Segundo capítulo.

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No había sospechas, los árboles no habían visto nada, ningún humano había pisado narnia.
Eso crei hasta el día siguiente.

-¡Maldición!, ¡¿como pudo pasar esto?!, ¡cien años!, ¡cien años tirados a la basura!.

Me sobresalte, Jadis, mi madre, estaba bufando, le salía fuego por las orejas.

-¿por que tanto alboroto?.

Camine hasta el trono de hielo donde se encontraba sentada y respirando tan rápido que el pecho le subía y bajaba.

-estaba dando un paseo, cuando entonces un muchacho, ¡un humano!, ¡un hijo de Adán!, ¡se interpuso en mi camino!.

La sangre se me helo de inmediato.
¿un muchacho?, ¿Lucy tenía hermanos?...la profecía...

-Estas bromeado...¿verdad?.

-¿tengo cara de que estoy bromeado?.

El corazón se me detuvo.

-pero tengo un plan, el muchacho habló sólo por unas golosinas- Su sonrisa se hizo maligna y juguetona-¿puedes creerlo?, ¡golosinas!-Soltó una risa que sonó por todo el castillo-no le cederé mi trono a nadie- Hablo sin pensar, luego me miro a mi tratando de arreglar lo que había dicho en su mente-salvo a ti querida-Alzó su mano y me acerqué para incarme a su lado-pero para que eso pase, pasarán muchos muchos años más.
Acaricio mi rostro con gentileza.
Ojalá la gentileza de ella fuera real.

-¡Maugrim!-Quitó su mano y se levantó, un lobo salió de alguna parte y le dio una reverencia.

-ve por el traidor fauno llamado Tumnus, alojó a un humano en su casa, debe ser castigado.

Mi sangre helo más, ¿el señor Tumnus?.

-¡eso es imposible!.-Trate de sonar lo más indignada posible.-¿un fauno, escondiendo un humano?, hay reglas que dicen específicamente que cuado alguien hallé un humano se tiene que traer ante ti.

-al parecer, este fauno no entendió las reglas, ¿no te dije que el muchacho hablo solo por golosinas?.

Jadis miro a maugrim hizo un gesto con su mirada y el lobo dio un aullido y más lobos salieron.

-tráelo ante mi.

Dijo ella y los lobos salieron del Castillo apurados.
Tenía que hacer algo...

El viento y unos pocos trozos de nieve pegaban contra mi cara, me dirigía a casa del señor Tumnus rezando para que no fuera tarde

-¡corre panko, corre!, tenemos que llegar antes que maugrim.

Grite ante el solplido del viento, panko acelero mas el paso.
Claramente, mi mundo se derrumbo cuando entre por la puerta destrozada de la casa del señor Tumnus.

Camine entre los pedazos de vidrio, papel, muebles destrozados y porcelana rota en el piso, sentí como mis lágrimas calientes pegaban contra mis mejillas frías.
Tome el papel de arresto que estaba en una de las paredes y me derrumbe en el piso.
No sabia que pensar, ¿que debo hacer?.

Algo detrás mío se había roto, un pedazo de cristal se rompió al contacto de una pisada.
Me levante y desenvaine mi espada.

Me levante y desenvaine mi espada

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