaba traje de batalla supuso que serían hombres.
-La hora se esta acercando hijos míos, pronto tendremos lo que se nos ha sido arrebatado.-La voz del hombre del trono sonaba grotesca y cargada de maldad. Luciana nunca había escuchado hablar a alguien así.-Ella es la elegida, estoy casi seguro, ella será su destrucción.
Luciana ahogo un grito cuando el hombre se puso de pie. El hombre alzó la cabeza a su dirección, aun a lo lejos noto como las espaldas de los cuatro individuos se tensaban.
-Princesa Luciana, ¿no te enseñaron que espiar conversaciones privadas es de mala educación?
Luciana abrió los ojos muy grande, la habían descubierto. Aún así trato de centrarse en la cara del hombre y pudo ver que sus ojos eran totalmente negros, llenos de maldad, su sueño se estaba saliendo de control.
-¿Quién eres?.-Pregunto la castaña con firmeza haciendo el miedo a un lado. Su voz trono por todos los lugares de la sala, una voz segura, llena de confianza, a sus veintiun años Luciana sabia que del miedo a la valentía había sólo un pequeño paso.
-No te servirá de nada hacerte la valiente aquí niña.
Luciana apretó su mandíbula, algo que odiaba era que le dijeran que era una niña.
-No le servirá de nada evadir mi pregunta, señor.
Uno de los muchachos que estaba arrodidallo se puso de pie, seguido de el que estaba al lado, el cual lo detuvo del pecho, como evitando que se le tirara encima a Luciana
-¿Cómo osas hablarle a mi padre así?
Luciana frunció el ceño.
-¿Cómo osa tu padre hablarme a mi así?.-Rebatió ella.
Luciana deseaba poderle ver la cara al muchacho, o al que lo detenía, pero sus caras estaban cubiertas por máscaras, ni su cara ni sus alas podía ver ya que traían una capa igual a la de lo que al parecer era su padre.
Luciana llevo sus manos a su cuello y encontró su listón, casi suspiro aliviada, ella también llevaba su capa. Y al final al ver que nadie hablaba decidió hacerlo ella
-Repetiré la pregunta señor, y espero que pueda controlar a su hijo. ¿Quién es?
El muchacho hizo ademán de querer lanzársele a la chica otra vez, pero el otro chico lo empujó para atrás
-Basta.-Gruño este.-No seas estúpido
Luciana ignoro a los muchachos y se le quedó mirando a el señor del trono, este le devolvió la mirada
Dos ojos obscuros como dos pozos sin fin.
-No te preocupes, pronto lo sabrás querida
-No le tengo miedo, esto es solo un sueño.
-¿Segura?
El hombre comenzó a reír como loco y el lugar se desvaneció.Luciana abrió los ojos, su frente estaba sudada, su corazón latía mas rápido de lo normal y su pecho en el cual descansaba un hermoso collar con un rubí subía y bajaba a toda velocidad. Le tomo unos minutos tranquilizarse y cuando lo hizo se enderezó en su cama, recorrió con la mirada su cuarto y a los pies de su cama vio a una enorme bola de pelos acostada en la alfombra.
Ella suspiro, ese sueño...
Se dejo caer en su cama.
Un toque en la puerta hizo que Shadow levantara la cabeza rápidamente.
-Lucy, cariño el desayuno esta servido.
Shadow se volvió a acomodar en la alfombra y cerro los ojos, Mildred era de las pocas personas que aceptaba y no le gruñía.
Luciana deseo poder dormir un poco mas, pero a parte de que no podría ya que esa clase de sueños la dejaban muy inquieta tenía entrenamiento y les tocaba a Adelaïde, Desmond y Calen ir al castillo rojo. Resignada se levanto y se puso un sencillo vestido color rojo, por lo general ella se vestía sola, a menos que tuviera que ponerse un vestido muy elegante. En ese caso Mildred su nana y Dorothea su doncella, la ayudaban. Se cepillo un poco el Cabello y fijo su vista en su Bellator.
-Arriba holgazán, hora de desayunar
Shadow se estiró, después se empezó a sacudir y finalmente se puso de pie.
Luciana salio de su habitación con Shadow detrás de ella.
ESTÁS LEYENDO
Cadvir
FantasyTen cuidado cuando escuches el aullido del lobo, porque es probable que la guerra este empezando. Existe un mundo diferente al de nosotros, un mundo en el cual la magia existe, donde todo es posible, un mundo gobernado por cuatro reyes, gobernado p...