Capitulo 5

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Vacaciones, deseadas vacaciones por fin, treinta hermosos dias para disfrutar de estar en mi casa, con amigos, leyendo y viendo películas. Siento que hace años no me tomo vacaciones, voy a hacer planes con Glenn para la próxima semana y todavía tengo que ver que hago para navidad.

Me dispuse en el sillón con un café enorme y mi copia un millón de veces leída de Cumbres Borrascosas. Cuando estaba a punto de abrir el libro alguien llamo a la puerta. Abrí y ahí estaba Emma, vestida con un pulóver de lana que le quedaba de vestido, medias negras y botas cortas, con su bufanda enorme, guantes sin dedo y un gorro. Sostenía un cupcake con una vela, mire extrañado el cupcake y encendió la vela.

-Hoy hace un mes que vivo aca- me sonrió de una manera hermosa y por primera vez note que ella lo era.

Con sus grandes ojos verde musgo, una pequeña nariz con algunas pecas y labios carnosos. La miré distinto y se dio cuenta.

- Qué?- pregunto medio riendo.

- Nada- le conteste sacudiendo la cabeza y sople la pequeña vela- café?- le ofrecí abriendo mas la puerta.

- Ya no te caigo mal, que paso?- me dijo haciendo pucheros- tengo que elevar el ruido?

- Ya fuiste a cenar a la pequeña bodega que esta a 3 calles de acá?- ella siempre contestaba mis preguntas con otras preguntas.

Me miro fijo mientras con el dedo índice tomo parte de la cobertura de la pequeña torta y se lo llevo a la boca. Fue sensual, fue inocente y me di cuenta en ese momento que esa mujer tenia que estar en mi cama.

-No, pero estoy abierta a invitaciones- dijo juguetonamente.

Se estaba comportando como si supiera que algo había cambiado en mi manera de verla.

- Deberíamos ir hoy

- Perfecto, a las ocho nos encontramos en la entrada- dijo y volvió a repetir la escena del dedo en la boca.

Nos tomamos el café sin insinuaciones de ningún tipo, solo me dio un mordisco del cupcake y primer me lo amago, tal vez si nos insinuamos un poco.

Ocho menos cinco estaba parado en el mismo lugar donde la vi por primera vez. Solo que esta noche bajo con un vestido negro de mangas tres cuarto y pollera plato, con cuello bote, medias negras y zapatos de punta redonda con un taco bajo. Tenia el pelo suelto y con ondas y el único maquillaje que llevaba era los carnosos labios de rojo. Parecía salida de una película de los 50.

- Me gusta tu traje, es como informal y no se, hipster. Como los que usa el chico de 500 dias de Summer. Me gusta ese chico

- Estas hermosa Emma

Me miro levantando sus tupidas pestañas y sonrió, pero no se ruborizo ni un poco como habría hecho cualquier mujer. Entonces supe que Emma era consciente de lo hermosa que era.

El mozo nos trajo una botella de vino rosado y nuestros platos.

- Has estado enamorado?- me pregunto probando sus raviolis y mirándome expectante.

- No, es decir, tuve novias, pero jamas estuve enamorado, jamas tuve miedo de perderlas y eso. Por eso eventualmente me dejaban.

- Asi que sos un playboy- se rio cuando termino la frase.

Nos reímos los dos cuando asentí aguantando la carcajada. El resto de la cena fue sobre temas de conversación superficiales y sobre gustos. Creo que me gusto más cuando me di cuenta que nos gustaban las mismas cosas, era una mujer increíble.

Mientras caminábamos a casa saco un chupetín de su cartera.

- Soy adicta a estas cosas, solo los de cereza y no se si hay acá, pero me traje muchos y los raciono.

La abracé sobre sus hombros y le dije que estaba loca, ella solo asintió. Cuando llegamos la acompañe hasta la puerta de su departamento y me ofreció un café el cual acepté.

Su departamento era colorido, un sillón naranja con almohadones de varios colores junto a la ventana que a su vez tenia cortinas azules. Una gran biblioteca de madera cruda con muchos libros. Tenia un mueble de madera teñido de rosa y sobre este la Tv, un dvd y varias películas desparramadas. La misma barra que en mi departamento separaba el living de la cocina con una butaca alta color celeste pastel. Algunos cuadros apoyados sin colgar todavía y una caja con una guirnalda navideña asomándose. Luces navideñas alrededor del marco de la ventana titilaban haciendo ver el exterior. La cucha que le había improvisado a Gatito la primer noche estaba junto a la estufa y tenia cerca un tazón con leche.

Se sienta en el sillón con dos grandes tazas de café y me invita a sentarme a su lado. Se despende de los zapatos y me mira juguetonamente. Es hermosa por donde la veas.

- Asi que, Liam, desde cuando tanta cordialidad?- dijo seriamente y entrelazando sus dedos.

- Sos hermosa Emma y estas loca, como no sentir curiosidad?

Se rio y prendió un cigarrillo. Fumaba seductoramente y miraba como se alejaba el humo.

- Me desabrochas el collar por favor?- dijo dándome la espalda.

Desabroche obedientemente el collar y le besé el cuello, tiro su cabeza hacia atrás dándome acceso total, y la llene de besos por el cuello, el hombro y la clavícula. Se dio vuelta y me miro fijo. Me beso, despacio y como nunca me habían besado antes. Nos paramos sin despegar nuestras bocas y nos dirigimos a su habitación. Me desprendió delicadamente los botones de la camisa y la despoje de su vestido. Y ahí la vi, su piel estaba decorada con tatuajes. Ropa interior negra contrastaba con su extrema blancura, la admire y me miraba inocentemente. La tome entre mis brazos y nos dejamos llevar.

Cuando desperté Emma estaba enrollada en mi y dormía profundamente. Por dios su habitación era un caos, había cosas por todos lados, no se como no pise todo eso anoche, tal vez porque lo único que podía ver era a la mujer que tenia frente a mi, jamas conecte tanto en el sexo con ninguna mujer, fue algo increíble y vivís a un piso de distancia.

Grandes ojos verdes me estaban observando fijo. La miré y sonrió. Se levantó ajena a mi presencia y escuche la maquina de café funcionando. La sensualidad personificada era lo que veía. Emma parada en puntas de pie buscando algo en las alacenas, usando solo una remera enorme y Gatito caminando entre sus pies, su pelo suelto y despeinado, mientras tarareaba. Se dio vuelta bruscamente y me vio apoyado en el marco de la puerta de su habitación mirándola.

- Siempre lucís como un Dios del sexo por la mañana?- termino de decir eso mientras caminaba hacia mi

Caminaba decidida y una sonrisa se dibujo en su rostro. Si la lujuria tuviera una sonrisa seria muy parecida a esa. Se abalanzo sobre mi y tuvimos sexo en el piso.

- Nadie luce tan bien cuando se despierta- comento recuperando el aliento- es decir, grandes ojos azules, pelo cobrizo despeinado, apoyado casualmente sobre el marco de la puerta y solo usando boxers, jodidamente sexy.

Me dio un casto beso y se paro. Caminaba desfilándome. Jodidamente sexy

Chupetines de cerezaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora