Era tan acogedor aquél lugar dónde estaba, era oscuro, caliente, suave y muy cómodo mi brazo está encima de aquella mujer por la cual daba todo, su aroma era tan bueno, ¡Wow!, Ella me hacía creer que si existen los ángeles en la tierra, no quería que ese momento termine, y en ese mismo instante terminó, pero, vino algo mejor, el café, su delicioso café, me gustaba mirarla mientras lo preparaba, me daban deseos de comérmela, pero eso no se hace tantas veces seguidas, así que fui y la abracé por detrás y le dije:
- "Te amo"