CAPÍTULO VIGÉSIMO SEXTO.

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-¿Estás mejor?- su pregunta hace que salga de mi trance, abro los ojos y vuelva a a echarme en la cama apoyando mi cabeza en su pecho.

+Sí y gracias de verdad.

- Si quieres, nos podemos quedar esta noche aquí...

+ ¡NOO!- me levanto de sopetón sentandome en la cama- eh... los siento- sonrío con cara de pena por el grito- quiero decir, hay que animar a María y yo también lo necesito.

Lo miro directamente a los ojos, los cuales tienen un brillo especial, transmiten seguridad, tranquilidad y algo que no acabo de descifrar, como si me estuviera mintiendo en algo. 

Él también me mira los ojos, y empezamos una guerra de miradas a ver quien tarda más en reirse. Marco empieza a hacer caras raras, me muerdo el labio inferior intentando no reirme, pero finalmente estallo en carcajadas, lo que hace que él también se ria. 

Nos levantamos y vamos al salón, en el cual entramos los dos a la vez.

Mi mandíbula inferior cae hasta el suelo.

<<No puede ser, estoy soñando, sí definitivamente esto es un sueño>>.

 Me pellizco el brazo pero para mi mala suerte esto es real, María está sentada a horcajadas sobre Carlos, y ambos sentados en uno de los sofás. La mano de Carlos asciende por el interior de la camiseta de mi amiga mientras ella le besa el cuello a él.

- ¿Por esto gritaba Laura?-  pregunta Marco y se sienta en el sofá libre. Tiene que estar muy acostumbrado a  encontrarse a su amigo así, porque no se ha sorprendido, ni si quiera un poco.

Carlos y María se separan y se sientan el uno al lado del otro en el sofá. Yo sigo sorprendida, ahí de pie, a un metro de Marco, que ya se ha sentado. Éste coge mi mano y tira de mí hasta que me siento en sus piernas.

María sonríe de oreja a oreja, sin decir nada se levanta del sofá y ella y Carlos se van del salón. Miro a Marco y me encojo de hombros como diciendo "que le vamos a hacer". Él sonríe,

-¿Jugamos un fifa?- mira los mandos que están en el otro sofá. Me levanto y cojo ambos. Le tiro uno a mi amigo y me siento en el sofá vacío.

+ Te advierto... así acaban mis amistades- sonrío con picardía mientras le miro con una de mis cejas alzadas.

-Eso ya lo veremos- enciende la consola y empezamos a jugar.

A mitad de partido voy ganando 5-0, éste chaval es realmente malo jugando. Lo veo acercarse por el rabillo del ojo al reposa brazos en el que estoy apoyada. De pronto me quita el mando y pausa el partido.

+ ¡Eh!¡Eso es trampa!- me pongo de pie y me acerco a él para quitarle el mando, pero lo eleva por encima de su cabeza y no soy capaz de alcanzarlo.

-¿Qué trampa?¿Qué dices?- me apoyo en uno de sus hombros para saltar y alcanzar mi mando, pero él pasa ambas manos por cintura pegándome a su cuerpo.

<<Estamos cerca, tan cerca el uno del otro que...>>

- Pollo, será mejor que..- dice Carlos entrando en el salón. Marco y yo reaccionamos y damos un paso cada uno en direcciones contrarias para separarnos. Me coloco el pelo detrás de la oreja e inspiro hondo.

+ Que.. ¿Qué pasa?- consigo hablar. Carlos frunce el ceño y menea la cabeza, como si se quitara alguna idea de la cabeza.

- Decía que te arreglaras ahora, para salir en cuanto cenemos - asiento y salgo del salón.

- ¡ PONTE GUAPA!- grita el imbécil que me ha salvado de liar aún más mi vida. Entro en mi habitación y veo a María a los pies de la cama donde tiene extendida su ropa, examinándola y seguramente decidiendo que ponerse.

- ¿Qué te vas a poner?- me pregunta cuando paso por detrás suya dirección al escritorio a coger mi móvil.

+ No sé, supongo que unos vaqueros y una camiseta- reviso los mensajes, y por desgracia o suerte sólo tengo de David. Tocan la puerta y se oye a Carlos desde el otro lado.

- Así no te van a dejar entraaar- dice en tono burlón- pongo los ojos en blanco y le grito de vuelta.

+ ¡Eres un pesado chaval!

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