-Capítulo 8-

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Regresé a casa y le ayudé a mamá con la cena.
Mis intenciones de pedirle disculpas a Ashton se vieron frustradas. Cuando llegué, él ya se había marchado a casa de Calum.
Al parecer estaban cerca 8 una presentación importante, la cantidad de ensayos había aumentado considerablemente.
Luego de cenar, mi padre se fue al living a ver televisión.
Mamá y yo nos dispusimos a lavar la vajilla. Ella enjabonaba, yo enjuagaba. Lo único que se oía era el ruido del cristal golpearse entre sí, además del débil murmullo de la televisión.
Eso era realmente extraño para ser nosotras, siempre encontrábamos tema de conversación. Yo había comenzado a secar los platos cuando mi mamá rompió el silencio.
-Sabes... ¿Ally?- preguntó
-¿Si?- la miré.
-Hace mucho que no hablamos sobre tí.- luego de que dijo esto nada más la miré extrañada.
-¿Sobre mi?
-Si, sobre tí. Antes solías contarme de como era tu día, o si tenías alguna nueva ocurrencia,me hablabas de tus sueños y de que harías de mayor. Sin embargo, has dejado de hacerlo.-
-Tienes razón. - Asentí frunciendo la boca.- Pero si te lo preguntas, no es por nada en especial. No es que de pronto haya dejado de confiar en ti o algo parecido.- continué con mi tarea.
-Lo entiendo. - se encogió de hombros- has crecido, por lo tanto has cambiado. No puedo esperar que te comportes como cuando tenías quince años.- se encogió de hombros, para después sonreír con melancolía. - Pero aún así, extraño esos momentos. Nada más quería que lo supieras.
-Es cierto que no soy una quinceañera, pero no tenemos porqué perder esos buenos momentos. Propongo que todo sea como antes. Te contaré todo acerca de como estuvo mi día, y tu me contarás como estuvo el tuyo. ¿Es un trato?
-Es un trato. -estrechamos nuestras manos sonriendo. Luego me abrazó.- Empecemos por hoy. ¿Te parece?
-Por mi está bien. - a esas alturas ya habíamos terminado nuestra tarea. Mi mamá sacó un chocolate del armario, dandome la mitad.
-Gracias- le sonreí para después comer un pedazo.
-Entonces... ¿Cómo estuvo tu día?
-Uhmm un tanto raro, discutí con Ashton.
-¿Qué? ¿Por qué?
-Esta mañana me habló un poco mal pero no fue nada con demasiada importancia- la tranquilicé
-Esta bien Ally, son cosas de ustedes y mi intención no es entrometerme, pero deberían solucionarlo lo antes posible.-
-¿Lo dices por algo en especial?- Pregunté.  Todo el mundo actuaba demasiado raro.
-No, ya sabes, simplemente pienso que no es bueno que se vayan a dormir estando enojados.- se encogió de hombros.- ¿Algo más que contar?
-Uhmm hoy me encontré con Louis en el parque mientr...-
-¿Quién es Louis?
-Oh, es un chico que vino de intercambio desde Inglaterra. Está conmigo en algunas clases.
El otro día hicimos juntos un trabajo para historia. Es amable, un tanto gracioso... me cae bien. -me encogí de hombros, aún así me sorprendí a mi misma por decir esa frase. Unos días atrás mi opinión hubiera sido todo lo contrario. No debería haberlo juzgado sin conocerlo, pero en mi defensa estoy en todo mi derecho. Él mismo confesó que quería hacerme la vida imposible.
-Interesante...- sonrió pícaramente- dime... ¿Crees que pueda ser el?
-¿Ser qué?- la miré confundida
-No te hagas la tonta. ¡Tu resultado!- señaló mi reloj.
-Mmm... no, no lo creo.
-¿Por qué no? No deberías descartarlo.
-Supongo que tienes razón.  ¿Y tu día que tal?
-El viaje fue un tanto agotador, pero aún así estoy contenta de estar aquí con ustedes otra vez.
-Yo también me alegro mamá. Ashton y yo los hemos echado de menos.- Como si lo hubiera invocado, mi hermano cruzó el comedor, llendose rápidamente hacia su habitación, sin siquiera saludar.
-Ve. Arregla las cosas- señaló hacia donde Ashton se había ido.
-Está bien. Tú y papá vayan a dormir, han tenido un día largo.- ella asintió.
Subí las escaleras rápidamente, cuando llegué hasta la habitación de mi hermano toqué la puerta.
-¿Si?- dijo sin abrirla.
-Ash, ¿Podrías abrir? Creo que deberíamos hablar.-
Pasaron unos segundos, del otro lado no se oía nada. Resignada, comencé a caminar hacia mi dormitorio, pero la puerta se abrió.
-¿Sobre qué?- dijo de mala gana.
-¿Puedo pasar?- dije con un tono de voz que sonaba a súplica.
Asintió, haciéndose a un lado para que pueda entrar. Me senté en su cama, mientras que el cerró la puerta.
-Quería decirte que lo siento.-Suspiré.- Sabes como soy, me gusta tener el control de todo. Al no saber que es lo que les pasa tanto a ti como a Michael  me desespera. Me desespera porque ambos me importan demasiado, ambos son esenciales en mi vida. No poder ayudar a que se sientan mejor es molesto. Sin contar lo insoportable que resulta el sentimiento de que ya no confíen en mi. Es que no me dijiste que estabas enamorado de mi mejor amiga. ¿Sabes por cuánto tiempo he esperado esto? Son perfectos juntos, joder! Siempre lo supe. Estoy segura de que ella siente lo mismo que tú, van a casarse, se irán a vivir a su propio departamento, van a tener cinco hijitos de los que voy a ser madrina, así es, seré madrina de los cinco, no tengo ningún problema con eso, lo que si, voy a tener que ahorrar dinero todo el año porque los regalos de navidad son todo un presupuesto. ¿Has visto como ha aumentado el precio de los juguetes? Aún así no me importa, no soy una madrina tacaña, no voy a regalarles calcetines. Pero por supuesto tendrán que mudarse a una casa más grande porque ya no van a entrar, y yo me tendré que mudar con ustedes para ayudar a la crianza de mis sobrinos mientras ustedes trabajan, porque claro, los niños no pueden estar solos demasiado tiempo, no pueden alimentarse solos o irse a la cama sin ayuda, mucho menos darse un baño. Cumplire el papel de niñera porque No meterás a una extraña para cuidar a tus hijos. ¿Verdad? ¿A caso no sabes la cantidad de secuestros que han pasado gracias a eso? Por favor no contrates a una niñera ¡Son peligrosas las muy zorr..- iba a seguir hablando cuando una carcajada de Ashton me interrumpió. Yo lo miré con cara de pocos amigos.
-¿Qué?- musité pero el aún se reía, estuvo así un par de minutos más, hasta que al fin pudo hablar.
-Estás realmente loca Allison. Real y jodidamente loca.- dijo mientras intentaba recuperarse del ataque de risa.
-Lo sé- solté una risita vergonzosa.- el punto es que en verdad lo siento. Prometo no entrometerme.
-Eres mi hermana, no me molesta en absoluto que te metas en mi vida. Pero tienes que estar tranquila. No he dejado de confiar en ti. Nunca lo haré. Simplemente aún no puedes saber lo que pasa. -suspiró, aunque no estoy segura de si lo hizo por alivio o resignación. - Siento haberte tratado mal esta mañana.- me abrazó- No volverá a pasar.
-Tranquilo Ash. Todo está bien.- correspondí el abrazo. No obtuve la respuesta que necesitaba, pero al menos sabía que seguían confiando en mi, que no era mi culpa. Y eso, sin dudas, me reconfortó.
Después de unos segundos nos separamos del abrazo.
-Ahora dime. ¿Cómo es eso de que América siente lo mismo por mí?- tenía una hermosa sonrisa en su rostro.
-Estoy segura de que sí, Ashton. Prométeme que hablarás con ella sobre esto.
-Lo haré. Lo prometo.
-¿Por el meñique?- saqué mi dedo meñique y lo acerqué a su mano.
-Por el meñique.- hizo lo mismo y nuestros dedos se entrecruzaron.
-Bueno hermanito. Creo que iré a dormir.
-Está bien. Descansa.
-Tu también- le dije luego de cruzar la puerta.
Fui hasta mi habitación, abrí mi armario, saqué mi pijama junto con ropa interior y una toalla. Iba a ducharme antes de dormir.
Cuando terminé puse música con el volumen bajo, para después retomar mi lectura.
Mientras leía no pude evitar pensar en Louis. Es raro que a un chico le guste este tipo de literatura, así que me alegra haberlo conocido, ¡Alguien entenderá mis fangirleos con Patch! Porque estoy más que segura de que el también tiene un súper crush con el. Es que...¿Quién no?
Me detuve un momento a pensar en la rara forma en la que nos habíamos conocido. Técnicamente fue odio a primera vista. La parte loca de todo esto es que después de conocernos  (lo poco que nos conocíamos hasta el momento) nos caímos bien mutuamente y ese odio se esfumó. Aunque creo que nunca lo odié realmente. Vamos, es que no son fáciles de odiar esos ojazos azules.       

"No deberías descartarlo" la frase de mi madre vino a mi mente.
No. El no es mi alma gemela. Yo ya lo hubiera notado si así fuera. ¿Verdad?

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