CAPÍTULO 2

31 4 0
                                    

No tenia donde ir. Ya con Derek no era lo mismo. Solo me hablaba para ver como estaba, de cada año un día. La familia de mi mejor amiga me tenían un odio a muerte y habían jurado matarme algún día. Uffps!, que carácter. En fin, no sabía que hacer. Comencé a caminar, sin importar donde hiba. Mi vida había acabado por completo. Era esa que ya no sabía quien era en realidad. Talvez Francisco tenía razón. Era una simple basura, en medio de la mierda de vida que llevaba.

Mientras hiba,  mire que había una pequeña cafetería a lo lejos, y todavía estaba abierta. Al ir acercándome vi que era una de hamburguesas.

Entré, y me senté en la última mesa. Había un frío horrible allá afuera. Se me acercó una de las meseras y me sonrío.

—¿desea algo de comer?

—no, por ahora no- respondí tímidamente.

—bueno. Estaré allá si decea algo.

—Grasias señorita.

En el lugar no hay muchas personas. Solo somos como tres o cuatro.

Me pongo a pensar donde demonios pasaré ésta noche tan angustiada. No tengo dinero, empleo, familia, amigos, nada. Que será de mi vida ahora. Me pongo a pensar en esas palabras de Francisco:

-"Estarás en donde debes estar, en el basurero. De ahí provienes y ahí pasarás el resto de tu vida.(...)Te hirás a la calle y lo único que podrás hacer será vender vicios o prostituirte."

No quiero hacer nada de eso. No quiero ni pensarlo. Me urge la idea de que tendré que venderme o que tenga que hacer cualquier otra cosa horripilante para poder sustentarme. De ahora en adelante tendré que pensar en mi, madurar, para poder salir adelante.

Dejo caer una lágrima en mi rostro y sin más confío en mi misma y en Dios que pronto tendré un futuro mejor.

La mesera que me atendió cuando entré me hace salir de mis pensamientos.

—¿que te pasa?— pregunta con dulzura como si me conociera la vida entera.
Se sienta en mi mesa y me agarra la mano—. Cuéntame, se ve que estas pasando una mala racha—.

Comencé a sollozar como loca. Ella se sentó mas cerca de mi y posó sus brazos en mi cuerpo. Me abrazó fuertemente y poco a poco sentí como me calmaba.

Cuando ya me sentía mejor le conté todo lo ocurrido esa noche y mis más íntimos sufrimientos y temores. Me abrazó nuevamente y me agarro la barbilla suavemente e hizo que la mirara a los ojos.

—No temas pequeña. Aquí conmigo estás segura. Te llevaré a mi casa hasta que puedas sustentarte tu solita.

Asentí tímidamente y me ofreció algo de comer.

—seguro tienes hambre.-me dijo.

Y estaba en todo lo cierto ya que lo único que había comido en toda la noche era el pequeño trozo de helado que quedaba en la nevera de mi casa.

Digo, mi antigua casa. Ya no lo es. Y les demostraré a todos quien es Theylor Folie, una chica fuerte, una chica valiente. Una chica que apesar de todos los problemas afrontados  sigue en pie, no da a caer. Siempre ahí a pesar que el mundo entero se heche abajo. Hasta el de ella. Esa chica que apesar de la mierda de vida que vive,  ve una pequeña luz al final, que le muestra que las cosas no serán así siempre, que tiene un futuro maravilloso y que las cosas no terminan ahí.

La mujer que fue amable se acerca con una bandeja de comida rápida. Y si supiera, ¡¡que amo eso!!.

—Entonces,¿trabajas aquí?.

—sí, de hecho soy la dueña del local.

—aah.. entiendo—. Dije tímidamente al darme cuenta de que es la propietaria. Con razón tanta atención una empleada —oye, ¿me puedes dar empleo aquí?. Esque no sabré que hacer ahora y eso me mortifica.

—Claro, porque no. Me encantaría —me dijo algo emocionada —Pero, no se si te habrás dado cuenta, no nos hemos presentado.-

Me puse de color del ketchup, en serio, oh mi dios.

—¡oh, discúlpame, en serio no me acordaba de que..

—Sssshhhh, no te preocupes por eso, todavía hay tiempo.Mi nombre es Megan, un placer conocerte —me dijo sonriendo.

Me llamo Theylor el placer es mío.

Me enseñar mi nuevo trabajo, me gusta. Pero no confío del todo en ésta mujer. Total, que ya no confío en nadie. Pero ya veremos lo que sucede luego.

Me lleva en su auto, camino a su casa.

—solo no te sorprendas cuando llegues.

—¿porqué?

—ya veras...

A TIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora