Capítulo cuatro.

141 12 5
                                    

Me fui rápidamente hacia mi próxima clase, no quería ver a Harry ni en pintura.

Cuando llegué, me senté en el pupitre, y cómo había llegado diez minutos antes de que empezara la clase, saqué un libro para ir leyéndolo mientras que esperaba a que llegara el profesor. Cuando me había leído unas cuantas páginas, sentí una presencia a mi lado.

-Hola, Amber.- reconocí su voz grave.

-Hola Harry.- suspiré.

-Que coincidencia encontrarnos en la misma clase, ¿no?- soltó una carcajada llena de sarcasmo. Odiaba el hecho de que el ruido de esa hermosa risa proviniera de un gilipollas como él.

-Joder, ¿por qué no me dejas en paz?- dije cortante, haciendo que él frunciera el ceño.

-Me gusta hacerte enfadar.

Bajé mi mirada de nuevo a mi libro, no me apetecía seguir manteniendo una conversación con él.

-¿Te vas a presentar como animadora?- dijo con su gruesa voz.

-Oh sí.- dije sarcástica. Sinceramente no me imaginaba a mí misma con una faldita corta dando brincos para “animar” al equipo.

-No te voy a mentir, pero me imaginaba esa respuesta.- dijo con su habitual sonrisa burlona en la cara.

-¿Por qué?

-Simplemente no te veo con una faldita corta dando brincos por ahí.- él pensaba lo mismo que yo, ¿acaso es tan evidente?

-Pues he estado durante años en una academia de baile y de pequeña hacia gimnasia rítmica, así que me voy a presentar.- dije con tono de desafío. Odio que me reten. De todas formas, ¿Qué pierdo? Podría ser interesante.

Él solo se rió.

-De todas maneras, las pruebas son en tres días, no creo que te dé tiempo a prepararte nada.- esbozó una sonrisa. Realmente si le gustaba hacerme enfadar.

En ese momento entró el profesor, y Harry al verlo se fue directo a la puerta, girándose para mirarme fijamente y decir:

-Creo que me he equivocado de clase.

Y seguidamente, salió por la puerta.

Creo que jamás lograría entederle.

***

Finalmente, tocó el timbre; parecía que las clases no se iban a acabar nunca.

A la salida me encontré con Louis y con Niall, y me despedí de ellos. Siempre estaban solos, lo que me dio a entender que no eran muy populares y no tenían muchos amigos, pero eso es una de las cosas que me gustaron de ellos.

Iba andando de camino a mi casa, mirándome los zapatos cuando un subnormal pisó un charco con su moto salpicándomelos enteros.

-¡Cuidado, gilipollas!- grité.

-¡Adiós, Alisson!- gritó con su voz grave mientras se alejaba a gran velocidad.

Realmente, el destino me odiaba.

DemolitionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora