Capítulo cinco.

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Cuando llegué a casa del primer día de clase me lo pasé entero ensayando y preparando la coreografía para las pruebas que serían el jueves, es decir, en tres días, tal y cómo me había dicho Harry.

El martes fue un día más relajado; no vi a Harry en toda la mañana, y estuve hablando con Niall y Louis el resto del día. Me dieron sus números de teléfono, ¿puedo considerarlo ya una amistad?

En la tarde del martes me la pasé ensayando la coreografía que había preparado el día anterior y haciendo los deberes que nos habían mandado; segundo día de clase y ya nos estaban mandando cosas, ¿es que no tienen piedad? El miércoles fue más de lo mismo, más mierda.

Cuando me quise dar cuenta, ya era miércoles por la noche así que me duché antes de irme a dormir para tener el pelo presentable para las pruebas, quería dar buena impresión y demostrar a Harry de lo que soy capaz, y de que no debe subestimarme. Nadie debe hacerlo.

Los ruidos provenientes del despertador hicieron que me levantara. Era jueves, y no sé por qué, pero la idea de tener las pruebas de animadoras hoy me asustaba, quizás no era lo suficientemente buena.

Me decidí por unos shorts altos algo desgarrados, un crop top blanco que llegaba un poco por encima de los shorts, dejando ver solo un poco de mi vientre. Cogí mis Converse blancas y un cárdigan fino por encima, ya que el clima de California me lo permitía.

Recogí mi mochila que dejé el día anterior en el suelo y metí todas las cosas. Me fui directa a salir por la puerta pero mi madre me cogió por el brazo.

-¿Adónde vas sin decirme adiós?- dijo esbozando una sonrisa.

Mi madre y yo nunca nos hemos llevado especialmente bien, debido a que no la veía lo suficiente y que algunas veces era increíblemente estricta, pero ella realmente intenta mejorar nuestra desastrosa relación madre-hija y eso lo aprecio.

-Lo siento, hoy tengo la prueba de animadoras y estoy un poco distraída.

-¿Y por qué no me lo dijiste? Podrías haberme pedido que te ayudara con las coreografías, ya sabes que mi profesor de salsa dice que me muevo muy bien para mi edad.- dijo con su usual orgullosa sonrisa de anuncio.

-No pisas la casa casi nunca.- Y es la verdad, como tenemos mucho dinero mi padre le ha abierto una boutique y se pasa el día en ella, además de las diversas actividades que realiza todas las tardes para “sentirse joven”. Típico capricho de ricas.

-Oh.- es lo único que ella pudo balbucear antes de que yo saliera por la puerta de camino al instituto, sin no antes despedirme dándole un beso en la mejilla.

Cuando entré en el instituto me encontré con Louis.

-Hey, Ash.- amaba cuando me llamaba así.

-Hola Lou.

-¿A qué se debe esa gran sonrisa?

A que me has llamado Ash.

En estos últimos días, Louis se había estado comportando increíble conmigo, y estar con él y escuchar su voz se había convertido en una de mis aficiones favoritas.

-A que hoy son las pruebas de animadora y estoy realmente ansiosa.-mentí. Estaba ansiosa, pero no por eso sonreía.

-Oh, mucha suerte.- en ese momento sonó el timbre que señalaba que la primera clase iba a empezar.- Nos vemos luego, Ash.- dijo con una sonrisa y se dio media vuelta en dirección a su clase.

Fui directa a mi taquilla, la abrí para guardar el libro de Geografía y cuando la cerré me encontré con su cara a centímetros de la mía, su aliento mentolado chocando contra mis mejillas.

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