Me fui rápidamente hacia mi próxima clase, no quería ver a Harry ni en pintura.
Cuando llegué, me senté en el pupitre, y cómo había llegado diez minutos antes de que empezara la clase, saqué un libro para ir leyéndolo mientras que esperaba a que llegara el profesor. Cuando me había leído unas cuantas páginas, sentí una presencia a mi lado.
-Hola, Amber.- reconocí su voz grave.
-Hola Harry.- suspiré.
-Que coincidencia encontrarnos en la misma clase, ¿no?- soltó una carcajada llena de sarcasmo. Odiaba el hecho de que el ruido de esa hermosa risa proviniera de un gilipollas como él.
-Joder, ¿por qué no me dejas en paz?- dije cortante, haciendo que él frunciera el ceño.
-Me gusta hacerte enfadar.
Bajé mi mirada de nuevo a mi libro, no me apetecía seguir manteniendo una conversación con él.
-¿Te vas a presentar como animadora?- dijo con su gruesa voz.
-Oh sí.- dije sarcástica. Sinceramente no me imaginaba a mí misma con una faldita corta dando brincos para “animar” al equipo.
-No te voy a mentir, pero me imaginaba esa respuesta.- dijo con su habitual sonrisa burlona en la cara.
-¿Por qué?
-Simplemente no te veo con una faldita corta dando brincos por ahí.- él pensaba lo mismo que yo, ¿acaso es tan evidente?
-Pues he estado durante años en una academia de baile y de pequeña hacia gimnasia rítmica, así que me voy a presentar.- dije con tono de desafío. Odio que me reten. De todas formas, ¿Qué pierdo? Podría ser interesante.
Él solo se rió.
-De todas maneras, las pruebas son en tres días, no creo que te dé tiempo a prepararte nada.- esbozó una sonrisa. Realmente si le gustaba hacerme enfadar.
En ese momento entró el profesor, y Harry al verlo se fue directo a la puerta, girándose para mirarme fijamente y decir:
-Creo que me he equivocado de clase.
Y seguidamente, salió por la puerta.
Creo que jamás lograría entederle.
***
Finalmente, tocó el timbre; parecía que las clases no se iban a acabar nunca.
A la salida me encontré con Louis y con Niall, y me despedí de ellos. Siempre estaban solos, lo que me dio a entender que no eran muy populares y no tenían muchos amigos, pero eso es una de las cosas que me gustaron de ellos.
Iba andando de camino a mi casa, mirándome los zapatos cuando un subnormal pisó un charco con su moto salpicándomelos enteros.
-¡Cuidado, gilipollas!- grité.
-¡Adiós, Alisson!- gritó con su voz grave mientras se alejaba a gran velocidad.
Realmente, el destino me odiaba.
ESTÁS LEYENDO
Demolition
Fanfic“Las falsas fachadas están para derrumbarlas, y yo quiero que tú derrumbes las mías”.-le susurró en el oído el hermoso chico de cabellos rizados. ¿Qué tal siente eso de aprender a amar?