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     El día estaba frío y nublado, las probabilidades de lluvia eran altas pero eso no le importó a Madeline.  La chica estaba en una pequeña tienda de libros buscando algunos para llenar su estantería de libros por leer.  Luego de salir de allí y caminar menos de una calle, comenzó a llover torrencialmente. Anastasia caminaba bajo la fuerte lluvia aferrándose a sí misma para intentar calmar su frío.

     Corey estaba comprando su café favorito perfecto para este tiempo. Al salir del pequeño local, vio a la chica que producía un zoológico en su estómago caminando.

— ¿En qué estabas pensando al salir con esta lluvia sin paraguas? — Dijo acercándose y entregándole su paraguas. Él comenzó a sacarse su abrigo y lo colocó sobre los hombros de la chica.

— Antes no estaba lloviendo y quería libros nuevos.

— ¿Ya terminaste el estante?

— Quedaban pocos así que vine por más.

     Ambos se miraban a los ojos. El cabello mojado de Anastasia la hacía lucir, de alguna manera, más adorable. La nariz del chico, un poco roja por el frío, también lo hacía ver adorable.

— Mads, yo... — Corey se acercaba lentamente a la chica, nervioso por lo que quería hacer.

— No hables, Corey. — La chica lo interrumpió, y al parecer, leyó la mente del chico ya que hizo lo que él quería hacer, juntar sus labios.

Corey sentía que tocaba el mismísimo cielo con su boca.

Anastasia sentía que estaba en el paraíso.

Una imagen tan cliché a simple vista, pero con un amor que nunca se había visto antes. Ambos separaron sus labios pero no sus cuerpos.

—¿Porqué, Anastasia?

—¿Porqué que? — Preguntó extrañada.

—¿Porqué me tienes así? Con sólo mirarte mi pulso se acelera, me falta el aire. Pero cuando estás a mi lado todo se calma, el aire se siente más limpio, los rayos del sol se vuelven perfectos y el mundo se torna más feliz.

— Estás así porque sabemos que lo nuestro puede ser hermoso, podemos volver a intentarlo ¿Qué dices?

— Tú me habías dicho que no creías en segundas veces.

— Sé que en esta, valdrá la pena.

Ambos volvieron a besarse, como si nunca más se fueran a ver, como si el mañana no existiera.
Ya no importaba la lluvia, la gente que pasaba a su lado, la hora que era, sólo importaba el otro.

Sólo eran ellos.

•••

Este fue el penúltimo capítulo. Realmente no sé que haré sin estos chicos.

Gracias por todo y que tengan un lindo día.

xx, Saturno.

Life. | Corey Fogelmanis. [3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora