Capítulo 27

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Abril

-De verdad chicos, no creo que sea buena idea dejaros solos.- mis
compañeros fruncieron el ceño.- No es que no confíe en vosotros, sino
que después me sentiré mal por dejaros todo el trabajo.

-De cierta forma te mereces que te cubramos esta tarde, por todas esas
noches en las que te quedas ordenando la cafetería cuando en realidad nos toca a nosotros hacerlo.- comentó Chelsey.

-Y por todas las veces en las que no he entrado a mi hora.- añadió Paul.

Debía reconocer que estaba nerviosa, en ese nivel de nerviosismo en el
que prefieres no comer nada porque sabes que si lo haces te entrarán
arcadas.

Como la mayoría de los jueves la cafetería estaba tranquila, un par de
mesas ocupadas y algunos niños que solo vienen a por un vaso de agua
gratis. Era una de esas tardes en las que dos podían ocuparse
perfectamente de la cafetería.

-¿Lista?- preguntó una voz detrás de mí que me sobresaltó.

Asentí. Sly prefirió esperar fuera mientras yo recogía mis cosas y
terminaba de hacer lo que necesitara antes de ir con él. Dejé el
delantal sobre la mesa y enseguida mis compañeros se colocaron a mi
lado.

-Debería haberme traído algo para cambiarme, ¿verdad?

Ya había pasado la fase del estómago cerrado y me había adentrado en
la fase de la inseguridad.

-Cariño, vas a cantar un rato en algún parque para que tu guitarrista
gane algo de dinero, no vas a ningún concierto.- opinó Paul.

-Paul tiene razón, pero quizás si te dejas el pelo suelto...

Tras decirlo, Chelsey quitó la goma que me recogía el pelo en una
coleta y me la colocó en la muñeca.

-Haz que Sly no se arrepienta de haberte contratado por esta tarde.

Eso quería.

***

A decir verdad no sabía en qué parte de la ciudad estábamos, solo
sabía que era un parque sin columpios por el que nunca había pasado.

El chico se sentó en un banco y comenzó a afinar las cuerdas de la
guitarra. No sabía ni qué hacer ni qué decir.

-¿Con qué canción quieres que empecemos?- preguntó.

Me encogí de hombros.

-No sé, ¿qué canciones sabes tocar?

-Échale un vistazo al cuaderno que está en la funda de la guitarra. Ahí
tienes canciones.

Asentí y tras quedarme unos segundos admirando la tapa del cuaderno con una guitarra dibujada comencé a hojear las páginas llenas de acordes. La mayoría de las canciones que se encontraban en aquel cuaderno me eran conocidas, así que opté por una al azar.

Pensé que el chico además de tocar la guitarra cantaría alguna estrofa
de las canciones, pero estaba equivocada. Él era el que tocaba y yo
era la que cantaba, nada más.

Aquella tarde se me pasó volando. No sé cuántas canciones interpretamos ni cuánto tiempo estuvimos, pero era agradable ver cómo algunas personas se paraban frente a nosotros y nos miraban con una sonrisa antes de dejar alguna moneda en la funda de la guitarra del chico.

-Say something, I'm giving up on you and I'm sorry that I couldn't get
to you. And anywhere I would've followed you. Say something, I'm
giving up on you. Say something, I'm giving up on you.

El sol ya se había puesto y el cielo estaba comenzando a oscurecerse,
por lo que sabía que esa sería la última canción. Durante los últimos
acordes el chico me miró y casualmente su mirada se cruzó con la mía.

-Say something...

Cantidad de aplausos sonaron cuando las cuerdas de la guitarra dejaron
de moverse. Un par de minutos después sólo quedábamos el chico y yo en el parque.

Debía volver a la cafetería, ya que le había prometido a mis compañeros que sería yo la que se encargaría de cerrarla para compensar la tarde libre. Sly había insistido en acompañarme, como cada vez que me tocaba ordenar y cerrar la cafetería.

-Mientras tú terminas de hacer lo que sea en la cafetería yo cuento lo
que hemos ganado y nos lo repartimos.- explicó.

-Ni se te ocurra.- respondí de inmediato.- He ido porque me apetecía, no porque quisiera ganar algo de dinero. Además, tú lo necesitas.

Sly frunció el ceño.

-Abs, no toco en la calle para ganarme la vida. Es verdad que el
dinerillo que gano no me viene mal, pero lo hago por diversión, no por
obligación. ¿Qué te hace pensar que sí que necesito ese dinero?

Me encogí de hombros.

-Por mucho que disfrute algunas tardes en la cafetería no sirvo cafés por gusto.

El chico abrió la boca para decir algo más, pero unos metros delante
nuestra Chelsey hacía aspavientos con las manos para que nos diésemos
prisa.

-¡Por fin chica! Llevo un rato aquí fuera esperando y estoy empezando a
tener frío.- se quejó.- Toma las llaves.

Me tendió las llaves y tras despedirse desapareció en un par de segundos.

-Tendrá que bajarle la regla.- murmuré para mí.

-¿Qué?- preguntó el chico extrañado.

-¿Qué?-repetí.

Negó con la cabeza y se sentó en una de las mesas mientras yo
terminaba de ordenar el local y recogía mis cosas. Antes de salir de
allí vi al chico con las manos en mi bolso. No sabía qué estaba haciendo, pero tampoco quería que lo hiciera.

-Ni lo intentes.- le advertí.

-¿Darte tu parte del sueldo de hoy o hurgar en tu bolso?- preguntó sonriente.

Me acerqué hasta él y le arrebaté el bolso de entre las manos.

-Ambas.

Me colgué el bolso al hombro y le hice un gesto para que saliera de
allí. Ese día no me acompañó hasta casa, de hecho fui yo la que me
negué a ello.

-Déjame hacerte un truco de magia.

Fruncí el ceño. Nunca había sido muy fan de la magia.

-Está bien...

Sly dejó la guitarra en el suelo y colocó una de sus manos junto a mi
cabeza. Contó hasta tres, tocó mi oreja y me enseñó una moneda que
había aparecido en su mano. Ese truco de magia solía hacérmelo mi
padre cuando era pequeña, incluso me explicó cómo se hacía para que
así me interesara un poco por la magia. No funcionó.

-Mi padre solía hacerm...

El chico pegó sus labios a los míos impidiéndome terminar la frase.

Apenas duró unos segundos, pero cuando volví a la realidad Sly ya
estaba comenzando a alejarse sonriente. No sabía por qué me había
quedado pasmada, ni qué había pasado con la moneda.

-¡Te veo el jueves que viene!- exclamó.

Asentí levemente antes de volver a tener el control completo de mi
cuerpo y caminar de regreso a casa.
Cuando metí las manos en los
bolsillos de la sudadera me topé con la moneda que segundos atrás
tenía el chico entre las manos.


Say something- A Great big world

¿Me guardas un secreto?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora