-Capítulo 9-

11 3 0
                                    

Descarté la idea inmediatamente. Estaba segura de que Louis Tomlinson no era mi alma gemela. Es decir... me sentiría distinta estando con el si así fuera. Sentiría todo aquello que la literatura describía sobre el amor. Sobre ese amor que se siente en el estómago y golpea el corazón a ritmo de vertiginosos latidos, ese que hace que no deseemos estar con alguien si no es con aquella hermosa persona que cautivó todos nuestros sentidos, ese que nos hace sentir que nos falta el aire al pensar en la idea de perder a aquel ser magnífico que logra alterar todo en nosotros.
Me asqueé de mi misma por pensar en algo tan cursi, debería dejar de leer novelas románticas.
Y no, yo no sentía por Louis todo aquello que la literatura desbribe.
Tal vez seríamos buenos amigos, y esa idea me gustaba. De lo que no estaba segura es de como Michael se tomará la noticia de que... Oh Michael, Michael, Michael... no había hablado con el desde lo que pasó en la puerta de la Universidad. A decir verdad... tampoco había hablado con América, pero ninguno de los dos había llamado o dejado algún mensaje. Después de todo necesitaba un respiro de todo aquello. Por lo que sigue siendo mejor que así sea. Al menos unos días más.
Asumí que pronto me volvería aún más loca si seguía pensando. Así que dejé mi libro sobre la mesita de noche, apagué la luz y luego de unos minutos logré quedarme dormida.
~♡~
Desperté cuando el sol de la mañana dió de lleno sobre mi cara. Ya debía ser bastante tarde.
Miré la hora en mi celular. Las 11am. Decidí levantarme, tenía mucha hambre, quería desayunar. Me estaba poniendo mi playera cuando me dí cuenta de lo que había pasado por milésima vez.
-Mierda, mierda, MIERDA- Grité
Ashton entró a mi habitación, su cabello estaba revuelto, él también estaba durmiendo y al parecer lo había despertado con mis gritos.
-¿Qué pasa?- dijo con cara de pocos amigos.
-Pasó de nuevo.- señalé mi brazo sin mirarlo.
Abrió los ojos como platos, la expresión de enojo había sido reemplazada por una de sorpresa.
-Está bien, quédate quieta, ¡No mires tu reloj! Si no quieres, claro.- añadió.
Mi venda se había salido durante la noche, y mi reloj estaba al descubierto.
Aunque parezca absurdo que me asuste así por algo tan insignificante, cuando me tomaba por sorpresa, solía alterarme bastante.
Cambiaba mis vendas sola todo el tiempo, pero como ya dije, el que me tome por sorpresa lograba que mi nerviosismo alcanzara niveles exagerados.
Ashton buscó entre mis sábanas, encontró la venda, para después dármela.
-Sigo pensando que exageras.- dijo en un suspiro.- Es decir, entiendo que quieras cumplir con tu propósito... pero mantenerlo, últimamente te está estresando más de la cuenta. Deberías analizar la situación. Si quieres mi opinión, deberías dejar de taparlo porque como ya te dije, te provoca nerviosismo, y eso nunca es bueno.
-Ash, agradezco la sugerencia pero no pienso cambiar de opinión.- fruncí el ceño.
-Como sea, yo solo quiero lo mejor para ti.
-Eres el mejor- lo abracé.
-Y tú una testaruda.- me devolvió el abrazo.
Me puse la venda con cuidado de no ver el reloj.
-¿Bajamos? Tengo hambre.- le dije.
-Si, yo también quiero comer algo.- respondió saliendo de la habitación.
Una vez abajo abrí la nevera, saqué pan, huevos, algo de tocino, jugo, y empecé a cocinar.
Miré por la ventana. Mis padres estaban arreglando el jardín trasero, al parecer habían comprado nuevas plantas esa mañana.
Habían flores de dos o tres clases distintas, además de un par de cactus.
Estaban concentrados en su tarea, se notaba a la distancia de lo mucho que disfrutaban de realizar este tipo de actividades.
Cuando el tocino y los huevos estuvieron listos, los puse sobre la mesa junto a las otras cosas. Serví en los platos que Ashton había puesto sobre la mesa unos segundos atrás.
Estuvimos en silencio hasta que mi hermano habló.
-¿Sabes algo sobre Michael?
-Mmmh... la verdad es que no. No he hablado con el desde ayer más o menos.
-¿Se puede saber a qué se debe eso? Siempre hablan todo el tiempo. Hasta me impacta el hecho de que nunca se les acabe el tema de conversación.
-La última vez que lo vi pasamos por una situación un poco incómoda. De todos modos estos días me he sentido extraña. Creo que no hablaré con ellos hasta despejarme.
-¿Ellos?
-Oh, con América tampoco he hablado.
-Sabes, ¿Allison? Creo que dramatizas demasiado. Estoy seguro de que no es para tanto. Sabes que Michael es una persona simple, tal vez la última vez ni siquiera notó esa incomodidad de la que hablas.
-Estoy segura de que si. ¡No estoy dramatizando!- El sólo rodó los ojos. Levantó su plato de la mesa y lavó todo lo que había utilizado. Después subió a su habitación.
Me levanté de la mesa, lavé también lo que había usado. Subí a mi cuarto, tomé mi móvil. Tenía un nuevo mensaje.
-"Hola Irwin! 😊😊" Era Louis. No tenía nada para hacer así que respondí:
"Hola, Tomlinson! 😄"
Mientras esperaba respuesta, chequeé el resto de mis redes sociales con poco interés.
"¿Qué tal todo?"
"Más que genial. ¿Y tú?"
"Bien, gracias. ¿A qué se debe tanto optimismo? 😂"
"A nada, solo oculto mis verdaderos sentimientos"
"Ah, ¿Si? ¿Y cuáles son tus verdaderos sentimientos?"
"Aburrimiento extremo un sábado, sumado a que tengo la misma vida social que un cactus"
"Sé de lo que hablas, créeme. Iré al parque hoy. Creo que es lo mas parecido a diversión que puedo obtener"
"¿Te molesta si voy también? Creo que quedarme toda la tarde recostada mirando el techo no es la mejor opción"
"¡Por supuesto! Si quieres también podemos ir por un helado."
"Me parece un buen plan"
"Excelente, Irwin. ¿Lo ves? Ya no somos cactus."
"Tienes toda la razón. ¿A las tres?"
"A las tres."
El surgimiento de esa salida había sido tan natural que me provocó una sonrisa.
Eran las 12 del mediodía, lo que me daba al menos dos horas antes de tener que arreglarme.
Me levanté de la cama en busca de mi computadora, me recosté nuevamente, para después poner en Netflix un capítulo de la serie que estaba viendo. Ya había visto dos episodios cuando miré el reloj de la mesa de noche. Faltaban cinco minutos para las dos. Decidí ducharme. Busqué en mi armario ropa que se ajustara a la ocasión; unos jeans, mis vans además de una blusa negra con letras blancas.
Salí del baño cuando eran las 14:30. Me maquillé un poco, puse dinero en mi mochila y bajé a la sala. Era muy temprano para irme así que me senté en un sillón dispuesta a esperar que el tiempo pasara.
Tomé mi celular, chequeé mis redes sociales, sin encontrar nada importante.
Me aburrí de no hacer nada así que me fui. No me importaba llegar demasiado temprano. Al tener tanto tiempo caminaría lento, además de que no me vendrían mal unos minutos debajo de aquel árbol en el parque.
Salí de mi casa, como mis padres estaban allí no fue necesario cerrar con llave. Colgué mi mochila en uno de mis hombros y con paso despreocupado me dirigí al parque.
No tardé mucho en llegar, al parecer Louis no estaba allí por lo que simplemente fui hasta mi árbol favorito, me senté debajo apoyando mi espalda en el tronco y cerré los ojos. Era una sensación realmente encantadora.
-Psst! ¡Irwin! ¿Te dormiste? ¿Tanto te he hecho esperar?
Porque estoy bastante seguro de que fui puntual. De hecho son las...
-No estoy dormida Tomlinson. Tranquilo, fui yo quién llegó temprano. -reí
-Okay-se encogió de hombros. - Hola!
-Uhhm Hola!
-¿Caminamos un rato? ¿O prefieres ir ahora a la heladería?
-Yo digo que caminemos. ¿Tu que opinas?
-Concuerdo contigo.
Caminamos como por una hora, hablamos sobre nuestras vidas, nuestros gustos musicales y literarios, entre un montón de otras cosas.
Luego de tomar el helado, Louis me acompañó a casa.
-Bueno, supongo que ya es hora de irme...-dijo para después comenzar a caminar hacia la calle. Antes de que diera un segundo paso le dije:
-¿No quieres pasar a tomar un café o algo?
-Te agradezco, pero creo que ya es hora de ir a casa. Podemos dejarlo para otro día. ¿Te parece?
-Por supuesto. -Sonreí
-Adios, Irwin.- Saludó con la mano y yo devolví el gesto.
Se volteó para caminar pero volví a detenerlo.
-¡Tomlinson!
-¿Si?
-Gracias por ayudarme a no ser un cactus hoy.- Sonreí
-De nada- lanzó una pequeña carcajada.- Espero que se repita.
-Claro que lo hará -Sonreí viendo como hacía un ademán con la cabeza a modo de despedida, para después alejarse caminando despreocupadamente con sus manos dentro de los bolsillos de su chaqueta de jean.

Time. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora