|Dedicado con muchísimo amor a Zarite, May, a las hermosas personitas que hacen esto posible y esos lindos compañeros de rol que me llenan de ilusión y esperanza, que hacen volver la musa.
Clark Kent se encuentra en la cocina preparando sándwiches cuando escucha llegar el primer mensaje, no le presta demasiada atención, Jon tiene su propio teléfono y seguramente charla con algunos compañeros de la escuela, tampoco le sorprende su risa, los niños suelen divertirse mandándose "memes" o contándose chistes, y le sienta bien que su hijo esté feliz tras el pequeño descontento de esa mañana.Además él está demasiado atareado como para ponerse sobreprotector, debe trabajar en la nota que tiene pendiente sobre un rico mafioso ruso y la acusación de la que salió indemne sobre trata de blancas, algo desagradable a su parecer, también cubrirá una entrevista con el multimillonario más codiciado de Gotham y se alegra que Bruce Wayne siempre le dé prioridad a él o exclusivas.
Trabajar con Batman tiene algunas buenas ventajas.
Está centrado cortando la orilla de los panes cuando vuelve a escuchar a Jon reírse, a lo cual suspira aliviado. Esa mañana le llamaron del colegio, su hijo tenía una hemorragia nasal producto del puño de uno de sus compañeros, al parecer Jon intentó defender a Katy, su mejor amiga, cuando acabó herido. Aún le sorprendía que fuese tan humano, sin ninguna habilidad, ninguna diferencia, ¿y si no los desarrollaba? ¿Y si él era como Lois?
Estaría orgulloso, por supuesto siempre sería la razón de su vida, pero no dejaba de pensar en ello e incluso un par de veces Jon mismo le preguntó si algún día podría volar o levantar automóviles. Si se volvería Superman o Superboy y ayudaría salvando el mundo.
Ojalá las cosas fuesen sencillas. Clark no quería tenerlo luchando allá afuera con los locos y monstruos del mundo, tenía bastante presente lo sucedido a Jason años atrás, aunque su infancia no había sido precisamente ideal en Gotham, esperaba poder ofrecerle a Jon un mundo seguro.
—Hijo, a cenar.
Pero el pequeño sólo asintió con la cabeza sin apartar la mirada del teléfono y ese fue el primer indicio de que algo era diferente con los mensajes, usualmente era bastante obediente, o llegaba tan hambriento como para devorar todo lo que estuviese delante sin importarle responder nada.
Ese día no había sido usual, se repitió Clark, no estuvo muy animado de camino a casa y entró silencioso a terminar los deberes, hasta ahora, mostrándose realmente mejorado.
—Jon, a cenar. — Llamó otra vez, con mayor éxito. —Hijo, ¿qué dijimos sobre el móvil?
— ¿Puedo tener una excepción, por favor? Es que Jay me está mandando fotos de su misión en Egipto. Dice que atrapará momias rebeldes y montará camellos salvajes.
Sorprendido y ligeramente preocupado de que su hijo de diez años estuviese en contacto con un famoso forajido conocido por perder el control o usar excesiva violencia, se inclinó intentando mirar los mensajes intercambiados entre esos dos.
— ¿Jay? ¿Jason Todd?
El niño asintió justo cuando un nuevo mensaje llevaba, haciendo vibrar el aparato.
—Ajá, tomé su número cuando me pidió el cargador, creí que sería adecuado, tú a veces no contestas el tuyo.
Jon le dedicó una severa mirada de reproche y Clark terminó encogiéndose ligeramente avergonzado, pero es que, sin sonar a escusa, el trabajo como súper héroe lo consumía a tiempo completo, muchas veces pese a tener una velocidad impresionante no lograba llegar puntual a las actividades de su propio hijo o a recogerlo, cuando debía combatir en el espacio exterior no tenía señal.

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Imposible
FanfictionFue él mismo quién le citó al otro lado de la isla, creyó que si algo sucedía entre los dos Kori y Roy estarían a salvo, ni siquiera se enterarían de su visita a menos que lo lanzara unos cuantos metros sobre el aire, pero si la kriptonita verde pod...