CAPÍTULO 9A

21 4 0
                                    

¡Ésto no puede estar pasándome!.

Tengo cuatro opciones.

1- Esconderme detrás de los maniquíes plásticos que hay en la pequeña tienda, que, a propósito,estan peor vestidos que yo.

2- Tirarme del ventanal tan hermosos que daba vista, a todos los demás edificios cercanos.

3-Cavar un hoyo muy profundo, y meterme ahí de cabeza.

4- Hechar a correr.

No lo pensé mucho y opté por la opción 4. Me adentré al vestidor, y rápido,me puse mi ropa anterior, llevando a su puesto aquello que ahora era horrendo a mi vista.

Pasé por el lado de todos,sin mirarlos,pero sabiéndo que todas las vista de aquel lugar, que en ese momento eran tres, estaban clavadas hacia mí.

-Vámonos-exclamé un poco encolerizada conmigo misma, por ponerme de tonta, imaginándome cosas obscenas. Y mas por llevarme de Alexa, sabiéndo lo persuasiva que es, y loca, no se podía negar.

Me aclaré la garganta, al ver que ninguno de mis dos acompañantes reaccionaban. Voltié y los miré. Ellos también lo hacían pero extrañadamente. Austin enarcó una ceja, al cual ignoré, caminando nuevamente hacia la salida.

-No lo comprarás-dijo la dueña de la tienda, para que me pusiera mas colorada. Me frené, miré atrás y le respondí sarcásticamente:

-¡No!

-Hay. ¡Pero si te queda tan bonito!.

Y tenía que opinar Austin. Se me acerca con el paquete que ya había comprado, rogando.

-Si amor. Quédatelo. Con él sería mejor.

-¿Mejor qué?

-Que te tendría mas ganas ;)

-¡Austin!.

Salí de allí lo mas rápido que pude. Subí al ascensor. Pero cuando estaba a punto de pulsar el botón, un hombre que trabaja en limpieza me reclamó:

-¡Hey! ¡señorita baje de allí! ¡está dañado, fuera de control!.

Me asusté tanto que en un salto bastó para ya estar fuera de él.

Ví como Austin y Alexa venían a mi encuentro, corriendo, cada quien con una bolsa de compras.

-¿Qué pasó?- Alexa y sus preocupaciones exageradas.

-Nada. Solo que el ascensor no funciona- declaré de mala gana.

Nos encaminamos en silencio hacia el auto. Antes de arrancar, Austin me puso un paquete en las piernas. Era de la última tienda que habíamos visitado. ¿Es en serio?. Lo había comprado. Lo fulminé con la mirada, y él sonrió mirando hacia el frente.

-No tenías que hacer eso- me aconsejó- el hecho de que vivas en mi casa no significa que te has la obligación de estar conmigo. No significa que ahora llegues a ser mía (aún). Quisiera, pero no estas preparada para ésto- me mira fijamente, vuelve y mira hacia el frente-además estás traumada con lo que tu padre intentó hacerte, para que ahora venga y termine de abusar de ti-agacho la cabeza. Tiene razón,¡que vergüenza!. Me imagino lo roja que debo de estar-así que, por ahora no puedo hacerte el favor- enarca una ceja y me observa divertido.

-¡Callate!. En ningún momento dije eso-no quiero ni imaginarme como debo de tener la cara.

-No lo dijiste, sí, pero lo demostraste-me da un respingo en la nariz.

-Bueno ya, ya. Paremos ésto aquí, críos- declara Alexa.

-¡Tu Callate Alex!. Eres la menos indicada para hablar, porqué fuiste tu la que hiciste que fuera a esa tienda.

A TIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora