Veintiséis

74 4 1
                                    

Escapémonos – Los Ángeles

Jaison

—Perdóname amor, perdóname, no podía venir Darla, se me hizo imposible ¿dime que crees cada una de mis palabras? —le digo llenando su rostro de besos y abrazándola tan fuerte que temo dejarla sin respiración.

Ella sigue absolutamente impregnada a mí como si su vida dependiera de ello, es como si ahora que ya me tiene entre sus brazos no quisiera dejarme ir jamás. Me separo un poco de ella, sólo lo necesario para poder observar sus ojos humedecidos por la inevitable alegría que le produce tenerme en su casa. Sí, estamos en su departamento y volver a sentirla mía, me tiene tan eufórico que aún no estoy del todo seguro si esto es realidad o sólo un espejismo.

—Te amo Darla, simplemente tú me completas mi vida y te he extrañado jodidamente demasiado, dime algo, por favor —le pido acariciando su rostro con mis largos dedos y llevando mi dedo pulgar a esos magníficos labios.

—¿Estás aquí? ¿Estás en casa? ¿Esto es real Jaison? —me abraza fuerte, acariciando mi musculosa espalda y besando mi cuello provocando que mi piel se encienda enseguida.

—Aquí estoy mi amor, en casa, contigo, únicamente contigo, donde deseo estar —llevo mi pulgar a su rostro, ya que, se le escapa una lágrima.

—Te he echado tanto de menos Jaison, tanto. Siento que he estado transitando de un lado a otro sin sentido, tú eres quien ahora le das más sentido a mis días, los llenas de pura felicidad. Dime que te quedas varios días aquí, por favor —me pide tomándome fuerte de las manos y mirándome fijamente, muy concentrada en la respuesta que vaya a darle.

—Me quedo un poco más de una semana, tengo una entrevista que realizar el lunes en la mañana, me iría el miércoles. Alice no se tomó nada bien este viaje, pero no me importó, salí huyendo de ahí, era eso o morir de pena y depresión por no verte y tenerte mi vida.

—¿Qué le dijiste Jaison?

—La verdad amor, que venía a apoyar a Samantha, que tengo que realizar una entrevista; por supuesto, que no me creyó en absoluto lo de Sam, tanto así, que me tocó ponerla al teléfono y que la misma Samantha le dijera todo lo que había pasado con E.J. Ella quería venir, pero por suerte debe viajar a París con su mejor amiga Martha y su buen amigo Alexis por cosas de su tienda.

—Bueno, excelente que no te hizo la vida imposible por venir. Lo bueno es que ya estás aquí conmigo cariño ¡Que tortura Jaison! Te extrañe muchísimo —la toma de la cintura, la sujeta fuerte y la hago volar en mis brazos, dándole un par de vueltas que nos dejan mareados y borrachos de amor, por supuesto, Zepp al oír los gritos de Darla, se viene corriendo hacia nosotros, lo tomo en mis brazos para saludarlo. "Justo lo que necesitaba estar en Casa".

Nos dirijimos a la casa de Samantha, hoy nos reuniremos para hacer un asado y para conversar acerca de la noticia de su salida como Directora de la película, sé que a ella no le afecta en absoluto, tiene otros proyectos en puerta, lo que sí sé que va a echar de menos es la familia que se creó, hemos sido muy unidos.

—Amor tengo que comentarte algo —me dice Darla, al mismo tiempo que entrelazamos nuestras manos.

—Dime mi vida ¿ocurre algo? —pregunto observándola de manera precavida, no sé lo que esté a punto de decirme.

—Sabes que cuando estuve en Cancún, Cristina la mejor amiga de mi madre, habló conmigo sobre lo nuestro.

La miro desconcertado, no me gusta que nadie se meta en nuestra relación. —Ella me dijo muchas cosas que me hicieron poner en perspectiva lo nuestro, y creer que esto es real, posible y verdadero.

Destinos Cruzados.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora