Día uno

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Se removió incómodo entre las sábanas, con desesperación pegó la cara contra la camiseta del kazajo.

Hacía apenas un par de semanas que se habían separado pero no era capaz de controlar la necesidad de su omega interno por estar cerca de el.

-ni-chan- escuchó como lo llamaba su hermano mientras hacia un enorme intento por subir a la cama con el

-¿qué sucede enano?- pregunto con diversión mientras lo cargaba y lo dejaba acostarse en su pecho

De inmediato el pequeño alfa comenzó a jugar con los largos cabellos que se escapaban del intento de peinado que se habían hecho, como si fuera lo más interesante del mundo, se dejó hacer, observandolo en silencio.

Hezelle no había cambiando mucho en aquellos dos años, si bien el cambio más significativo que había tenido era; que sus ojos azules se habían vuelto más oscuros, diferenciandolos a los de su padre, eso y aquel aroma típico de cachorros que poco a poco iba dejando atrás, dando lugar a un agradable olor a menta, el cual inconcientemente liberaba cuando quería la atención de Yuri sólo para el, terminando por provocar un berrinche monumental de parte de Viktor.

- desayuno- murmuró el menor con dificultad

Sin decir nada más se levantó peresosamente de la cama, con su hermano en brazos y camino hacia la cocina

Como era costumbre el pequeño alfa enterró la nariz su cuello, buscando su aroma para sentirse tranquilo.

-ni-chan, hueles a Beka-

Decir que se sonrojo sería poco, sentía las orejas arder e incluso se había tropezado con sus propios pies por la sorpresa.

¡claro que lo habían hecho antes de que el kazajo se fuera!, eran una pareja enlazada, era normal, seguramente el alfa interno Otabek quería asegurarse que ningún otro alfa se acercar á su pareja, envolviendolo con sus feromonas y reafirmando la marca del lazo, no iba negar que  su Omega interno aceptó encantado la idea, pero aún así se le hacia muy extraño que Hezelle se hubiera dado cuenta.

- estúpidos alfas sobreprotectores desde pequeños- comenzó a murmurar reanudado   su marcha- yo a tu edad comia tierra- lo regaño en juego, ganando una leve risa de parte del menor

Apenas piso el comedor un penetrante olor a fresas lo invadió, bajo otras circunstancias podría resultarle molesto, pero ya en ese punto, más bien era una costumbre, inmediatamente Hezelle comenzó a retorcerse entre sus brazos, buscando safarse

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Apenas piso el comedor un penetrante olor a fresas lo invadió, bajo otras circunstancias podría resultarle molesto, pero ya en ese punto, más bien era una costumbre, inmediatamente Hezelle comenzó a retorcerse entre sus brazos, buscando safarse.

Sabiendo lo que se avecinaba, suspiro frustrado, dejando al pequeño en el suelo, para que el con pasos torpes se dirigiera a la cocina, siendo rápidamente seguido por Yurio, después de todo por mucho que pasará siempre era divertido ver los berrinches de su padre.

-¡mami mía!- sentenció la platinada

-¡no es justo!- el grito del Viktor resono en la cocina, llorando mientras azotaba los pies en el suelo -¡Yurio me quieren quitar a Yuri!- se quejó el ruso, apenas vio a su hijo entrar

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