CAPÍTULO VIGÉSIMO QUINTO.

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María, se niega a quedarse todo el finde, por lo que se quedará sólo ésta noche; cuando lleguemos a casa de mi amiga a que recoja sus cosas, le explico a los chicos el plan de esta noche.

Cuando por fin llegamos, tras las mil explicaciones de María hacia Carlos que no se enteraba, éste último apaga el motor y mi amiga se baja del coche en dirección a su casa. Me coloco en el siento del medio y apoyo ambos codos en los asientos de delante. 

+ Chicos- llamo su atención y ambos se giran-  os explico, es la primera vez que María tiene un noviazgo así más serio, sé que no está enamorada, pero quiere mucho a ese chico, no parece ni ella misma- suspiro y me paso la mano por el pelo en señal de frustración. luego dejo muertas ambas manos colgando de los asientos. Marco me da la mano, en señal de ánimo.

+ Ésta noche, cuando salgamos, hay que hacer que se lo pase bien y se olvide de ese imbécil.

Ambos asienten. En éste poco tiempo que llevamos viviendo juntos he cogido realmente cariño a éstos chicos.

Miro en dirección a la casa y veo a María salir corriendo de la casa y gritar algo que no logro entender.

<< ¿ Qué cojones está pasando?>>  Vuelvo a mi sitio y veo como María entra en el coche y le grita a Carlos que arranque, me fijo en la casa y veo a David salir corriendo de la casa en dirección al coche. Carlos arranca y David no llega a alcanzar el coche, me giro y veo como está parado en la acera, descalzo y llevando solo un pantalón de chandal. Se pasa la mano por la nuca y se me queda mirando fijamente, por lo que yo me doy la vuelta en el asiento, sentándome correctamente y miro por la ventanilla del coche.

- Lo siento tía- se disculpa mi mejor amiga- no sabía que estaba en casa, se lo estaba contando a mi madre y entonces apareció él, pidiendo explicaciones, que lo había escuchado todo... Lo siento de verdad- me da la mano para que la mire.

+No pasa nada- sonrío sin ganas, solo la doy una sonrisa de boca cerrada y vuelvo a mirar por la ventanilla.

Marco ha preguntado que quién era y lo único que he conseguido responder ha sido, "el hermano de María".

Volver a verlo no sé si ha sido bueno o malo. Estaba tan guapo... aunque se le veía cansado, sólo pensaba en ir y abrazarle, besarle...

Pero distanciarnos es lo mejor, nos estábamos rompiendo, es mejor para mí, para él, para nosotros.


Cuando llegamos al piso, María va a dejar sus cosas en la habitación y yo y los chicos esperamos en el salón.  Los chicos se sientan y se ponen a jugar con la consola mientras que yo me apoyo la pared y recuesto la cabeza.

Cuando mi amiga vuelve me incorporo un poco. La cabeza me da vueltas y el pecho me duele, por lo que decido irme a la cama. Me echo en ella y me hago una bolita. Las lágrimas comienzan a rodar por mis mejillas por lo que me encojo un poco más.

<<¿Por qué lloro?>> me pregunto a mi misma.

<<Lloras porque estás dejando ir al único chico que quieres de verdad y aunque te duela estar en secreto prefieres volver a estar así antes que perderle>>.

<< Gracias estúpida, yo también te quiero>> me enfado con mi propio subconsciente, porque a pesar de que me dice la verdad, me molesta que sea así. 


Unos minutos después oigo abrirse la puerta de mi habitación, no hago mucho caso porque sé que es María. Noto cómo se echa a mi lado en la cama pero no dice nada y yo tampoco. Me doy la vuelta para mirarla y para mi sorpresa no es María la que está a mi lado sino Marco.

Automáticamente me acerco a él, apoyando mi cabeza en su pecho mientras lo abrazo fuertemente.

+Gracias- susurro mientras mis lágrimas dejan de caer. Él me retira el pelo de la cara y me lo pena con los dedos.

- No tienes que dármelas, estoy aquí para ti- me incorporo un poco para darle un beso en la mejilla, vuelvo a mi posición anterior y Marco vuelve a peinarme el pelo con sus dedos. Poco a poco mis ojos se van cerrando y noto como me estoy quedando dormida.

-¡DIOS, QUE ASCO!- oigo gritar a Laura, unos segundos después se oye un portazo. Abro los ojos y me encuentro la cara de Marco a tan solo unos centímetros de la mía. Su brazo pasa por mi cintura y me mantiene cerca suya. me remuevo un poco pero no consigo soltarme. Marco gruñe y me pega más a él,  su mano libre llega a mi mejilla y allí su dedo pulgar hace pequeños círculos. La sensación es agradable, lo que hace que cierre los ojos sintiendo la respiración de Marco muy cerca.


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